ENTREVISTA
Alfonso Lazo: «Si creemos que Sevilla es lo mejor del mundo no habrá cambio ni progreso»
El profesor de Historia y exdiputado socialista cree que la Expo92 no sirvió para sacar a los sevillanos de «su apatía histórica de siglos»
![Alfonso Lazo](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/sevilla/2017/04/23/s/entrevista-alfonso-lazo-sevilla-kC6G--620x349@abc.jpg)
Le dio clases de Historia en la Universidad de Sevilla a Alfonso Guerra y a Juan Carlos Rodríguez Ibarra cuando era un profesor no numerario («penene») que se definía a sí mismo como marxista . Luego se metió en política y se hizo muy amigo del que sería vicepresidente del Gobierno «aunque la cosa terminó malamente cuando decidí votar a Solchaga como portavoz del grupo socialista en el Congreso», al que perteneció como diputado desde 1977 hasta 1996. Dimitió como secretario general del PSOE de Sevilla en 1992 antes de la inauguración de la Expo.
¿Cómo fue su Expo 92?
Solo fui dos días. Y sólo compré dos cosas: dos bustos, uno en un pabellón centroafricano y otro en el de la India.
Aparte de la transformación urbana y de infraestructuras; ¿cambió la Expo la esencia de la ciudad?
Sevilla no ha cambiado absolutamente nada. Los sevillanos no nos hemos modernizado. Somos ultraconservadores en nuestra forma de ser y nos da igual una exposición que otra. Sevilla deja de ser la nueva Roma en el siglo XVI-XVIII y sufre una apatía que ha durado hasta hoy. Hay un estudio de Mercedes Formica que habla de lo que le interesaba a la clase alta de Sevilla en los años 30 y eran los toros, las cacerías y sus ganados. Y creo que eso no ha cambiado mucho en 80 años.
¿La Muestra no sirvió para abrirnos al mundo?
Creo que seguimos siendo demasiado locales y que no sirvió para sacarnos de ese cansancio histórico de siglos, después de haber sido tan grandes
¿A los sevillanos nos hace falta viajar más y ver más mundo?
Me da vergüenza cuando entrevistan en un telediario a alguien de Sevilla con motivo de la Semana Santa, la Feria o el Rocío: «Esto es lo mejor del mundo, como esto no hay ná». Es lo que dice un sevillano normal delante de un micrófono y de ahí no sale. Y si esto es lo mejor del mundo, evidentemente no hay que preocuparse por cambiar nada ni por progresar.
¿El peso de la tradición en Sevilla ha sido un freno para su progreso?
Podrá pesar pero sin ellos saberlo, porque los sevillanos apenas conocen sus tradiciones. ¿Cuántos saben quiénes eran Santa Justa y Santa Rufina ni por qué las hicieron santas? Los hermanos mayores y algunos otros conocen sus tradiciones pero el conjunto de la ciudad me temo que no sabe nada de la historia de Sevilla. No saben lo que fue la Sevilla del XVI y muchos no saben nada de la Exposición de 1929.
¿No hay empresarios con más ambición?
Sí los hay y con una mentalidad más moderna pero son muy pocos para una ciudad tan importante en España. Debíamos tener una clase empresarial más osada. A mí eso me desmoraliza.
-¿La sociedad civil sevillana no está despertando?
Me gustaría pensar que sí, pero creo que no. El problema es que cuando se organiza acaba siempre en subvenciones públicas y entonces el progreso es imposible.
Parece muy poco socialista...
Pues recuerdo que un diputado le reprochó a Javier Solana en el Congreso siendo ministro de Cultura que no subvencionara la última película de Manuel Summers. Solana le dijo que su política era subvencionar solo la calidad y le reprochó a su señoría que no dijera el título de la película que pedía subvencionar.
¿Y cuál era?
«Jódete, cabrón». Yo estoy a favor de las subvenciones para salir de una situación desastrosa o de gran subdesarollo pero luego hay que retirarlas. Si no, el sistema se colapsa como en Venezuela.
En Andalucía se mantiene el clientelismo político, ¿por qué?
Es una vieja herencia del caciquismo, pero en su forma moderna de subvenciones o de colocaciones en puestos innecesarios. Recuerdo que Felipe González, cuando era presidente, criticó el empleo comunitario, del que decía que estancaba a los pueblos y que algunos se compraban motos. Tenía razón, pero en los mitines de los pueblos me decía la gente que le dijera a Felipe que si lo quitaba, no le votaban.
Semana Santa y carnaval
¿La Semana Santa de Sevilla se ha banalizado demasiado?
Creo que va camino del carnaval. Lo digo con respeto pero con pena y lo ocurrido la pasada Madrugada es muy carnavalesco. En el Carnaval de Río mueren siempre 20 ó 30 personas. No digo que lleguemos a eso pero va en camino
¿Esto podría tener algo que ver con su origen pagano?
Es verdad que la Semana Santa es una herencia cristianizada de antiguos ritos paganos y creo que en general lo sigue siendo. Cuando era joven tenía muy poco sentido religioso y me gustaba ver la Semana Santa como espectáculo. Hay una minoría que siente la emoción religiosa, pero la mayoría lo ve como un festejo, como un precioso espectáculo barroco.
¿El amor a la fiesta es una esencia de Sevilla y de los sevillanos?
Sin duda. Vamos de fiesta en fiesta. Recuerdo que en mi etapa de político me pidieron desde una entidad que diera una conferencia sobre verdad y mentira en la democracia. Y fueron solo siete personas. El presidente de la entidad dijo que le había gustado mucho y que me iban a volver a invitar pero yo le dije: «De acuerdo, pero que no coincida con la Cuaresma, con la Feria, con el Rocío o con un partido de fútbol».
¿Ese carácter fiestero es consecuencia del clima, del calor, de tanto sol?
Sin duda, como en muchas ciudades mediterráneas. En nuestro caso viene del Neolítico. Aquí debajo de mi casa acaban de abrir una cervecería.
¿Por eso les gusta tanto la ciudad a los extranjeros?
Les fascinan nuestros horarios, acostarse tarde y nuestra vida en la calle. He tenido alumnos norteamericanos que no querían irse de Sevilla.
Sevilla es una de las ciudades con más paro de Europa. ¿Puede todo eso condicionar también nuestra productividad y desarrollo económico?
Yo creo que más que el calor es el Mediterráneo. En Israel hace mucho calor pero es una continua innovación y progreso. Se nos intenta hacer creer desde el poder que se debe a la pobreza histórica, a que es una cosa de siglos que no se puede arreglar de la noche a la mañana, pero eso es una falacia. Aquí durante casi cuarenta años ha gobernado un mismo partido.
El suyo.
Sí.
¿La culpa de este diferencial de paro respecto al resto de España es entonces principalmente de los políticos que nos han gobernado?
Sí. Cuarenta años dan para mucho. Japón era un país muy atrasado y Corea del Sur no digamos.
En ese país el cambio del modelo educativo fue clave.
Sí, y en nuestro atraso ha sido clave también. Ese igualitarismo por abajo ha sido nefasto. Socialismo es la igualdad de oportunidades, que cada uno llegue a donde pueda, pero no acabar todos en la mediocridad. Esto tiene mucho que ver con lo que ha pasado en Semana Santa, con la vulgarización.
En Málaga parece que se ha abierto otra mentalidad.
Sí, Málaga está desplazando a Sevilla. El Arqueológico está ruinoso y el de Bellas Artes no va a verlo nadie.
¿Y quien es el responsable?
Los museos son del Estado pero los gestiona la Junta desde hace muchos años. Me llama la atención que cada vez que hay un edificio historico abandonado se habla de hacer un museo. Pero ¿por qué no arreglamos antes los que tenemos? Luego todo queda en nada o se hace una birria. Acabo de ver uno de los quioscos que se han reconstruido en los jardines de Murillo una oficina de la bicicleta. ¡Por favor!.
¿Todo va muy despacio en Sevilla?
Falta eficacia pero sobre todo es que no se sabe lo que se quiere. Los responsables políticos no saben qué hacer y en esto no hay diferencia ente partidos, entre el PSOE y el PP.
¿Trabajan poco los políticos?
No, al contrario. La política exige mucho sacrificio y dedicación: actos de partido, reuniones, mitines en los pueblos, domingos y festivos. Apenas tienen vacaciones. Y lo malo es que al final no les queda tiempo para pensar.
¿Cómo es el nivel de los políticos actuales comparado con el que habia en su época?
«Degenerando degenerando», como decía aquel banderillero que llegó a gobernador civil con Franco. Ahora sólo se dicen vaguedades que sonrojarían a un maestro de Infantil o cosas que no quiten votos porque solo se piensa en las siguientes elecciones.
¿Por qué no se elige ahora a los mejores?
Porque es más rentable y cómodo elegir a los fieles. Pero lo peor es el odio que se ha sembrado. Felipe González presumía de que se sentaran juntos en el Congreso los descendientes de víctimas de los dos bandos de la Guerra Civil gracias a la reconciliación que trajo la Transición y Zapatero se la cargó con la Ley de Memoria Histórica. No se lo perdonaré nunca. Se inventó una impostura histórica y resucitó esos odios.
¿Y el anticlericalismo?
Sí, a partir de Zapatero decidí que no me metería más con la Iglesia ni con el clero, aunque algunos obispos se lo merezcan, porque no quiero hacerle el juego a algo que es aún peor que el anticlericalismo, que es el anticristianismo.
¿Ha dividido a la sociedad?
Sí, pero no sólo eso, es que, además, está ganando. El anticristianismo se ha extendido en parte por la terrible cobardía de la derecha española, que no defiende el cristianismo por miedo a que la llamen reaccionaria. Creo que es una evolución de varias décadas y ha germinado en una derecha que ahora no es demasiado cristiana.
La corrección política ha impedido que se pueda presentar en la Universidad un libro que cuestiona la ideología de género dominante.
Esto tiene relación con todo lo anterior. El grupo que se autodenomina de izquierda que impide que se presente este libro es puro fascismo. Pero los rectores que cobardemente permiten eso son los responsables. Los rectores en Andalucía son políticos y solo aspiran a ser consejeros de la Junta. Por otra parte, con la legislación que promovió Zapatero sobre violencia de género se logró acabar con una de las mayores conquistas de la Revolución Francesa: la igualdad legal. Desde que se aprobó esa ley, la palabra de una mujer vale más que la de un hombre.
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