Jesús Álvarez: «El 'son cosas de niños' propicia que el bullying crezca como un cáncer»
El periodista y escritor trata el acoso escolar en su nueva obra, 'La Escoba de Dios'
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Iniciar sesiónEl periodista y escritor sevillano Jesús Álvarez acaba de publicar «La escoba de Dios», una novela que gira en torno al bullying y a los peligros que entraña la tecnología. Se trata de su cuarto libro tras «El ingeniero que no ... sabía bailar», la biografía de Hugo Galera y «Ni héroes ni mártires», que documentó la primera ola de la pandemia en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Álvarez publica una entrevista semanal en ABC de Sevilla, donde ha desarrollado casi toda su carrera profesional, y dirige actualmente en Canal Sur Radio la sección Genio Andaluz, dedicada a la salud y la investigación en Andalucía.
-¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
-El acoso escolar es un tema que siempre me ha interesado y empecé a novelar la historia de Víctor, el protagonista, hace cinco años. Sin embargo, antes de poder terminarla se cruzó la pandemia del Covid y otros dos proyectos que eran más urgentes, la biografía de Hugo Galera y el libro sobre lo ocurrido en el Virgen del Rocío de marzo a junio de 2020 en pleno confinamiento. Y mi trabajo en ABC tampoco me dejaba mucho tiempo libre. Este verano por fin he podido retomarla y terminarla.
-El caso de Sandra ha vuelto a poner en primera plana el problema del bullying.
-Sí, de triste actualidad, por desgracia. Cuando empecé a escribir esta historia en 2019, tenía en mi recuerdo el caso de Jokin Ceberio, un adolescente vasco que se suicidó cuatro días antes de cumplir 15 años. Fue quizá el primero que saltó a la opinión pública porque sus padres quisieron denunciarlo pensando en otros padres con hijos en su misma situación, pero hay otros muchos que se han tapado. Las últimas estadísticas de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar hablan de 11.229 casos graves en España en un año y otras fuentes ponen a nuestro país a a cabeza del mundo en bullying por número de alumnos. También estamos los primeros en consumo de benzodiacepinas por número de habitantes y no es, desde luego, para sentirse orgulloso.
-¿Tienen algo que ver ambas cosas?
-No, pero son muy significativas de por dónde vamos. Y el bullying deja secuelas psicológicas a los supervivientes que les pueden llevar de adultos a tomar tranquilizantes contra la ansiedad o el insomnio.
-El protagonista sufre precisamente insomnio.
-Más que insomnio, yo diría que sufre terribles pesadillas provocadas por el acoso escolar. Aunque eso también le lleva a no poder volver a dormirse.
-Este libro está escrito en primera persona. ¿Por qué?
-Porque crea una mayor cercanía con el lector. O al menos, esa es mi pretensión. Víctor, un joven sevillano de familia muy humilde y con un defecto físico muy llamativo, regresa como un exitoso informático al colegio donde estudió de pequeño para dar una charla sobre su trabajo y las aplicaciones de inteligencia artificial de las que es un experto a nivel nacional. Allí empieza a recordar lo que le ocurrió entre las paredes de ese centro educativo cuando tenía 12 años. Así arranca la historia de «La escoba de Dios».
-Es una novela pero, ¿se ha inspirado en algún acontecimiento real para novelar esta historia?
-La realidad suele superar a la ficción pero lo auténticamente real de la novela es el bullying que sufre el protagonista, junto con el que sufre una niña de su clase llamada Lucía, que tiene sobrepeso, y con la que Víctor inicia una alianza defensiva que irá evolucionando con los años. El bullying es una realidad desde que yo era pequeño, amplificada desgraciadamente durante los últimos años por las redes sociales e Internet. En mi época escolar, el acoso solía acabar cuando salías del colegio; ahora continúa de maneras muy sofisticadas a través de las redes sociales.
-En su novela refleja esas maneras tan crueles.
-La crueldad infantil no es nueva, siempre ha existido y me temo que siempre existirá. Es algo como los impuestos y la muerte, que decía Benjamin Franklin. Lo que espero que no se convierta nunca en algo real es la reacción que tiene el protagonista del libro ante esas agresiones que sufre.
-Total, que eso no son «cosas de niños».
-Esto se dice todavía en muchos colegios españoles y es uno de los motivos por los que el bullying va creciendo como un cáncer hasta que ocurren hechos tan trágicos como el de Sandra. Los protocolos que se han habilitado en los centros ante la demanda social de una respuesta pública a estos casos no son suficientes y, además, en muchos casos no hay medios humanos suficientes para identificarlos y aplicarlos. Los profesores están desbordados y enterrados en papeles que les restan mucho tiempo a su tarea principal: enseñar tanto conocimientos como valores.
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