El nuevo registro de Interior provoca caos en los hoteles de Sevilla: «No somos policías»
Las recepciones de los establecimientos se atascan por el colapso informático y por los 42 requisitos que hay que rellenar para hacer 'check in' al llegar
El sector turístico de Andalucía alerta de las pérdidas que causa el nuevo sistema de registro de viajeros
El nuevo registro documental que ha impuesto el Gobierno central para entrar en los hoteles está provocando el desconcierto en los establecimientos de Sevilla. Primero porque el día del inicio de la puesta en marcha de este nuevo sistema implantado por el ministro Fernando Grande Marlaska se colapsó el sistema informático en casi todos los hoteles, y segundo porque los que lo han podido llevar a cabo han visto cómo el proceso que antes se hacía en sólo unos minutos se está alargando.
Se trata de un cuestionario que incluye hasta 42 casillas en las que hay que rellenar además del nombre y apellidos, sexo, documento de identidad, tipo de documento, nacionalidad, fecha de nacimiento, teléfono, correo electrónico, datos del inmueble, número de habitaciones o conexión a internet. Incluso el número de viajeros o la relación de parentesco entre los viajeros (en el caso de que alguno sea menor de edad). Los establecimientos tienen para ello una tablet en la que está la aplicación para rellenar el formulario que los clientes deben firmar.
Seguramente por eso este martes había cola en el hotel Meliá Lebreros de Sevilla, como ha ocurrido en otros. Poco después de las once de la mañana un grupo de turistas esperaban pacientemente su turno para hacer el 'check in'. Entre ellos estaba Gabriel Silva, que acaba de llegar para una visita de trabajo con la empresa DF. En su caso el registro no se demoró demasiado porque había estado anteriormente en Sevilla y ya tenían sus datos de visitas anteriores. Pero se ha asombrado que pidan tanta información al llegar.
Entre otras cuestiones se le pregunta si acude por tema laboral o si va acompañado. «Nos piden información un poquito reservada», se queja. Como en su caso venía por un tema de empresa y ya había estado en Sevilla, no ha habido problema pero es consciente de lo que este registro puede provocar. «En mi opinión esto es un retroceso», dice augurando un mayor problema «cuando lleguen unos cuantos» a la vez a la recepción de un hotel.
El último de la fila
«El proceso de registro está siendo mucho más largo. Antes tardábamos cinco minutos y ahora podemos tardar ocho», dice David Moya, segundo jefe de recepción del Meliá Lebreros, que teme que este requisito que ahora se exige no va a facilitar la recibida del turista. «Cuando el último de la cola tenga que esperar una hora, no sé lo que va a pasar», explica sorprendido de que se emplee un sistema que no se usa en otros países europeos.
El problema es que a los nuevos clientes se les están pidiendo más datos que antes porque no se solicitaban algunos detalles como el teléfono, email, la dirección y otros datos. O también la exigencia de que se registren todos los que entran en el hotel.
¿Va a saber la policía con quien duerme cada cliente? Eso va a ocurrir. Porque, según explican en otros establecimientos hoteleros, están haciendo gestiones como si fueran la policía. Aunque algunos clientes ya llegan a la recepción sabiendo que van a tardar más y se lo toman con calma, en las recepciones temen la llegada de grandes grupos.
«Lo que antes hacíamos en unos pocos minutos ahora se multiplica por dos» dicen las recepcionistas de otro establecimiento de Nervión. Es la queja generalizada de la mayoría de los hoteles. Y, de hecho, el presidente de los hoteleros sevillanos, Manuel Cornax, recuerda que se trata de un listado de 42 datos que hay que pedir a los clientes y que tienen que hacer acopio de una información que es «confidencial». Es algo que no le parece «procedente» ya que deben almacenarlos con seguridad durante tres años y protegerlos de un posible robo de piratas informáticos.
De hecho consideran que tienen que hacer una especie de «ficha» para la Policía. «No sabemos qué va a ocurrir si el cliente se niega«, explica Cornax que también vaticina mayores problemas cuando lleguen autobuses llenos de turistas como ocurre habitualmente en temporada alta.
Por ello el presidente de los hoteleros afirma que este registro es «un gran hermano» que no existe en ningún país de Europa que les obliga a solicitar una información «sensible» como puede ser las personas que duermen en la misma habitación. «Estamos pidiendo datos que a priori no deberíamos pedir porque no somos una autoridad», recalca. Ante la posibilidad de que eso ocurra, los hoteleros se plantean presentar alegaciones. «Si nos resulta insufrible, haremos algo», advierten.
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