Los pisos turísticos facturan casi 100 millones de euros al año en Sevilla
Apenas hay diferencia en el precio con los hoteles y apartamentos turísticos, pero sí en las obligaciones que tienen que cumplir los alojamientos
En el Casco Antiguo de Sevilla y Triana sobran más de 2.500 viviendas turísticas
![Varios turistas con maletas junto a la Catedral](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/02/22/turistas2-RnSsUqopbu4OrzrYYCEZqGP-1200x840@diario_abc.jpg)
El negocio de los pisos turísticos en Sevilla tuvo una facturación de 96 millones de euros en 2023, la mayor de los últimos cuatro años. El dato lo aporta Sevilla City Office, el portal del servicio municipal de Turismo que analiza mensualmente la evolución y ... muestra que ese fue el dinero que movió el conjunto de viviendas que se alquilan por temporadas a través del portal, donde está la mayoría de viviendas usadas como alojamiento que tienen actividad durante todo el año.
De hecho, desde la pandemia el montante ha crecido un 40%, pasando de 69 a 96 millones, con incrementos tanto en la oferta como en el precio al que se comercializan los inmuebles. El estudio de Sevilla City Office, que se puede consultar en la página web, indica que el coste medio por habitación viene a salir en torno a los 90 y 100 euros, que es muy parecido al de hoteles y apartamentos turísticos. Hace un tiempo alojarse en un bloque de pisos resultaba mucho más barato, pero eso ha ido cambiando con el tiempo.
La mayoría de las viviendas que se utilizan como hospedaje son de cuatro o más habitaciones y su precio medio es de 394 euros diarios, indica el análisis consultado. Le siguen los de tres habitaciones, que valen unos 200 euros, mientras que los de dos y una habitación cuestan 156 y 104, respectivamente. Todas estas cifras dan una idea de la dimensión del fenómeno que alcanza volúmenes económicos parecido al de grandes empresas sevillanas con centenares de trabajadores a su cargo como Cobre Las Cruces, la firma de moda Scalpers, la ingeniería Ayesa o el propio Real Betis Balompié.
El decreto de la Junta que se ha aprobado hace tres semanas, que viene a regular este mercado, ya les da la consideración de actividad económica y elimina el uso residencial por el que se han venido rigiendo hasta el momento. El nivel de rentabilidad de este tipo de negocios es alto, aunque, en el caso de Sevilla, la mayoría de los propietarios son pequeños inversores que han visto en esta actividad una manera de obtener un sobresueldo, pagar rápido una hipoteca o es su única fuente de ingresos. También han surgido al calor de este fenómeno otros negocios de gestión como agencias, consultoras o incluso profesionales autónomos que se encargan del funcionamiento de los pisos y el trato con los huéspedes.
Hasta el pasado 2 de febrero, cuando entró en vigor el decreto andaluz que da competencias a los ayuntamientos para limitar este fenómeno, en la ciudad había 8.822 pisos con licencia turística, aunque son unos 3.700 los que mantienen la actividad todo el año. En total suman un total de 43.184 camas, que superan en 10.000 la capacidad de la planta hotelera y la de apartamentos turísticos de la ciudad (tienen un total de 33.700 plazas). De hecho, sólo un mes antes, cuando se iba acercando la fecha de aprobación comprometida por la Junta para dar curso a la regulación, el número de permisos se disparó con 200 más.
Un nuevo panorama
La norma, de entrada, no puede reducir este número, únicamente encontrar vías para impedir que vayan a más, pero sí da potestad a las ciudades para endurecer las condiciones para nuevas licencias y declarar zonas saturadas, como ya está haciendo Sevilla. El Consistorio ha identificado once barrios principalmente en el casco histórico y en Triana donde no se permitirán más permisos, como adelantó el jueves ABC.
Estos núcleos saturados del Centro son Santa Cruz, el Arenal, la Alfalfa, San Bartolomé, Feria, Encarnación, Santa Catalina y la zona histórica de Triana. Sólo se libran el Museo y San Julián, donde no habrá restricciones. La intención a futuro no es sólo dificultad la apertura de nuevas licencias en estos barrios, sino reducir el número de las que ya están en vigor, pues tras un exhaustivo estudio, los servicios municipales han concluido que sobran 2.750 viviendas turísticas por ejercer una fuerte presión sobre los residentes y los negocios tradicionales hasta provocar una transformación del entorno.
La única manera de reducir ese censo es con una inspección efectiva y la retirada de licencias a los incumplidores. Así se recogerá en una ordenanza que ya está preparando la Gerencia de Urbanismo, que será en la que recaiga esta competencia. Previamente hay que otra modificación puntual del PGOU para incluir la nueva terminología, un trámite que tardará entre seis y diez meses. Pero eso no significa que el Ayuntamiento no pueda actuar. De hecho, será el supervisor de las nuevas peticiones que reciba la Consejería de Turismo, de la que seguirá dependiendo el registro. Si se cumplen los plazos comprometidos, será el abril cuando se empiece a regular.
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