Archidiócesis
¿Quiénes son los nuevos sacerdotes que se van a ordenar este sábado en la Catedral de Sevilla?
Cuatro seminaristas serán ordenados diáconos y otros tantos diáconos recibirán el orden sacerdotal de manos del arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses
![Los próximos sacerdotes y diáconos sevillanos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/09/15/nuevos-sacerdotes-sevilla-RVHIVI31Yav6sS8RTguCL4I-1200x840@abc.jpeg)
La Catedral de Sevilla acoge la mañana de este sábado la ordenación de cuatro seminaristas como diáconos y otros tantos diáconos como sacerdotes de manos del arzobispo, monseñor José Ángel Saiz, en una ceremonia que comenzará a las once de la mañana. Después de muchos ... años en los que se celebraban por separado, en esta ocasión se vuelven a unir las ordenaciones de diáconos y presbíteros en una misma ceremonia. Habitualmente, se trata de actos con una evidente riqueza litúrgica, al juntar ambas ordenaciones se observan detalles y particularidades con un significado propio.
Los nuevos diáconos son Fernando Martín, Andrés Rodríguez, Camilo Castillo y Moisés Benavides. Los dos últimos han recibido su formación en el Seminario Redemptoris Mater. Por otro lado, serán ordenados Germán Carrasco, Manuel Franco, José Pablo Hoyo y Julio Sánchez.
Fernando Martín Llamas tiene 27 años, es de Jerez de la Frontera y ha dicho «sentirse agradecido de su familia, que de niño le introdujo en la relación con el Señor; de su colegio religioso, donde amplió su convivencia social; de la hermandad que le acercó a la piedad popular; y de su comunidad parroquial, referencia de fe y rostro vivo de la Iglesia para él».
Andrés Rodríguez Sánchez nació en 1994 en Bollullos de la Mitación y ha explicado que «Dios me llamaba, pero no me daba cuenta o no quería. Estaba centrado en 'mis planes', en mis estudios, una vida normal. Un día, mientras visitaba a un familiar hospitalizado, vi a un capellán administrando la comunión a enfermos, y me pregunté: «¿por qué no acercar a Dios a los demás, como sacerdote?» Y así comenzó esta aventura».
Germán Carrasco, cordobés, ha comentado que «entrar en el Seminario implica, a fin de cuentas, dejar de tener en las manos el timón de tu propia vida y saber que es Otro el que lo maneja por ti».
Manuel Franco Rodríguez ha resaltado que «ahora lo que siento es una especie de vértigo por el don tan grande e inmerecido que el Señor va a poner en mis manos, para servir a su Iglesia. Aunque tengo profunda confianza en el amor y gracia de Dios, que sostiene y levanta en cada momento. Estoy seguro que Él no me dejará sólo e irá por delante en esta hermosa aventura».
José Pablo Hoyo Robles ha recordado cómo se metió en el seminario y ha destacado que «es difícil explicar cómo, pero Dios lo hizo. Mirando a la Eucaristía, descubrí que son muchas las personas que necesitan de Jesús aún hoy, que quieren mirarle, pero no le encuentran. Y para todas ellas me quería Jesús, para que les mostrase que hay un Dios que nos ama inmensamente, y para que las alimentase entregándoles la Eucaristía. Sentía que me miraba el mismo que caminaba por Galilea, y que me señalaba para llevar a Cristo al mundo. Eso implicaba…que debía ser sacerdote».
Julio Sánchez Ortega sintió «el abrazo de Dios», cuando huyendo del calor subió al coro alto del convento de las clarisas, en Zafra, Badajoz, mientras participaba de una campaña de restauración organizadas por un profesor de la Facultad. «A partir de ahí, nada fue lo mismo», ha reconocido.
Rito de la ordenación sacerdotal
Presidirá la ceremonia al arzobispo hispalense, que estará acompañado por los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia, así como por una nutrida representación del clero diocesano. El rito de la ordenación comenzará al término de la lectura del Evangelio.
Los candidatos al diaconado y presbiterado son llamados al altar, donde se realiza su escrutinio. Tras la homilía, los futuros diáconos y sacerdotes expresan su voluntad de recibir los ministerios. Seguidamente se da paso a uno de los momentos más esperados de la ceremonia, cuando los ocho ordenandos, cuatro diáconos y otros cuatro sacerdotes, se postran en el suelo mientras la asamblea canta las letanías.
La ordenación propiamente comienza con la imposición de manos del arzobispo sobre las cabezas de los elegidos para el orden del diaconado. Del altar, pasan a un sector de la nave donde son ayudados a colocarse las vestiduras (estola al modo diaconal y dalmática). Regresan al altar, y el arzobispo les hará entrega del libro de los Evangelios.
El rito se repite con los candidatos al sacerdocio, si bien se observan unas pequeñas diferencias. Los futuros presbíteros reciben la imposición de manos del arzobispo y de los sacerdotes presentes, y la vestidura propia de su orden consiste en la estola al estilo presbiteral y casulla.
El siguiente momento se localiza en el presbiterio bajo, donde monseñor Saiz les ungirá con el sagrado crisma la palma de las manos. Si los diáconos reciben el libro de los Evangelios, los futuros sacerdotes recibirán la patena y el cáliz, ya con el vino y el agua para la celebración de la misa.
Tras la acogida de los nuevos presbíteros y diáconos por parte del prelado sevillano, se retoma la celebración normal de la Eucaristía, y los cuatro jóvenes recién ordenados sacerdotes pasan a ser los primeros concelebrantes. El acompañamiento musical de la misa correrá a cargo de la coral polifónica de la Catedral, dirigida en esta ocasión por Alfonso Peña, y Carlos Navascués interpretará las diversas piezas al órgano.
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