La librería Caótica, entre el traspaso y el cierre tras la campaña de captación de ayudas

ABC de Sevilla lleva días tratando de contactar con los responsables del negocio, sin éxito, al igual que numerosos clientes que muestran su desagrado en redes sociales. «Me gustaría saber, como socio que soy, cómo se presenta el futuro de Caótica», pregunta sin respuesta Manuel Antonio. Por su parte, Adrián González, otro cliente, dice: «Ya es septiembre... Empiezo a preocuparme». La publicación anterior que realizaron los responsables de Caótica en Facebook se remonta al 22 de julio, un día antes de las elecciones generales, donde decía: «Mañana hay elecciones, elígenos. Vota cultura, vota libros (...) Vota libertad, vota libre, vota libros».

La «cooperativa» de Caótica organizó el pasado verano una campaña de suscripción popular para recaudar fondos y hacer frente a las cuantiosas deudas del negocio, una llamada de auxilio que movilizó a vecinos, clientes y hasta al por entonces alcalde de Sevilla, el socialista Antonio Muñoz, que anunció una línea especial de ayudas. Se reunió el primer edil con dos de los propietarios del negocio –Maite Aragón y Joaquín Sovilla–, así como con el presidente de la Asociación Gremio de Librerías de Sevilla y Provincia, Manuel Padilla, presidente la Asociación Gremio de Librerías de Sevilla y Provincia.

Meses después de aquello, otro de los propietarios de Caótica, Rafael Castaño, acaparó titulares tras conquistar el televisivo rosco de Pasapalabra, logrando un bote de 2.272.000 euros. Además del éxito económico que le supuso al joven sevillano, la librería se benefició gracias a la promoción que éste le dio, logrando el peregrinaje de nuevos clientes. Pese a todo este apoyo social y político, la propiedad anunció que busca ceder las riendas del «proyecto cultural».

Los propietarios lograron con la ayuda de todos hacer frente a la orden de desahucio por impago del alquiler que sufrieron en 2022, culpando de esta circunstancia al «duro golpe» que les asestó la pandemia. Maite Aragón explica a Europa Press que «hemos lanzado el guante» a las administraciones para que ayuden con el alquiler sin que, por el momento, haya habido respuesta.

«Un mes de alquiler –el de octubre– nos separa de la posibilidad de reabrir Caótica con un proyecto reformulado», sostiene la portavoz de los libreros. «Creíamos que el traspaso se podía haber hecho más rápido», afirma, pero el verano ha jugado a la contra. Mientras se consumen las últimas 72 horas, dentro de Caótica están ya empaquetando los libros y estudiando qué hacer con el mobiliario.

Ha habido varias ofertas y la única que se puede materializar se topa con el hecho de que los plazos legales para el traspaso son «muy justos». «Es muy apurado», se lamenta Maite Aragón, que insiste en que un mes más de alquiler se antoja vital para que Caótica pueda «reabrir». «Hemos intentado ganar tiempo y pagamos a la propiedad el alquiler de septiembre, pero nos comprometimos a que en octubre, si no se encontraba una solución y alguien asumía ese alquiler, Caótica cerraba», sentencia la portavoz.

«Nos frustra mucho no poder responder a la ilusión de la comunidad en una posible reapertura o reformulación, pero no nos quedan recursos y, si no ocurre nada, en unas horas, Caótica deja José Gestoso y el proyecto sin ánimo de lucro cultural y de fomento de la lectura. Esperamos que la ciudad lo haya disfrutado mucho mientras hayamos estado funcionando. Nos pondremos en contacto con nuestros socios de manera particular. Estamos muy orgullosos del camino recorrido y agradecidos por el apoyo recibido», apostilla.