VIDEOANÁLISIS
Mario Daza: «A falta del metro, bueno es Tussam»
Vamos con retraso, pero nunca es tarde sin el final es tener un transporte público que de una vez por todas esté a la altura de la cuarta ciudad de España
Las líneas con mayor demanda de Tussam calcan el trazado de la red de Metro de Sevilla

A Job lo hicieron santo en su día por hacer gala de una paciencia inusual, pues tras vivir una vida de lujos le tocó enfrentarse a una serie de desgracias que pusieron a prueba su fe. Lamentablemente, los sevillanos vamos camino de emular a este ... profeta de las religiones abrahámicas cuando nos ponen sobre la mesa el asunto de la movilidad. Desplazarse por Sevilla es casi una profesión de riesgo y acaba con la paciencia de cualquiera. Pues en el trayecto desde un punto a otro, a uno le toca sortear atascos, calles cortadas, falta de aparcamiento y el gasto a precio de oro que supone llenar el depósito del coche de gasolina.
¡Cuánta falta nos hace una red completa de Metro en Sevilla! Y oye, no estamos pidiendo nada raro, ni algo que no tengan las grandes ciudades europeas con las que constantemente nos estamos comparando. Pero nos falla lo esencial, poder movernos con la facilidad que lo hacen los que son nuestros rivales. Hace quince años que se inauguró en la ciudad la única línea de metro disponible, la que une Dos Hermanas con los primeros municipios del Aljarafe. El suburbano cerró el 2024 con un récord de viajeros, situándose por encima de los 22 millones de usuarios, lo que pone de manifiesto la relevancia de este transporte y la necesidad de seguir con las obras, después de los años que perdimos cuando el gobierno andaluz del PSOE guardó en un cajón la actualización de los proyectos constructivos del resto de líneas.
Pero hay más. El balance de Tussam de las líneas más demandadas durante el 2024 constante que las más utilizadas son aquellas que calcan el trazado de la futura red de Metro de Sevilla, aquellas que dan cobertura a los dos grandes hospitales de Sevilla y los barrios más poblados como Sevilla Este, Pino Montano o el Polígono Sur. No es un dato casual, pues pone de manifiesto que el metro no es un capricho sino una necesidad cada vez más urgente. Vamos con retraso, pero nunca es tarde sin el final es tener un transporte público que de una vez por todas esté a la altura de la que es la cuarta ciudad de España, que por otro lado no deja de perder habitantes y ya se pueden imaginar por qué ocurre esa sangría. El metro está pero al ralentí y hasta 2030 no estará en funcionamiento la mitad de la línea 3. Parece un mundo, porque lo es. Así que hasta entonces no nos queda otra que tener la paciencia de Job y confiar en Tussam. Dios nos coja confesados.
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