Transporte público
ABC se sube al autobús de los pueblos para la odisea de llegar a Sevilla
El sistema de transporte público provoca que llegar a la capital desde varias comarcas sea una aventura. La falta de infraestructuras se traduce en distancias de más de una hora para apenas 30 kilómetros

La SE-40 no es un capricho de los sevillanos. Sin la circunvalación metropolitana, la provincia está abocada a los atascos perpetuos para entrar en la capital desde los pueblos y, además, el sistema de transportes públicos no funciona salvo en las localidades que tienen ... estación de tren de Cercanías. Llegar a la ciudad desde la corona metropolitana en autobús, un radio de apenas 30 kilómetros a la redonda, supone en la mayoría de los casos más de una hora de trayecto. Y en los pueblos de las comarcas más alejadas, como la Sierras Sur y Norte o la Campiña, ir a la capital es directamente un viaje de ida y vuelta que requiere perder el día. Mientras los partidos políticos y las administraciones hablan del cambio climático y de la guerra contra el coche privado por la alta contaminación que provoca, la red de transportes públicos es un desastre que desespera a los ciudadanos y les obliga a optar por su vehículo propio para ir a la ciudad, algo que se traduce en un tapón continuo en los accesos, sobre todo el puente del Centenario, y en el desbordamiento de los aparcamientos de la capital. Los redactores de ABC se han subido al autobús de línea esta semana desde todas las comarcas sevillanas para comprobar de manera directa la odisea que supone llegar en transporte público a la cuarta ciudad de España.

Morón de la Frontera
De Morón de la Frontera a Sevilla, un trayecto entre olivares a través de la campiña sevillana
Con sólo ocho minutos de retraso con respecto a la hora indicada, a las 15.38 se pone en marcha uno de los nueve autobuses que diariamente cubre la distancia que existe entre Morón de la Frontera y Sevilla capital, concretamente el que tiene fijada su salida a las 15.30 horas. Se trata de un trayecto de 65 kilómetros que se realiza en un confortable autobús de la empresa Trans Tres, conducido por un simpático chófer -encargado también del cobro de los billetes- que en este horario lleva principalmente a jóvenes estudiantes y personas de diferentes edades que trabajan en Sevilla en el sector del comercio.
Algunos de estos estudiantes aprovechan la duración para repasar los apuntes -incluso recitando la lección en voz alta-, otros pasajeros se aíslan del mundo usando sus auriculares y teléfonos móviles, los hay que deciden echar una pequeña cabezadita, realizar varias llamadas de teléfono y son minoría aquellos que disfrutan del viaje simplemente mirando por la ventana el paisaje o charlando con el resto de viajeros.
Los autobuses que cubren la distancia entre Morón de la Frontera y Sevilla realizan un viaje que suele durar una hora y diez minutos
Tras dejar atrás el casco urbano de Morón de la Frontera, el autobús se encamina por la A-8125, una pequeña carreterita encajonada entre interminables olivares, hasta que a los veinte minutos, a las 15.57, llega a la localidad de Arahal, donde tiene lugar la primera de las paradas. Un autobús que ha partido casi al máximo de su capacidad, con aproximadamente unos 40 pasajeros, de los cuales bajan 6 en Arahal, una localidad en la que no sube ningún nuevo pasajero.
Tras esta primera y rápida parada, el viaje continúa de manera más monótona en este caso por la carretera A-92, en dirección a Sevilla capital, en un trayecto que se interrumpe momentáneamente a la altura del Tanatorio de Alcalá de Guadaíra, donde el autobús vuelve a parar a las 16.20 horas. Un lugar en el que sólo baja un pasajero.
Sólo ocho minutos después, el autobús inicia su trayecto por la avenida de Andalucía de Sevilla, para efectuar una nueva parada a las 16.32 horas a la altura del centro comercial Los Arcos, donde bajan 9 personas. Con las dificultades propias del tráfico de Sevilla, el vehículo circula progresivamente por vías como las avenidas Cruz del Campo o Ciudad Jardín, parando nuevamente en el cruce con Ramón y Cajal, para que se bajen 3 personas. Pocos minutos después a las 16.43 el viaje tiene una nueva parada, a la altura de Viapol, lugar en el que se bajan 2 personas más.
Finalmente, a las 16.47 horas, tras un trayecto que ha tenido una duración de una hora y diez minutos, o lo que es lo mismo 70 minutos, el viaje termina en el interior de la estación de autobuses de El Prado .
Se trata de uno de los nueve viajes entre Morón de la Frontera y Sevilla que tienen lugar cada día de lunes a viernes , con la particularidad de que uno de ellos se realiza por otro trayecto distinto, pasando por Utrera -pasando muy cerca de la entrada de la base aérea de Morón de la Frontera- y los hospitales de El Tomillar y Virgen de Valme, invirtiendo bastante más tiempo por trayecto que el viaje que se realiza con parada en Arahal.
Es este trayecto un viaje cómodo, no excesivamente largo para los kilómetros que se recorren, y que cada día conecta a los habitantes de Morón de la Frontera con la capital.

Villaverde del Río
Dos horas antes para poder llegar al médico en el Macarena
Si alguien de Villaverde del Río necesita ir a Sevilla por cualquier motivo, las opciones para hacerlo, si no se dispone de coche, se reducen prácticamente al autobús. Este es el medio de transporte más económico y directo para ir a Sevilla, cubriendo una distancia de unos treinta kilómetros en aproximadamente tres cuartos de hora. Hay otras opciones, como tomar un autobús a Brenes y desde allí tomar un tren de cercanías a Santa Justa, que pueden ser atractivas si se quiere ir a Nervión o, incluso, para tomar desde allí un autobús al Hospital Virgen del Rocío.
Pero si alguien de Villaverde del Río quiere acudir al centro de Sevilla o a una cita en el Hospital Virgen Macarena, la mejor opción, por no decir la única, es tomar un vehículo de la línea de Autobuses Paulino que parte de Cantillana, pasa por Villaverde, continúa por Brenes y San José de La Rinconada , y tiene su última parada en la calle Don Fadrique, junto al Parlamento de Andalucía.
De hecho, Villaverde es la única localidad de las cuatro incluidas en esta línea que no dispone de conexión ferroviaria con la capital, por lo que el autobús es el medio de transporte favorito de estudiantes, que se escapan por cuestiones de ocio al centro de la ciudad o que acuden a la Facultad en el entorno de la Macarena o la isla de la Cartuja, o jubilados que tienen que ir al Virgen Macarena a alguna cita médica. En consecuencia, las horas punta se concentran entre las ocho y las nueve de la mañana en dirección a Sevilla y a las dos de la tarde desde la capital.
La frecuencia de los autobuses los días laborables es de una hora entre Sevilla y Cantillana , que se alarga a dos los fines de semana. Este hecho hace que, en el caso de tener una cita médica en el Virgen Macarena, haya que salir, a veces, dos horas antes para poder llegar a tiempo.
La mayoría de paradas están señalizadas con postes, aunque hay algunas, como la última de Cantillana en dirección Sevilla, que no cuenta ni con este tipo de señalización. Muchos de los usuarios se resguardan en la marquesina de la línea de Tussan próxima a la parada de Don Fadrique cuando llueve.
En general los usuarios de Cantillana y de Villaverde querrían una conexión más rápida con Sevilla, pero reconocen que para ello habría que eliminar paradas en pueblos más próximos a la capital, lo cual, añaden, es complicado.

Alcalá de Guadaíra
Alcalá de Guadaíra, buena frecuencia pero demasiado tiempo para 25 kilómetros
Alcalá de Guadaira es el municipio del entorno de Sevilla con mayor población (supera los 75.000 habitantes) que carece de conexión ferroviaria hasta la capital , de forma que el transporte público se centra exclusivamente en la línea de autobús de Casal del Consorcio de Transportes. Por ello, su importancia es vital y la frecuencia de la salidas y llegadas ha ido aumentando en los últimos años para adaptarse a la demanda. Actualmente, las dos líneas que conectan el centro de la ciudad alcalareña con el apeadero de San Bernardo, junto a Viapol, tienen numerosas expediciones de lunes a viernes. La línea 1210 (M-121) supera las veinticinco expediciones en ambos sentidos a lo largo del día, con una frecuencia de cincuenta minutos desde primera hora de la mañana, mientras que la 1220 (M-122), la que conecta los dos núcleos de manera directa, tiene una veintena de viajes diarios tanto de ida como de vuelta a partir de las 6.45 de la mañana y con una frecuencia algo mejor, de quince o veinte minutos, dependiendo de qué horario se trate.
Con todo, las pegas y dificultades son también importantes pese al buen número de autobuses que cubren este trayecto. La principal, quizás, es el tiempo que tarda en conectar salida y llegada, que ronda los cincuenta minutos o incluso una hora en el caso de la 1210 pues el recorrido tiene múltiples paradas intermedias, como las de las zonas de los polígonos industriales, donde tienen destino algunos trabajadores. Pero para quien quiere llegar a la zona neurálgica de la capital, el nudo de comunicaciones de San Bernardo, la duración de este viaje es demasiado elevada a pesar de que la distancia es de apenas 25 kilómetros. Tanto que para muchos no compensa y sólo terminan eligiendo el autobús los que no tienen más remedio. Para el que puede escoger, el coche particular no tiene competencia posible. Sólo las conexiones directas, sin paradas, que se reparten a lo largo del día prolongan el viaje por un tiempo medianamente razonable de una media hora.
Además de la extensa duración para un recorrido tan corto desde una de las principales ‘ciudades dormitorio’ de la capital, el otro gran hándicap del bus que une Alcalá con Sevilla es el de la ausencia de una estación y las comodidades que ésta podría ofrecer al cliente. Estas dos líneas se toman en la calle Saturno, donde unos simples postes del Consorcio con el número del autobús indican que es allí donde se toma. A primera hora de la mañana se suelen agolpar viajeros en una estrecha franja de acera sin marquesina que resguarde de las inclemencias del tiempo cuando éstas se producen. Poco, demasiado poco para tratarse del tercer municipio de la provincia por dimensiones y número de vecinos. Esta parada inicial (o final), está ubicada, además, en una zona del núcleo urbano que se ha ido degradando y no ofrece el mejor escenario posible en cuestión de seguridad ciudadana, precisamente. «El servicio de autobús no está a la altura de una ciudad como Alcalá. Hay que esperar mucho y el trayecto se hace muy largo y pesado con tantas paradas para que se baje una persona o se suba una sola –explica uno de los viajeros nada más llegar al apeadero de San Bernardo-. Si para venir desde Alcalá, que está ahí al lado, tienes que echar una hora, pues la verdad es que no merece mucho la pena».

Écija
Écija, hora y media para un trayecto de cincuenta y cinco minutos
Écija, una de las localidades limítrofes con la provincia de Córdoba está entre las grandes olvidadas en cuanto a comunicación con Sevilla. Pese a que se trata de una ciudad con casi 40.000 habitantes y con uno de los términos municipales más extensos de Andalucía, la conexión con la capital hispalense sigue siendo uno de los puntos flacos. Porque, ubicada a menos de noventa kilómetros de Sevilla, llegar hasta la capital andaluza o hacer el trayecto de vuelta puede convertirse en toda una odisea para el que no posee vehículo propio.
Los astigitanos, la mayoría de los cuales no recuerdan el tren ya que el ferrocarril no para allí desde hace varias décadas pese a que la línea de AVE discurre muy cerca, tienen que conformarse con dos empresas de autobús, Alsa y Monobus , que son las que hacen el trayecto hasta Sevilla ya que ninguno de los intentos de recuperar el tren, alguno de ellos reciente, ha dado frutos.
La frecuencia de los autobuses deja mucho que desear. Si antes de la pandemia ya eran pocos los viajes, el horario se vio reducido con el Covid y aún no se ha recuperado al cien por cien. Desde Écija hasta Sevilla hay autobuses que salen a las 6.15, 8, 10.30. 13, 15 y 19-30 con Monobus y a las 13 y 1910 con Alsa de lunes a viernes, una oferta que se reduce los domingos a dos diarios. Son trayectos que, además, se hacen eternos ya que se trata de líneas que la mayoría no son directas sino que, a excepción de un par de ellas, van parando por los pueblos. Lo normal es que el autobús pare en Cañada del Rosal, Campillo, La Luisiana, Fuentes de Andalucía y Carmona antes de llegar a la estación del Prado de San Sebastián. Con todo un trayecto en el que se puede tardar algo menos de una hora en coche, se eterniza ya que se suele prolongar por espacio de hora y media .
Eso supone que los centenares de estudiantes que acuden a la capital hispalense a la universidad o el numeroso público que se desplaza para trabajar o ir a los hospitales tiene que recurrir al autobús que sale de la estación y que últimamente ni siquiera mantiene abiertas las taquillas. «Tardo dos horas y media para un trayecto que en coche se hace en algo menos de una hora», se queja una joven que suele coger el bus para trasladarse hasta Sevilla. Un tiempo al que tiene que sumarle luego el que emplea en trasladarse de la estación de Sevilla al lugar donde trabaja. Pero, sobre todo, lo que peor lleva es tener que coger el autobús que va parando por los pueblos, con la demora que eso conlleva. «Se me hace interminable», se lamenta apuntando también que el último autobús desde Sevilla salga a las siete de la tarde. También porque no se ha recuperado la frecuencia de los autobuses que había antes de la pandemia y porque su pueblo esté abandonado pese a que es «prácticamente el centro de Andalucía». Seguramente por eso los que no tienen coche recurren a Blablacar o a otras aplicaciones para viajar que han ido ganando terreno al bus y que han hecho que las pocas líneas existentes cada vez tengan menos usuarios y que la estación casi siempre esté vacía.

Arahal
De Arahal a Sevilla: los últimos 45 minutos de un agradable viaje entre el oriente y el centro andaluz
Son las 8 de la mañana en el apeadero de autobuses de Arahal que alberga el bar Kiosco de David, conocido especialmente por las aceitunas de aperitivo que regala con la bebida, arregladas y aliñadas por él mismo y siempre de la última campaña. La oficina de expedición de billetes de la empresa de transportes de autobuses Monbus S.L, junto a la barra, está con la luz apagada, por lo que, al comprobarlo, más de un usuario se vuelve a medio camino para salir a los andenes y esperar el próximo vehículo. A esa hora ya han salido de la estación tres autobuses dirección Sevilla, cargados casi por completo de estudiantes y trabajadores .
El primer autobús sale de Arahal cuando todavía no ha amanecido, a las 6:35 de la mañana, seguido por otros dos vehículos con 20 minutos de diferencia entre ellos, es el tramo horario con más opciones del día, sobre todo de lunes a viernes. Una hora lleva ya abierto el bar del apeadero para dar servicio a los primeros usuarios y al resto de vecinos del pueblo que paran para el primer café del día cuando se dirigen al trabajo, en autobús, tractor o vehículo particular.
El autobús de las 8:15 suele ir menos cargado, lleva algunos estudiantes además de vecinos que puntualmente van a la capital para realizar un curso o asistir a una cita médica. Pero ya la bulla de primera hora ha pasado. El vehículo llega puntual pero pierde un mínimo de cinco minutos en la expedición de billetes por parte del mismo conductor. La oficina continúa cerrada y recibe la primera crítica del día: «Si pudiéramos comprar el billete antes, ahorraríamos tiempo» , comenta una señora acompañada de otra, ambas visitan la capital por ocio.
A esa hora, la conversación tiene tintes políticos. Varios de los usuarios, vecinos de Arahal comentan la última noticia que se hizo pública a última hora del día anterior: «El alcalde (Miguel Ángel Márquez) ya no es diputado, dice que quiere dedicarse sólo al pueblo», comenta una señora a su acompañante. «Este hombre tiene muchos seguidores, aunque también muchos que lo critican. Hay de todo», le contestan.
El autobús sale a las 8:22 minutos después de recoger a una decena de pasajeros en la estación arahalense. El trayecto de 40 kilómetros transcurre con los primeros rayos del sol cayendo como un manto entre los campos de olivares que rodean los Alcores, donde se aprecia una de las primeras capas blancas de rocío del otoño. Apenas seis grados confirman que es una de las mañanas más frías de noviembre; dentro del autobús la temperatura es agradable hasta obligar a los usuarios a quitarse chaquetones y bufandas a poco de salir de la localidad por la Autovía del 92.
Arahal es el penúltimo pueblo de este trayecto dirección Sevilla, el último es Alcalá de Guadaíra cuyos límites se confunden con los de Sevilla entre un polígono industrial y otro. También es el primero de la campiña sevillana cuando se transita por esta vía en sentido contrario, hacia el oriente andaluz, o lo que es lo mismo, Málaga y Granada. 40 kilómetros que lo convierten en uno de los municipios mejor comunicados de la provincia.
El autobús está limpio, todo parece casi nuevo. La pandemia supuso un parón en la prestación del servicio de esta línea que llega desde Estepa a Sevilla , pasando por numerosos pueblos de la Campiña y Sierra Sur. Monbus S.L., fue la empresa concesionaria de esta línea en septiembre de 2019. Y solo unos meses después, en marzo de 2020, tuvo que adaptarse a las restricciones de movilidad decretadas por el Gobierno dejando solo los servicios mínimos. Aunque poco a poco ha ido ampliando los horarios de la línea, todavía no son similares a los prestados antes de comenzar la pandemia.
Esta es la razón por la que en los últimos meses, los usuarios arahalenses han solicitado recuperar los tramos horarios pre pandemia y, para hacerlo, incluso convocaron una concentración en el apeadero, apoyados por las autoridades locales. Después de una reunión con representantes de la delegación territorial de Fomento, Infraestructura y Ordenación del Territorio, y la promesa de sus representantes de interceder ante la empresa, la movilización no se llevó a cabo. Esta semana las gestiones realizadas han obtenido los primeros resultados. Monbus S. L., ha cumplido con, al menos, una parte de estas reivindicaciones ampliando el horario de salida de vehículos y disponiendo la opción de que alguno de ellos pare en Alcalá de Guadaíra.
Los usuarios comprobaban las novedades en los horarios que colgaban de la puerta del apeadero a primera hora de la mañana del 23 de noviembre. Aunque la empresa no ha cumplido todas las reivindicaciones, el comentario más común era «algo es algo». Entre los cambios están los dos autobuses más que saldrán por la tarde desde Sevilla hasta Arahal, a las 20:00 y 22:00 horas, reclamado sobre todo por los estudiantes, antes el último era a las seis de la tarde. Además, de lunes a viernes, dos vehículos de los que salen en horario de mañana de Arahal a Sevilla (7:30 y 9.25 horas) pararán en Alcalá donde se encuentra un centro de especialidades sanitarias muy frecuentado por la población.
A las 8:40 de la mañana, el autobús entra en el término municipal de Sevilla y se nota porque el tráfico se vuelve más denso . Una vez pasa la entrada de la S-30, la densidad de vehículos intentando entrar en la ciudad por la Avenida de Andalucía es ya un reto. El conductor decide tomar el carril situado más a la derecha que le ofrece la ventaja de uso exclusivo para el transporte público con el objetivo de pasar sin problemas la rotonda donde confluyen la Ronda de Tamarguillo y Cruz del Sur, el primer tapón de tráfico de esta entrada a la ciudad donde una gran bandera de Andalucía les da la bienvenida.
La rotonda «del Tamarguillo» está separada de Gran Plaza por apenas diez minutos y, entre ambas, justamente en los primeros metros de la Avenida Cruz del Campo, el autobús tiene la primera parada para quienes van a otro de los centros neurálgicos de Sevilla, el barrio de Nervión. La segunda parada está muy cerca, en la puerta de uno de los edificios de la Universidad de Sevilla, donde miles de usuarios de esta línea de transportes han estudiado Magisterio durante las últimas décadas, incluso cuando era concesionaria de la línea la empresa San Miguel, de Morón de la Frontera, y se fumaba dentro de los autobuses, actividad que dejaba su rastro en las tapicerías.
Ya quedan pocos usuarios en el autobús que está a diez minutos de su parada final, la estación del Prado de San Sebastián , donde llegan sólo cuatro usuarios. Y lo hace cinco minutos antes de la hora indicada en la página web de la empresa de transporte.
El siguiente reto para los usuarios de esta línea es conseguir que Arahal forme parte del Consorcio Metropolitano de Transporte. La Junta de Andalucía estudia desde hace un año su solicitud. Y, según las cuentas realizadas por los representantes políticos del municipio, formar parte de este organismo supondrá importantes ventajas económicas para los usuarios, especialmente los estudiantes que, además, podrán acogerse a la Tarjeta Joven de Transporte, anunciada recientemente por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y que entrará en vigor en 2022.
San Nicolás del Puerto
Solo un autobús diario para llegar a Sevilla
La empresa de transporte de autocares Monbus S.L. ( www.monbus.es ) es la encargada de gestionar los autobuses que van de la Sierra Norte a Sevilla capital. Actualmente hay sólo un vehículo que va a diario de San Nicolás del Puerto (calle Real) hasta la estación de autobuses Plaza de Armas y viceversa, lo que dificulta la conexión entre los dos puntos, especialmente durante los fines de semana, ya que tanto los sábados como los domingos la frecuencia del transporte es de uno diario. De lunes a viernes, estos autocares parten del municipio serrano a las 6.20 de la mañana y llegan a la capital hispalense a las 8.25 , por lo que son dos horas de trayecto. Además de San Nicolás del Puerto, este autobús pasa por Cazalla de la Sierra, El Pedroso, Cantillana, Villaverde del Río, El Viar, Esquivel y Alcalá del Río antes de llegar a Sevilla. Al pasar por diversas localidades de la provincia, cualquier retraso causado por algún percance puede producir que estos horarios se vean alterados. En cuanto al viaje de regreso, las salidas de Plaza de Armas son a las 14.15 horas y la llegada a San Nicolás del Puerto son a las 16.20 horas.
Durante los fines de semana, al haber un único servicio, las salidas son a las 8.50 horas los sábados, mientras que los domingos son a las 16.50 horas. En ambos casos, la llegada a la estación de Plaza de Armas se produce después de dos horas y media de trayecto. Los autobuses de regreso a San Nicolás del Puerto son los sábados a las 18.30 horas, y los domingos, a las 19 horas.

El Ronquillo
La aventura de viajar a El Ronquillo en bus
Hay dos posibilidades de llegar a El Ronquillo en autobús: a través de Damas y LEDA (Líneas Extremeñas de Autobuses). La primera ofrece un viaje diario en autobús de lunes a viernes para trasladarse desde El Ronquillo a Sevilla a las 7.15 horas (parada junto al Bar Curro) con llegada a la estación de Plaza de Armas. Misma frecuencia que la de el viaje de Sevilla a El Ronquillo, con salida desde la misma estación a las 17 horas. Los fines de semana no hay servicio y este viaje tiene un precio aproximado de 4,50 euros .
Por un precio parecido (4,36 euros + 1 euro vía internet) se puede viajar con LEDA que ofrece la posiblidad de ir de lunes a viernes desde El Ronquillo a Sevilla (parada junto a la gasolinera) a las 9.25; 11.25; 14.40 y 18.10 horas. Desde la Estación de Plaza de Armas a El Ronquillo se podría viajar con esta compañía los mismos días a las 9.15; 12.15; 16 y 17 horas. Los fines de Semana a las 10.45 y 16 h. el sábado; y a las 16 el domingo.
Los usuarios se quejan de las dificultades para poder adquirir billetes por internet (servicio que solo ofrece LEDA), ya que sin este no se garantizan plaza si no hay huecos ese día. El hecho de tener que comprar los billetes vía internet para garantizar el servicio, también crea tensiones, ya que muchas personas de edad avanzadas no manejan las herramientas digitales con tanta soltura. La situación de El Ronquillo es similar a la de otras poblaciones pequeñas en la que no existen viajes directos exclusivos debido a la demanda existente, lo que convierte llegar y volver a este destino en una aventura, sobre todo los fines de semana. A pesar de ello, muchos vecinos advierten que «la oferta existente hoy es mejor que la que existía otras épocas».

Coria del Río
Un trayecto con demasiadas paradas
José Luis Álvarez ha llegado a las seis de la mañana hasta las cocheras que el Consorcio de Transportes Metropolitano tiene en Palomares. Sabe que a las 6.25 empieza su ruta como chófer entre La Puebla del Río yla capital, si bien ABC analiza el trayecto desde Coria del Río por donde pasa el M-140 varias paradas después. Nos montamos a las 8.22 horas en la Avenida de Andalucía tras haber salido el autobús doce minutos antes desde la vecina localidad cigarrera. Hasta el Palacio de San Telmo, fin del trayecto, aguardan varios kilómetros, más de una veintena de paradas de por medio y un centenar de viajeros transportados .
Uno de ellos se llama Carmen, estudiante de segundo curso del Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos que de lunes a viernes hace este trayecto. «Muchas veces cruzo los dedos para que no haya atascos en la autovía de Gelves» , explica mientras pica su tarjeta. Cada viaje con este sistema de cobro sale por 1,17 euros mientras que el billete normal cuesta 1,75, que es el que pagamos nosotros. Ella suele bajarse en San Telmo si bien le espera luego un trayecto en Tussam hasta Viapol, aunque si va con el tiempo justo se baja antes en la estación de Metro de San Juan Bajo para combinar hasta El Prado de San Sebastián.
Junto a ella se suben 20 personas más que se unen a las 25 que llegan desde La Puebla. Esta mañana, martes, no hay mucho tráfico, por lo que se alcanza la estación de metro de San Juan Bajo a las 8.46, donde se produce el mayor trasiego de viajeros que bajan, hasta unos 20. Desde ahí, cruzando por el puente de hierro, se llega a San Telmo quince minutos después tras pasar por las principales avenidas de Los Remedios. Antes, en la parada del Parque de los Príncipes muchas mujeres de Coria y La Puebla bajan. Las casas donde trabajan les aguardan. A las 8.56 se llega a República Argentina y en el bus sólo van ya doce personas. Tras una parada técnica de cinco minutos, José Luis inicia el trayecto de vuelta a las 9.05 con tan sólo tres pasajeros. Sabe que el tiempo apremia pues debe llegar al punto de inicio en La Puebla a las 10.35, en esta ocasión a una mayor velocidad al despejarse de vehículos la carretera a esa hora.
El conductor, que trabaja una semana de día y otra de tarde en diferentes rutas de la provincia, reconoce a este medio que en el trayecto entre La Puebla y Sevilla «hay demasiadas paradas, algunas que no tienen mucho sentido puesto que casi nunca sube o baja nadie en las mismas».
Durante sus años de experiencia al volante y conocedor de esta ruta entre el Aljarafe y la ciudad hispalense reconoce que hay varios puntos negros en el recorrido del M-140: «Especialmente en la autovía a la altura de Gelves, en la rotonda del parque empresarial Alavera, en San Juan, también cuando nos adentramos por sus calles a través de la arrocera Herba y en la cuesta de la calle Gran Avenida de Coria donde un autobús debe subirse a la acera si se cruza con otro justo en la curva pronunciada que hay».
Marchena
Sin estación ni marquesina
En Marchena, en plena Campiña, los vecinos van a coger el autobús a Plaza de la Constitución, más conocida como la Fuente del Niño. Es la casilla de salida de un viaje que en hora y veinte minutos nos va a llevar a la capital, en un trayecto que en un turismo particular puede rondar los 45 o 50 minutos. Al llegar a la citada plaza que nadie busque la estación o una simple marquesina de una parada específica, tampoco un punto de información oficial. Sitúese en la terraza de un pub y espere a que llegue el autobús. Y los días de lluvia hay que dar las gracias al dueño del local por tener la terraza techada .
El billete cuesta 6,08 euros si no goza de ningún tipo de reducción (pensionista, familia numerosa o carné joven). Hay que comprarlo al propio conductor. Procure no llevar billetes de los grandes . Nos montamos en el autobús de las nueve de la mañana, que tiene parada en Alcalá de Guadaíra (actualmente sólo pasa éste). Empieza el viaje. Relájese, si puede. Antes de salir de Marchena hay una parada más para seguir recogiendo a pasajeros. Por una carretera comarcal el trayecto continúa hacia el vecino pueblo de Paradas, municipio con menos de siete mil habitantes donde el autobús realiza tres paradas. Cuatro en menos de veinte minutos , y eso que no es un autobús urbano.
De Paradas a Arahal, por otra carretera comarcal. Aquí sumamos tres nuevas paradas, una de ellas en la estación de autobuses del municipio, donde se monta el mayor porcentaje de pasajeros. Llevamos casi más de media hora sentados y apenas hemos arrancado. Desde Arahal salimos a la A-92 dirección Sevilla. Toca llegar a Alcalá de Guadaíra. Hace años, eran muchos los vecinos de estos pueblos que acudían a las consultas de médicos especialistas que había en este municipio aunque en la actualidad ha perdido usuarios. Si bien, con un único autobús de ida y otro de vuelta, se evidencia lo difícil que es para los sevillanos la movilidad entre los pueblos. Aquí la parada es fantasma, pues el conductor le dejará en mitad de una calle del barrio de la Rabesa, cerca de los contenedores. Casi una hora después de salir, encaramos la recta final del trayecto. La «odisea», como califican el viaje algunos usuarios habituales preguntados por este periódico, está a punto de terminar. O eso, al menos, es lo que se puede pensar por la hora, pero antes hay que ir bajando a pasajeros en la avenida Cruz del Campo, en la avenida de Ciudad Jardín, en la Facultad de Empresariales. Hora y veinte después concluye el viaje en la estación del Prado de San Sebastián.
Para los 19,000 habitantes de Marchena no es fácil elegir cómo ir a Sevilla en transporte público. Sólo hay seis autobuses . Con una frecuencia de dos a cuatro horas y media en función de la franja del día. Para volver, hay una opción más. Podrían optar por el tren, pero olvídense de buenos precios y flexibilidad horario . Son trenes 'Media Distancia', vienen de Málaga, hay cinco al día, y su precio es de 7,60 euros. Aquí se esconde una de las viejas reivindicaciones de los marcheneros: el Cercanías. Hay pueblos más lejos de la capital que cuentan con este servicio.

Las Navas de la Concepción
Pasarse 7 pueblos
A las 6 de la mañana, cuando el frío embarga el movimiento de la Sierra Morena de Sevilla, algún que otro aventurero comienza la odisea frente a la «Fuente de los leones». En la céntrica Plaza de España de la localidad de Las Navas de la Concepción se inicia esta odisea. Que no es la mejor ni le peor, es la única. La única oportunidad de llegar a la capital en autobús desde este pueblo al norte. Por tanto, los aventureros acuden convencidos y fortalecidos de que pocos superan con alivio este suplicio al que parecen condenados: casi tres horas de viaje y siete pueblos . Las Navas de la Concepción se encuentra a 106 kilómetros de Sevilla.
El viaje comienza por carreteras estrechas de sierra y termina en la Estación de Plaza de Armas. Al subir al bus el viajero abona 9,22€ por el billete de ida y 8,30€ si le quedan fuerzas o necesidad de subir a la vuelta. Una vuelta que se marca a las 3 de la tarde desde Sevilla. Y no es que sea la mejor o la peor hora, es que también es la única posibilidad de volver . Y todo esto solo de lunes a viernes.
En este pueblo de poco más de mil quinientos habitantes, jubilados y algunos estudiantes son los principales aventureros en esta odisea. A lo que se suma algún que otro vecino que no se vea con medios para acudir a alguna gestión de la capital. Es un servicio público que quizá debiera completarse con otra línea que partiera del municipio una vez amanecido el día.
El bus arranca y los primeros viajeros (si los hay) se acomodan para una ruta que visita 7 pueblos sevillanos : La Puebla de los Infantes, Peñaflor, El Priorato, Lora del Río, Alcolea del Río, Guadajoz, Tocina y Los Rosales. Un recorrido sin fin que antes se encontraba cubierto por dos líneas diferentes que acortaban camino. Casi siempre son más los viajeros que acuden a este autobús para desplazarse a pueblos cercanos en los que cuentan con servicios como el Servicio Andaluz de Empleo. Los lunes y viernes esta línea puede superar la treintena de aventureros que se suman a este entretenido trayecto.
Ser chófer de esta línea realmente es cumplir con un servicio público al que, por incómodo o tedioso, acuden, en su mayoría, quienes solo tienen este medio para moverse. Antes del parón de la pandemia y con otras dos líneas más de autobús el número de pasajeros de estos pueblos era mucho mayor. Ahora por incompatibilidad, muchos vecinos de estas localidades han buscado otra forma de desplazarse o, en casos extremos, ya no lo hacen.
Al llegar a Sevilla y pisar Plaza de Armas o bajarse en el Hospital Virgen Macarena cada aventurero asume en silencio la sentencia: «misión cumplida». Otros, miran el reloj y guardan un pequeño bostezo bajo la mascarilla. Confían en que alguien, en algún rincón de algún despacho competente, entienda que ir de Las Navas de la Concepción a Sevilla y tardar tres horas, siendo la única oferta de transporte público con la que cuenta la localidad, puede que sea pasarse 7 pueblos.

Bollullos de la Mitación
Alta demanda por los hospitales y la universidad
Bollullos de la Mitación se encuentra en la segunda corona del Aljarafe. Está conectada por la red de autobuses metropolitanos con la capital a través de cuatro líneas. En tres de ellas es el municipio término o inicio de ruta; mientras que en otra es parte de un itinerario que va desde Sevilla hasta Villamanrique de la Condesa. Tomamos a las 8.33 horas de la mañana de este jueves el autobús de la línea M-159. Ha llegado con algo de retraso a la parada de la calle Mulhacén donde se inicia un recorrido que atravesará por los municipios de Bormujos, Castilleja y Camas. No es el trayecto más rápido, pero es la línea con una frecuencia de paso mayor (9 salidas de lunes a viernes). Su alta demanda obedece a que conecta con puntos de mucho tránsito en el Aljarafe como los hospitales San Juan de Dios y Nisa o la Universidad CEU San Pablo. El viaje discurre sin grandes problemas de congestión de tráfico. A esa hora las retenciones que se montan en el nudo de la Pañoleta y en el acceso al puente del Cristo de la Expiración ya han desaparecido. «La clave está en pasar después de las nueve» señala María, una usuaria frecuente de esta línea. Trabaja en un bar próximo a la estación de autobuses y le compensa echar 50 minutos de viaje. Hay una línea directa que conecta Bollullos con la capital y que recorta significativamente ese tiempo, apenas 20 minutos si no hay retenciones. Pero sólo circulan dos de ida y dos de vuelta al día y sólo en jornadas laborables. Por eso los vecinos de Bollullos tienen que recurrir a trayectos mucho más largos de manera frecuente. Algo que sufren otros pueblos del Aljarafe que a pesar de la cercanía con la ciudad, no la sienten cuando tienen que coger un autobús. «Y lo peor es que no tenemos ningún servicio nocturno más allá de las once o si quieres hacer algo en la capital los fines de semana, son pocas las horas de paso. Por eso al final acabas recurriendo al coche, sobre todo la gente joven».

Los Palacios y Villafranca-Sevilla
Frecuencia reducida a la mitad los fines de semana
La línea que cubre el trayecto Los Palacios-Sevilla, el M-134, alterna sus 27 viajes diarios (de lunes a viernes, los fines de semana la frecuencia se reduce a la mitad) alternando recorridos directos por la A-4 con otros que también pasan y paran en Dos Hermanas. Estas dos opciones se turnan cada 30 minutos desde primera hora de la mañana hasta las 16.00, a partir de ese momento la frecuencia pasa a ser de una hora.
Cuando tomamos el autobús a las 8 de la mañana tanto el apeadero de la Avenida de Cádiz como el de la Avenida de Sevilla, ambos en Los Palacios y Villafranca, registran gran afluencia de personas, principalmente estudiantes universitarios, trabajadoras del hogar y familiares de enfermos hospitalizados en la capital hispalense. El vehículo, de la empresa Damas, parte hacia Sevilla con la práctica totalidad de los asientos ocupados.
El de las ocho, como casi todos los de esta línea que empiezan su trayecto a horas en punto, pasa por Dos Hermanas, lo cual hace que el viaje aumente su duración unos 7 u 8 minutos respecto al directo. En total realizamos 14 paradas (4 en Dos Hermanas y 10 en Sevilla), lo cual hace un poco pesada la experiencia, aunque realmente tardamos menos de 40 minutos en completar el trayecto. Las paradas en las que más gente se baja son las del Hospital de Valme, Avenida de la Palmera y la de Avenida de Portugal (junto al ya extinto Bar Citroen).

Espartinas
Quince kilómetros en más de 45 minutos
Entre Espartinas y Sevilla hay apenas 15 kilómetros y 45 minutos en el mejor de los casos en autobús. Ésta es la única alternativa al vehículo privado que se le da a los vecinos de esta localidad castigada por las administraciones ya que ni siquiera tiene aún el enlace con la A-49. A eso se le une el «desconocimiento absoluto de la hora en la que pasan, ya que vienen de Sanlúcar, Villanueva o Benacazón». Lo denuncia Francisco Toro, vecino de una de las urbanizaciones más próximas a Gines que en la mayoría de las ocasiones prefiere ir andando por el arcén de la antigua carretera de Huelva hasta esta localidad ya que desde allí la frecuencia es mucho más regular. «No es un sistema en el cual puedes pensar que el transporte público puede ayudar a acercarte a Sevilla o a Castilleja de la Cuesta —afirma—, la única referencia es la web, pero sólo pone el horario de salida de la localidad de partida, por lo que hay veces que puedes estar esperando a la intemperie más de media hora y tampoco sabes el recorrido que va a tomar, porque hay algunos que cruzan todos los pueblos y otros que van directamente por la autopista». A todo esto se le une el cuello de botella que se forma de tráfico en la rotonda de Gines, el atasco de la autovía y el que produce la salida y entrada de los alumnos del Colegio Europa, por lo que el viaje puede irse a más allá de una hora.

Guillena
Guillena-Sevilla con parada en cuatro pueblos
Apenas 22 kilómetros por autovía separan Guillena de Sevilla, pero la conexión por transporte público sólo se resuelve con autobuses que no hacen trayectos directos, con paradas intermedias en otras localidades, lo que impide utilizar ese trayecto rápido. Tres líneas del Consorcio Metropolitano lo cubren con una veintena de frecuencias durante los días laborables, que empiezan a las 5.50 de la mañana y concluyen a las 23, los fines de semana se reduce a sólo la mitad.
El problema es que los dos servicios principales, que ofrecen el M-177 y el M170B, que pasan por Santiponce, Valencina y Camas y cubren a la pedanía, lo que retrasa mucho el viaje al tener que recurrir a desvíos y carreteras nacionales para entrar y salir de los municipios. Si no hay atascos el trayecto supera la hora de viaje. Si el tráfico es pesado puede llegar a las dos horas, pues en el camino no hay vía reservada para el transporte público.
La tercera línea es la M-114 que pasa por La Algaba y tiene menos paradas intermedias, pero apenas dispone de tres frecuencias al día, lo que no la descarta como alternativa. Eso sí, es económico, pues el coste del billete apenas llega a los dos euros.
El trayecto en coche privado es la manera más habitual para comunicar este municipio con la capital andaluza , pues el recorrido apenas se supera los veinte minutos cuando la circulación es fluida. Si hay atascos, que son habituales en hora punta, se puede tardar hasta 45 minutos. La construcción del arco norte de la SE-40, que es un proyecto comprometido desde hace más de veinte años, aliviaría tanto el trayecto en autobús como el del vehículo al poder esquivar los embotellamientos a la entrada y salida de la ciudad.
Gines
Ni fácil, ni rápido
Llegar a Sevilla desde Gines, una localidad situada a poco más de 10 kilómetros de Sevilla donde viven unas 14.000 personas, no es fácil ni rápido en transporte público. Tampoco lo es en coche particular si se baja en hora punta (de 7,30 a 9 de la mañana), incluso si no se trata de esa hora porque el riesgo de que la A-49 se atasque es muy elevado . Cualquier avería o un accidente, algo harto frecuente en esta carretera de acceso a la ciudad, puede provocar retenciones kilométricas, por no hablar de los fines de semana de verano por el elevado tráfico de personas que van o vienen de las playas onubenses.
El autobús que une Gines y Sevilla es el M-160, aunque hay otro con menor frecuencia de paso que es menos conocido y utilizado. Tarda unos 20 minutos en llegar a la parada , aunque depende también del tráfico (pueden ser 30 o más). El M-160 tiene su primera parada en El Prado, frente al Parque Municipal, y a partir de ahí nos espera media hora de trayecto en el mejor de los casos. En el peor (horas punta o incidencias no previstas en el tráfico), la cosa se puede ir a 45 o 50 minutos, incluso una hora . Este autobús tiene ocho paradas en el término municipal de Gines (El Prado, Policía Local, Farmacia Martín, Pabellón cubierto, Kiosko Marcos, La Taurina, Hotel Gines, Muebles Castellano); cuatro en Castilleja de la Cuesta (Hacienda San Ignacio, Supermecado Codi, Irlandesas y Maristas); tres en Camas (Carambolo, Coca de la Piñera y Barriada El Chato), y otra en Sevilla capital (Chapina) antes de llegar a Plaza de Armas, su destino.
De ahí habrá que coger otro autobús al lugar que se desee ir de la ciudad, salvo que queramos ir al casco histórico de Sevilla, del que se encuentra relativamente cerca a pie.
Cogemos el M-160 a las 8 de la mañana porque entramos a trabajar a las 9 en la Cartuja (es una suerte si vives en Gines no hacerlo en Nervión o Sevilla-Este porque habría que sumar unos cuarenta minutos más) y vemos que en salir del pueblo se tarda unos 8-10 minutos. A estas alturas el autobús puede estar ya bastante lleno, En cruzar Castilleja (cuatro paradas) se puede tardar algo más porque la calle Real tiene muchos semáforos y se atasca con cierta frecuencia. No obstante, lo peor nos espera en la SE-30, la ronda de circunvalación por donde tiene que pasar necesariamente para acceder a Sevilla. Los dos kilómetros escasos que la separan de la Torre Pelli pueden hacerse eternos a las 8,20 de la mañana. Nuestro chófer, que lo sufre a diario, hace la trampa de ponerse en el carril derecho, de giro obligado a la derecha para el Charco de la Pava o para girar en dirección a Carlos III y entrada a la Cartuja, y con esa trampa nos ahorramos unos cinco minutos. Los coches que van atrás hacen sonar sus claxon cuando el semáforo se pone en ámbar intermitente y el autobús no gira ni se quita de enmedio, pero a nuestro timonel le da igual. Hemos llegado a las 8,40 a Plaza de Armas y podemos darnos con un canto en los dientes. Media hora antes (y con un conductor escrupuloso con las normas de tráfico) nos habría llevado una hora.
Dos Hermanas
Sólo funciona el Cercanías
Dos Hermanas es probablemente el único municipio bien conectado con la capital gracias a la línea de Cercanías, que tiene una frecuencia de un tren cada media hora y dos estaciones, la principal y la de Cantaelgallo, para dar servicio a la ciudad excepto a la zona de Montequinto, donde hay una parada de la línea 1 del metro. Sin embargo, al tratarse de una localidad con más de 130.000 habitantes, cuyo crecimiento urbanístico se ha disparado en los últimos años, los trenes no dan abasto en las horas punta para tanta demanda y, además, hay puntos de la ciudad en los que la estación está a más distancia que Sevilla. Para esos barrios, como la Motilla, las Portadas o Arco Norte, entre otros, la única alternativa es el autobús, pero la línea tarda en llegar al Pabellón de Portugal, última parada de Sevilla, media hora desde la última parada de Dos Hermanas. Dentro del municipio se pierden otros 20 minutos. Y además hay que rezar para que en la travesía de Bellavista no haya atasco, en cuyo caso el trayecto no baja de la hora. La realidad es que pocas veces va lleno el autobús. Los nazarenos prefieren el coche.
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