Historia

Carlos Cañal, el concejal que se propuso eliminar la mendicidad callejera de Sevilla

Fundó la Asociación Sevillana de Caridad en 1900 después de promover una ordenanza municipal que prohibía la actividad de los pedigüeños

El templete de la Asociación Sevillana de Caridad reconvertido en restaurante J. M. Serrano

Tal vez hubiera sido más apropiado llamarlo Casa Cañal, pero los nuevos usuarios del templete en la embocadura de la calle Reyes Católicos han rotulado, en pleno uso de la libertad mercantil, como Casa Aníbal el inminente restaurante sito en el inmueble ... que se encuentra en la esquina de Arjona.

Se trata de una construcción firmada por Aníbal González en 1914 como sede de la Asociación Sevillana de Caridad . Su fachada de ladrillo visto, sus remates cerámicos y los herrajes forman un conjunto arquitectónico plenamente reconocible por el gran público dentro del estilo regionalista que marcó la identidad de la ciudad en el primer tercio del siglo XX. No es la mejor ni más destacada obra del arquitecto, aunque sí de quien la inspiró: Carlos Cañal y Migolla .

Un hombre y su obra

El nombre de este concejal hispalense está unido para siempre al de la Asociación Sevillana de Caridad , una institución benéfica de origen municipal de principios del siglo XX para dar respuesta a la situación de pobreza y mendicidad en la ciudad de la que fue fundador y presidente honorario.

En la semblanza necrológica que dirigió a su muerte en 1938 el entonces presidente de la Asociación Sevillana de Caridad, Antonio Gamero Martín , refería una conversación del propio Cañal: «Usted sabe, amigo Gamero, cuánto he trabajado en la vida pública y en mi vida profesional y privada; pues con toda sinceridad le digo, que de todo, lo que quedará, lo que permanecerá con más relieve será la Asociación Sevillana de Caridad «.

Carlos Cañal (2) junto al presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Dato (1) delante del Palacio Real ABC

Carlos Cañal había tenido una carrera pública fulgurante: a los quince años ya era socio del Ateneo , en la veintena fue profesor auxiliar de Filosofía y Letras en la Universidad y a los 23 fue elegido por unanimidad como académico de la de Buenas Letras, cuya presidencia ejerció entre 1918 y 1923. Encuadrado en el conservadurismo de Dato y Maura , fue diputado en Cortes primero por el partido judicial de Utrera y luego por el de Sanlúcar la Mayor entre 1903 y 1923, estuvo al frente de tres ministerios entre 1919 y 1922 : Abastos, luego de Trabajo y, por último, de Gracia y Justicia.

Hasta la muerte de su inspirador, la institución benéfica había repartido más de diez millones de pesetas entre los menesterosos de la ciudad fiel a su lema, revolucionario a comienzos del siglo XX: «Que los pobres no pidan limosna, que para ellos pidan los pudientes , nosotros los encargados de la Asociación».

La iniciativa de la benemérita asociación municipal pronto se copió en Madrid y Barcelona y en otras ciudades hispanoamericanas. Sevilla había sido la primera ciudad en el planeta en prohibir la mendicidad callejera mediante un acuerdo plenario del año 1900 en el que Carlos Cañal había desempeñado un papel fundamental como promotor de la comisión municipal encargada del estudio de este problema que elevó sus conclusiones el 22 de noviembre de 1899 .

5.700 menesterosos en Sevilla

La comisión partió del estudio del concejal Gabriel Lupiáñez de 1896 que estableció el número de menesterosos en 5.700 (3.300 en edad de trabajar y 2.400 entre viejos, niños y otros incapacitados). Después de comparar las iniciativas que había tomado Berlín, Bruselas, Madrid o Zaragoza , se decantaba por socorros domiciliarios para los que pedía una dotación presupuestaria de 18.000 pesetas al año, a razón de 1.500 por mes para atender a los pobres. Un bando de la Alcaldía prohibiría la mendicidad callejera desde el mes antes de que se comenzara a distribuir los socorros.

En la memoria expositiva puede leerse: «Es preciso confesar que aquél prefiere generalmente entregarse a la vagancia y al pordioseo por nuestras calles y plazuelas, a recogerse en alguna de esas casas benéficas, y hasta llega a rechazar, muchas veces lo hemos visto, el trabajo y el jornal que se le ofrecen. Mientras se consienta tal estado de cosas por las autoridades, y mientras los particulares no dejen de fomentarlo, como lo fomentan, dando muestras de una filantropía mal entendida y haciendo a poca costa público alarde de sus sentimientos caritativos, Sevilla, en este punto, se parecerá a Tetuán, Fez o Mequinez , pero no a las más cultas ciudades europeas».

Interior de las escaleras y el techo añadido en 1937, según el proyecto de Aurelio Gómez Millán J. M. Serrano

Finalmente, la Asociación Sevillana de Caridad tomó forma el 9 de febrero de 1900 , en que el cabildo de la ciudad aprobó su reglamento. Entre 1912 y 1914 se construyó la sede de la calle Reyes Católicos según proyecto de Aníbal González , aunque la planta superior es un añadido posterior de Aurelio Gómez Millán en 1937 . En 1950 vivió con singular esplendor el cincuentenario: misa seguida de tedéum en el Santo Ángel, discursos engolados y reparto extraordinario de socorros con tal motivo.

Fue la última década en que brilló la asociación ligada al Ayuntamiento. En los 60, la implantación de Cáritas parroquiales a partir de su fundación en 1955 se convirtió en un instrumento mucho más adecuado para combatir la pobreza. El declive fue notable y poco a poco fueron drenándose las fuentes de financiación: cuotas de asociados, donativos, limosnas del cepillo en la vía pública, recaudación de fiestas o espectáculos y, cómo no, la subvención del Ayuntamiento.

Fin sin honores

El final de la Asociación Sevillana de Caridad se pierde en una nebulosa burocrática: pervivió hasta el 27 de marzo de 1992 en que el Ayuntamiento celebra la asamblea fundacional de una nueva asociación con el mismo nombre pero con carácter de fundación. Los vecinos de La Bachillera mantuvieron a primeros del siglo XXI una lucha para inscribir sus propias viviendas , edificadas en unos suelos que Manuel García Muriel había legado a la institución benéfica, titular registral de los terrenos de la barriada desde 1949.

En la resolución de una queja llegada al Defensor del Pueblo a este respecto, el organismo dependiente del Parlamento concluía, con un punto de frustración, su pesquisa: «Nunca llegamos a conocer cómo se pudo constituir la Asociación Sevillana de Caridad en 1992 y en base a qué títulos sus órganos rectores estuvieron administrando el patrimonio de la asociación preexistente con el mismo nombre, al parecer al margen del Ayuntamiento».

Dar de comer al hambriento

Todavía hoy, el Ayuntamiento de Sevilla sigue designando sus representantes en el patronato de la Fundación Sevillana de Caridad que vino a sustituir a la primitiva institución creada por iniciativa de Carlos Cañal. Hoy, la sede donde se distribuían vales de comida para las cocinas económicas se ha convertido en un restaurante y una escuela de hostelería. Antes fue una sucursal de una caja de ahorros y todavía antes una academia de peluquería. Cambian los tiempos, cambian los usos.

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