El rincón de...
Manuel Sánchez Ortiz: «En la casa de Luis Cernuda han aparecido pinturas al fresco que vamos a respetar»
Aprendió el oficio con su padre, albañil en Osuna. Su empresa ha restaurado casas y edificios patrimoniales de la ciudad. Ahora se afana en la casa de Luis Cernuda en la calle Acetres
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―Son cuarenta años los que usted lleva restaurando y consolidando edificios patrimoniales.
―Como Manuel Sánchez, diez años más. Y con mi empresa cuarenta y uno. Puedo decir que he visto de todo y he aprendido mucho. He absorbido como una esponja.
―Pero ... empezó de peón, con diez años, ayudando a su padre en Osuna.
―Acarreaba agua para la obra que hacía en un cortijo de Osuna. Me hubiese gustado estudiar arquitectura. Tuve beca con once años para estudiar. Pero en casa éramos diez hermanos. Y había que ayudar.
―¿Qué aprendió con él que hoy no se enseñe, por ejemplo, en la Formación Profesional?
―Con mi padre puse las bases de saber restaurar. Por aquella época, en los pueblos, no se hacía obra nueva, muy poca. Y como Osuna tiene un patrimonio tan rico aprendí a restaurar y a rehabilitar.
―¿Se puede decir que es usted el depositario activo de una forma de trabajar que se está perdiendo?
―Está casi perdida. Las nuevas generaciones no se dedican a esto. Tengo la esperanza puesta en mi hijo, al que enseñé como mi padre me enseñó a mí.
―Ahora, siguiendo las directrices de la Gerencia de Urbanismo, andan trabajando en la casa de Luis Cernuda en Acetres. ¿Cómo está el edificio?
―Deteriorado. Se ha llevado mucho tiempo cerrado. Mi padre decía que, si quieres echar una casa abajo, ciérrala. En Acetres ya se han realizado las distintas cargas de muros y forjados. Y consolidamos según proyecto.
―La actual casa creo que es del siglo XIX, pero el edificio previo es del XVII o XVIII. ¿Me equivoco?
―Seguro del siglo XVIII. Y no era una casa palacio. Más bien una casa popular. En el siglo pasado se hicieron mejoras en la casa, con columnas, balcones de forja magníficos, cancela de zaguán de forja y la arcada de subida a la escalera a la planta primera tiene columnas y «alfines» de escayola que estaban muy elaboradas.
―Usted dice que las casas buenas hablan cuando se le quita el maquillaje del tiempo. ¿Qué ha escuchado en la casa de Cernuda?
―Unas pinturas al fresco de tendencia clásica que vamos a respetar.
―La gente del oficio asegura que cada vez es más difícil restaurar porque los oficios se están perdiendo. Que dar con un herrero, carpintero o albañil no es nada fácil.
―Un buen albañil, un buen herrero y carpintero cada vez escasean más. Son especialistas y se pagan muy bien.
―¿Qué están haciendo en el edificio de Aníbal González de La Campana?
―Rehabilitando y restaurando la fábrica de ladrillo vista y consolidando toda la azulejería. Había zonas abofadas y agrietadas y piezas puntuales desprendidas.
―¿Seguirá siendo una entidad financiera o un hotel?
―No, no, allí seguirá Bankinter.
―Usted está convencido que los pueblos que tienen un patrimonio estimable también tiene buena albañilería. ¿Por qué?
―Porque ha habido restauraciones, rehabilitaciones y consolidaciones de todo su conjunto patrimonial y, quiera que no, ha sido la mejor escuela de enseñanza para los distintos especialistas del sector.
―En San Clemente lo dio todo…
―Así fue. Es el edifico patrimonial donde se restauró más las distintas unidades de construcción. Arqueología, apuntalamiento de zonas en peligro, recuperación de galerías de los forjados de madera que estaban vencidos, levantado de la azulejería de la iglesia recuperando la totalidad de los azulejos existentes. Emocionalmente para mí fue descubrir un mundo nuevo.
―A Rocío Jurado la hizo llorar de emoción…
―(Risas) Fue un récord de construcción. Se construyó la ermita en Hierbabuena en sesenta días. Rocío Jurado se fue a Colombia acompañado al torero. Al mes y medio regresó. La recibimos todos aplaudiéndoles, desde los albañiles al arquitecto Juan Antonio Balbontín. Rompió a llorar cuando lo vio todo terminado.
―También con Balbontín restauró unos baños árabes en la Pila del Pato de un particular.
―La casa es del XVII, tiene una estructura de madera de la época policromada y aparecieron estos baños árabes. Tuvo que ser una gran casa de la Servilla islámica.
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