Quién fue San Francisco Javier y por qué su día se celebra el 3 de diciembre

Cada 3 de diciembre el santoral católico celebra San Francisco Javier, cuya huella aún perdura en la historia de la iglesia. El 7 de abril de 1506 nació Javier en Navarra. Su padre, Juan de Jasso era presidente del Consejo del Rey de Navarra, Juan III de Albret. Mientras que su madre, María de Azpilicueta, provenía de familia noble.

Conoció a Ignacio de Loyola en París, donde llegó a estudiar en la Sorbona, y con quien fundaría la Compañía de Jesús y durante los primeros años del siglo XVI fue un misionero que desarrolló toda su trayectoria en oriente, por lo que fue apodado como el Apóstol de las Indias. Se consagró sacerdote en Roma, convirtiéndose en unos de los pilares fundacionales de la compañía de Jesús.

En 1540 parte hacia Lisboa donde arrancaría su etapa en las misiones. El embajador portugués en Roma pidió a Ignacio de Loyola hombres para enviarlos a las Indias Orientales y el papa lo nombró como su legado en las tierras del Mar Rojo, del Golfo Pérsico y de Oceanía, abarcando ambos lados del Ganges.

Su vida estuvo marcada por un deseo de divulgar y evangelizar, por lo que fue uno de los misioneros más destacados, de ahí que sea el Patrono de los misioneros por su gran labor en Asia. Viajó a numerosos países, entre ellos Japón, India o las Islas Molucas para propagar la palabra del Evangelio. Su dedicación fue un modelo a seguir para el resto de generaciones futuras.

A él se le atribuyen milagros como la resurrección de un niño en la India, lo que hizo que fuera reconocido como un santo milagroso. En Méjico es uno de los más venerados este 3 de diciembre, su figura es un símbolo de dedicación y sacrificio.

Murió el 3 de diciembre de 1552 con 46 años tras enfermerar mientras trataba de entrar en en el continente chino.