entrevista
«El urbanismo se ha convertido en un callejón sin salida en Sevilla y en toda España. Hay que simplificar los trámites como en los años 80»
El arquitecto sevillano, Premio Andalucía de Arquitectura 2024, recuerda algunos planes generales de hace cuarenta años: «Entre la hiperreglamentación y la falta de diligencia de los políticos, no se están haciendo viviendas»
«A los arquitectos nos ha faltado humildad y nos ha sobrado soberbia»
«En vez de conmemorar la Exposición de 1929 deberíamos proteger su legado. La Palmera es ahora un desastre»

El arquitecto Luis Fernando Gómez-Stern es Premio Andalucía de Arquitectura 2024 en reconocimiento a su brillante trayectoria, cuyos hitos en Sevilla fueron la sede de Sevillana de Electricidad, el edificio de Sevilla-o la rehabilitación de las Casas de la Judería y de ... las Casas Consistoriales de Sevilla, entre otros. Del ex presidente del grupo Otaisa, el jurado destacó su capacidad para introducir «una forma de producir arquitectura hasta entonces nunca vista en Andalucía, con una intensa vocación de servicio a la sociedad y fruto del quehacer colectivo, mucho más próxima a lo que por entonces estaba sucediendo en otros países de Europa y el resto del mundo».
-La vivienda siempre ha sido un problema pero parece que ahora lo es incluso un poco más que antes por el encarecimiento de los precios. ¿Qué se puede hacer para darle la vuelta a esto?
-Hacer muchas viviendas.
-¿Y por qué no se hacen?
-Creo que por un problema político. Ha habido épocas en que Emvisesa hacía muchas viviendas y no sé por qué han dejado de hacerse. Da la impresión de que los políticos no se han puesto las pilas. También hay un problema con el urbanismo en general, se ha convertido en un callejón sin salida en Sevilla y en toda España, hipertrofiado de reglamentación. Los planes generales tardan muchísimo tiempo en salir adelante y hay tanta interacción de regulaciones que se solapan unas con otras y ha colapsado. Entre esta hiperreglamentación de urbanismo y la falta de diligencia de los políticos, no se están haciendo viviendas.
-¿Habría que simplificar las cosas?
-Sí, el urbanismo hay que simplificarlo. En los años ochenta a se hacían unos planes muy útiles, ahora mismo con las calificaciones medioambientales y numerosos requisitos no se avanza al ritmo necesario. Aparte de que muchos informes ambientales se contradicen, como se ha visto con los túneles de la SE-40. Uno dice una cosa y al día siguiente otro dice otra distinta. Parece que son como los informes de los peritos de parte en los juicios.
-¿El patrimonio de Sevilla podría protegerse mejor y diversificarse a efectos turísticos? Hay muchas iglesias, conventos y edificios fuera de esa almendra de la Catedral, el Alcázar y el barrio de Santa Cruz que también tiene mucho de interés.
-Eso se está intentando hacer. Creo que en protección del patrimonio estamos atrasados pero reconozco que se están dando pasos importantes como la rehabilitación de la antigua Fábrica de Artillería. Yo creo que se puede invertir más en los conventos, sobre todo si una parte de ellos se puede convertir en viviendas que le dieran vida al centro. Históricamente los conventos, aparte de la función religiosa, eran residencias.
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