de la misa la media
El mediodía de Reyes
Iglesia en Sevilla
El sacerdote subrayó en la homilía que el 6 de enero se celebran las tres epifanías de Jesús: la adoración de los Magos, el bautismo en el Jordán y su autorrevelación en las bodas de Caná.
![El mediodía de Reyes](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2025/01/11/misa-media-RcTnKLAJUnMOK6tqdJhEIRN-1200x840@diario_abc.jpg)
Misa del día de Reyes
-
Templo: Parroquia Nuestra Señora del Mar (Bermejales)
-
Fecha: 6 de enero
-
Hora: 12.30
-
Asistencia: alrededor de 150 personas
-
Preside: Alejandro García Morillo
-
Ornato: flores de pascua y ramo blanco a los pies de la Virgen
-
Música: vocalista con guitarra acústica
El día de Reyes salió pintado. Aunque luego descargara un aguacero en la sobremesa. En la parroquia de los Bermejales se filtraban los rayos de sol por los ventanales de la fachada componiendo un ajedrez sobre el presbiterio. Así que lo más llamativo del ... templo, según se entraba, resulta ser la orientación sur-norte de la nave. También llamaban la atención los regalos recién estrenados con los que se distraían los chiquillos de la feligresía: benditas sean las parroquias con niños chicos.
Lo más común (obligado hasta Trento) es que la iglesia se construya orientada hacia el este, por donde sale el sol, cuyo simbolismo como luz que deshace las tinieblas (el Evangelio del segundo domingo de Navidad, es decir, del día anterior) es más que evidente. Pero la forma de la parcela, una cuña al final del barrio, o vaya usted a saber qué, inspiró al arquitecto para orientar la iglesia del Mar al mediodía de forma tal que la misa de Epifanía casi no requería de iluminación artificial. A lo mejor era por lo del ahorro energético.
No estaría de más, en tal caso, que revisaran la ecualización de los micrófonos: con el del ambón no había problema; con el del altar ya se hacía difícil seguir la plegaria y con el del atril de la oración de los fieles directamente no se escuchaba casi nada. También es verdad que rompió a berrear un crío de pecho con más pulmones que el tenor Manuel García (por nombrar un sevillano) a la vez que los pajarillos del nacimiento se hinchaban de cantar en la jaula. Es enternecedora la nota de naturaleza viva en el portalito, pero que se oiga al menos por quién ora la asamblea…
Lo mismo que nos enteramos cuando el lector de la primera lectura y el salmo preguntó en voz alta si había alguien interesado en «proclamar» (exacto, es el verbo) la segunda lectura. Lo había (ministro extraordinario de la comunión además) pero al inicio del aleluya salió a comunicarle algo al lector de las preces cruzando la iglesia entera y dejó la antífona para que la leyera el sacerdote. En fin, riesgos del directo.
El oficiante es uno de los dos adscritos de la parroquia. Hizo el prefacio y la doxología cantados, pero sin mucha seguridad, casi temeroso de desafinar. Se le disculpa por su bisoñez porque se ordenó en 2022. Tal vez por eso ofició con ademanes muy marcados, casi ostentosos, en especial al alzar la hostia consagrada, exageradamente por encima con los brazos mientras dejaba inclinar la cabeza sobre el pecho. Impactante sin más, aunque despiste a los fieles, a los que se les pide que eleven la mirada en ese instante preciso. Mientras purificaba los vasos sagrados (no estaría de más desplazarse algo sobre el eje del altar), rezó el 'Alma de Cristo'.
La homilía fue directa, corta y sin perderse en disquisiciones ni vueltas sobre el mismo tema, lo cual se agradece bastante. Subrayó que el 6 de enero se celebran las tres epifanías de Jesús: la adoración de los Magos, el bautismo en el Jordán y su autorrevelación en las bodas de Caná. Apunte teológico fino, sí, señor. Ponía el énfasis en lo que quería destacar que no era otra cosa que el amor de Dios «que ha venido a llenar el vacío del hombre» expresado en el Niño cuyo poder se manifiesta a los Magos.
Reasignó -o resignificó, que se lleva tanto ahora- los regalos de los Reyes: el oro del trabajo y la vida cotidiana; el incienso de la oración; y la mirra del pecado y la miseria individual también ofrecidos a Dios para que lo redima. Insistió en la despedida en que los parroquianos no se dejen arrebatar la ilusión de esta fiesta, que expresa como ninguna alegría y esperanza. «Que seamos estrellas que alumbren a tantos que andan buscando», remató su prédica.
A la hora de la salida, las estrellas no brillaban porque el sol estaba todavía más alto sobre el horizonte.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete