El mejor 'vecino' de Sevilla: «Me gusta ayudar, pero no soy Gandhi»
José Luis Romero, dueño de una zapatería en El Tiro de Línea, nominado a unos premios nacionales por su solidaridad
Dice que no está acostumbrado a las cámaras. Pero algo hay en él innato que crea puentes de cercanía. Sonríe. Se llama José Luis Romero, tiene 61 años, es dueño de la zapatería en El Tiro de Línea que lleva su nombre y ha sido ... nominado a mejor vecino de España en los Premios Nextdoor. «Yo lo único que sé es que, si alguien me pide un favor, pues trato de hacérselo. ¿Eso es ser solidario? No sé. Es más fácil ayudar que no hacerlo. En el barrio me conoce todo el mundo. La tienda la abrí en el año 1982. Me acuerdo perfectamente. Fue un 23 de septiembre. Mi padre tenía una tienda de tejidos muy cerquita, y se me ocurrió que lo mejor era poner una tienda de zapatos y complementos. Trabajo de 09.30 a 13.45, y de 17.30 a 20.30, más las horas que tengo que hacer para ir a fábricas y otras cosas. El tiempo que estoy allí intento ser útil», dice en voz baja y ante la posibilidad de que llegue algún cliente.
«Las personas del barrio son importantes para mí. Me gusta que estén contentas. Mi teléfono y dirección lo tienen ya todos los servicios de mensajerías y repartos. Muchos vecinos tienen que trabajar, y, al no poder estar en sus casas, pues dan mi contacto. Yo les recojo los paquetes o cartas. ¿Por qué no lo iba a hacer? Hacer el bien, lo que se presupone, es más fácil… Creo que me gusta ayudar. Lo hago porque me sale y ya está. Hombre, no soy Gandhi. Sólo hago lo que puedo en mi barrio», indicó.
José Luis llegó a El Tiro de Línea cuando sólo tenía cinco años. «Vivíamos en Nervión, pero nos mudamos aquí (señala al suelo). Me gusta mi barrio y la gente. Cuando vienen a verme me da alegría. Tengo una impresora, y a veces imprimo documentos. ¿Qué me cuesta a mí? Muchos vecinos están con otras cosas e igual no pueden», dice mientras se prepara para la llegada de una «crisis»» importante. «Me quedan cuatro años de trabajo. Ya he superado varias crisis. A ver cómo salimos de la que viene. Espero que la gente no lo pase muy mal, y que entre todos podamos salir adelante».
José Luis aprovechó para agradecer a los vecinos que le propusieron a los Premios Nextdoor como mejor vecino: «Yo no creo que fuera necesario, pero les doy las gracias. Mis hijas se han puesto muy contentas. Un día vino una vecina a la tienda y me comentó que quería proponerme a algo. Al principio no entendí muy bien a que se refería. Pero me insistió, y le dije que adelante. La vi muy ilusionada. Yo, de verdad, le dije que todo lo que hacía en el barrio era porque me hacía sentir bien. Nada más. Nadie va por ahí pensando que 'voy a ayudar para que me den premios'. Lo que sí me gusta es ver a mis hijas orgullosas. En la tecnología soy muy malo; por lo visto, el ganador de los tres finalistas saldrá de los votos que te dan por internet. Una de mis hijas es profesora. Está dando clases en Canarias. La otra está con nosotros y está estudiando Educación Física. Ojalá les vaya bien».
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