El Rincón de

José Antonio Hurtado: «Somos tan marianos que Silvio le encontró a la Virgen hasta swing»

Lleva seis años enseñando a los sevillanos los secretos más ocultos y sublimes de la ciudad. Esos que definieron nuestro pasado y que se le escapan al turista de postal y paella plastificada. ¿Qué pasará con las Atarazanas?, le preguntan en sus grupos

José Antonio Hurtado, bajo cruz de San Lázaro de la plaza de Santa Marta Víctor Rodríguez

–Pues eso, ¿sabe qué pasará con las Atarazanas?

–No lo sé. Pero mi idea es la de que se realizara un centro de interpretación sobre Sevilla y el río, su historia que es navegable por el Guadalquivir hasta América y África.

–¿Y ... con la Torre de la Plata?

–Hay un proyecto para hacer un centro de interpretación sobre las Atarazanas andalusíes y sobre el corral de las Herrería reales, de época de Felipe II. Espero que el proyecto se haga realidad.

–Los sevillanos a los que usted les explica la ciudad ¿la conocen razonablemente?

–Muchos la conocen razonablemente y otros tantos descubren aspectos que desconocían por completo.

–¿Sus grupos lo integran jóvenes o mayores?

-En un gran número de personas mayores, que van desde los sesenta a los ochenta. Tienen mucha ansia de conocimiento. Y algunos te aportan ideas porque son versados en la temática.

-¿Y qué espacios les impactan?

–El Hospital de la Caridad, El Salvador y San Luis de los Franceses. También les sorprenden la iglesia de Santa Clara tras su restauración y la zona conventual, donde se hacen exposiciones muy estimulantes.

–¿El sevillano ama su ciudad o tan solo se vanagloria de ella?

–Yo encuentro los dos casos. En mi grupo verdaderamente la aman y se nota en el interés que ponen y la emoción que proyectan en las rutas a pie que descubren con nuestros paseos.

–Hablando de conventos, ¿qué le pasó con las llaves de la iglesia del convento de las Teresas?

–Llevé hasta allí a mi grupo y fui a recogerlas al torno. Me dieron un llavero, por llamarlo de alguna forma, que me sorprendió. Sus dimensiones son extraordinarias. Y los visitantes suelen fotografiarse con ella. Sus dieciochos centímetros provocan admiración y sorpresa. También risas.

–¿El miarmita, el mejormundista frecuenta sus grupos?

–Alguno he tenido con carné de miarmita sosteniendo que Sevilla es lo mejor del mundo. Gala llevaba razón en lo que dijo de Sevilla. Pero también hay mucha belleza lejos de aquí.

–Cada vez que veo un grupo de sevillanos recorriendo Madre de Dios o San Leandro o asomándose a la Caridad pienso que la semilla que sembró Antonio Burgos para amar nuestro patrimonio sigue dando frutos…

–Para mí fue uno de los escritores de cabecera y enseñó a que amáramos nuestro patrimonio. Tengo la suerte de que en uno de mis grupos participa su hermana Fina. Tras Burgos, recogieron su antorcha escritores como Paco Robles, Álvaro Pastor y Manuel Jesús Roldán.

–¿Cree que el turismo es tan dañino como mantienen algunos?

–Creo que hace falta un proyecto turístico relacionado con la historia y el patrimonio de la ciudad. Un concierto trae visitantes. Pero hablamos de otra cosa.

–Entre la Sevilla que fotografió Martín Cartaya y la que vivimos hoy, ¿cuándo se produce la inflexión?

–Antes de la exposición universal del 92. Aunque en la década de los ochenta se perdieron muchos activos patrimoniales. Pero en el 92 Sevilla cambió de era.

–Pero es evidente que algo, pese al conocimiento de la ciudad, ha cambiado en el alma del sevillano. Yo nunca vi que el alumbrado de Navidad fuera un acontecimiento de masas.

–España tiene la costumbre reciente de vender mantecados y encender bombillas antes de la fecha. Todo es espectáculo.

–Ni tampoco he visto tantas procesiones extraordinarias que se han vuelto ordinarias por acumulación…

–Hasta los cofrades hacen suya la frase: lo extraordinario se ha convertido en ordinario. Yo me pregunto hacía dónde vamos y qué sentido real tiene esto.

–Es curioso que, para la Magna, los hoteles no se llenaron de turistas extranjeros, pero sí vinieron muchos visitantes andaluces y de otras comunidades para petar Sevilla con tres Domingos de Ramos…

–A Miguel Cid no lo conocen fuera y aquí somos muy marianos. Silvio le encontró hasta swing…

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 20€
110€ 20€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios