entrevista
O'Kean, catedrático de Economía en la Olavide: «Muchos de mis alumnos vienen a clase en chanclas y bermudas»
El economista sevillano cree que la pandemia «ha barrido la estética del respeto» y reconoce que algunos profesores de la Universidad sevillana también se ponen bermudas y chanclas para dar sus clases: «La mayoría de mis alumnos quieren ser influencers o dar un pelotazo con los bitcoin»
«El PP ha entendido lo que es Andalucía, donde mucha gente no quiere competir, y por eso no ha entrado aquí como Milei»
«El fraude de los ERE es un hecho pero hay una envolvente o narrativa para que se crea otra cosa»
«No se puede estar esperando dos horas en la calle para ver dos pasos»
![José María O'Kean en su despacho sevillano](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/07/07/okean-foto-tres-RIgGXBSK9D9oiY0j0m5Ia5N-1200x840@diario_abc.jpeg)
El catedrático y economista José María O'Kean (Sevilla, 1957) es maestro de muchas cosas, también de la elegancia y de la ironía, que utiliza en selectas dosis cuando se le pregunta por los valores de los jóvenes y de las generaciones actuales. Imparte ... clases de Economía Aplicada en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla desde hace casi treinta años y fue decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Olavide y vicerrector de Fundaciones de esta Universidad. Formado como investigador en una escuela económica de la Universidad de Harvard, su visión de la comunidad académica es de luces largas. Ha ocupado cargos relevantes en las Universidades de Sevilla, Cádiz y Huelva y fue director de la sede sevillana de Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Investigador de la coyuntura macroeconómica, acaba de publicar el libro «¿Una nueva crisis? Inflación, malestar e incertidumbre» (Conecta).
-Usted lleva dando clases desde hace más de treinta años. ¿Los jóvenes actuales son más quejicas que los de generaciones anteriores?
-Los jóvenes actuales son como son. Si hablamos de los «centennial», que tendrían entre 15 y 28 años, diría que son irreverentes. Piensan, en general, que lo que hacemos todos los demás no tiene mucho sentido y que son ellos, tan conectados a la tecnología, los que saben cómo funciona el mundo. Se preguntan por qué le van a hacer caso a su padre o a su madre; o por qué van a pensar que un profesor les puede contar algo interesante; o por qué van a creer que su jefe lleva razón. Su razonamiento es que hasta que tú les demuestres que llevas razón, no hay nada que hacer. No reconocen ninguna autoridad.
-¿Tiene que demostrarle a sus alumnos que tiene razón en sus clases de Economía?
-Sí. Se lo tienes que justificar todo. Y son alumnos de primero de carrera. Al final del curso, me respetan un poco pero parten de la base de que lo que tú le estás contando no les sirve de nada y no tiene ningún sentido. Y si les intentas imponer una disciplina, te dicen que no llevas razón.
-Usted explica Macroeconomía.
-Sí, por eso lo tengo relativamente fácil porque les estoy explicando cosas de la realidad. Es cierto que a la mayoría no les interesan pero siempre hay un grupo de diez o quince que sí, que leen libros de Economía. La mayoría de las chicas de la generación 'centennial' quieren ser 'influencer' y la mayoría de ellos quieren dar pelotazos con los bitcoin. Dinero fácil sin mucho esfuerzo y todo a través de Internet y plataformas digitales.
-Los 'centennial' gobernarán España y las empresas dentro de quince o veinte años...
-Y lo van a querer cambiar todo. Porque son irreverentes. Cuando daba clases en la Universidad de Huelva, estaba en pleno apogeo el fenómeno Mario Conde y todos querían ser como él.
-¿Qué valores echa de menos en estos alumnos respecto a los que tenía en sus clases hace veinte o treinta años?
-Como he dicho antes, la figura del profesor no significa nada para la mayoría de ellos. Piensan que lo que enseñamos en las clases estaba bien para otra época pero que hoy estamos completamente anticuados. Esa es la principal diferencia que noto y luego vienen consecuencias colaterales: lo quieren todo muy rápido y tampoco quieren echar muchas horas para conseguirlo. No les gusta demasiado trabajar. Pero eso es una pelea que siempre ha habido con los alumnos desde que empecé a dar clases.
-Las oposiciones a la Administración se están adaptando a esta nueva filosofía y van a dejar de exigir tantos conocimientos a los futuros funcionarios.
-Esto es diferente. Antes debías aprender conocimientos y atesorarlos en tu cabeza para después aplicarlos. Ahora esos conocimientos los tenemos en el móvil y lo que hay que saber es aplicarlos, es decir, contar con la estructura mental. De todas maneras, creo que nos estamos pasando porque para tener cabeza bien estructurada y aprender a actuar, ya seas arquitecto, médico o cualquier otra cosa, hay que tener conocimientos. También es verdad que muchos conocimientos teóricos que damos en la universidad no les servirán en su desempeño en una empresa, pero opino que el manejo de la tecnología no es suficiente para ser un buen profesional. Lo que hacemos en la Universidad es dar herramientas para estructurar la mente.
-¿Hay demasiados universitarios en España?
-Creo que debería haber más alumnos en la Formación Profesional, como sucede en muchos países europeos, porque muchos graduados universitarios no encuentran trabajo adaptado a sus conocimientos, mientras que en la FP es mucho más fácil y rápido lograrlo. Otro tema es que muchos 'centennial' o 'millennial' prefieran seguir en la universidad hasta los 25 años para no trabajar. Ellos no necesitan independizarse de sus padres como nosotros y no tienen prisa. Saben que trabajar es un engorro y les quitará el tiempo que necesitan para seguir generando contenidos en Internet o estar con los videojuegos. O hacer algún viaje entresemana. Muchos prefieren demorar ese momento y en su casa tienen toda la libertad que necesitan.
-Ha dicho alguna vez que la pandemia ha barrido una estética de respeto.
-Sí. Te subes a un avión y ves a gente en bañador. En el AVE pasa igual. Parece que ya todo el mundo va de turista todo el día, en bermudas o en chanclas, tanto los turistas como los que no son. La pandemia ha barrido esa estética de respeto y los jóvenes se preguntan por qué tiene que ir con una camisa o una chaqueta si pueden ir más cómodos, en calzonas o chanclas. Y en el AVE mucha gente se quita las chanclas y pone los pies encima del asiento. Antes había unas normas que respetaban la intimidad de los demás, pero esas normas ya no se respetan.
-¿Algún alumno va a sus clases en chanclas?
-Sí, muchos y en bermudas.
-¿Y no les dice nadie nada?
-En la universidad del pasado siglo, a los alumnos que no fueran con chaqueta y corbata no les dejaban entrar en clase. Ahora el que se siente raro es cualquier profesor que va vestido así, aunque también hay ya profesores en mi Universidad que dan clases en chanclas y bermudas.
-¿Se han mimetizado con sus alumnos?
-Tiene su lógica. Ya sabemos que la gente joven siempre lleva la razón y que lo que hay que intentar en esta sociedad es ser joven a toda costa.
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