La intrahistoria de las tres horas en las que el Ateneo cambió de decisión sobre la Cabalgata de Sevilla
El adelanto por la lluvia evidencia algunos riesgos para la liturgia y el protocolo organizativo del centenario desfile real del Ateneo
La Cabalgata de los Reyes Magos de Sevilla cambia de fecha por primera vez en su centenaria historia
Los protagonistas de la Cabalgata saludando desde el balcón
Los Reyes Magos ya se han marchado de vuelta a Oriente, pero el fantasma de cómo se fraguó el cambio de fecha de la Cabalgata sigue sobrevolando Sevilla. El tradicional desfile de Sus Majestades recorrió la ciudad el pasado sábado 4 de enero, dándose ... una situación insólita en sus más de cien años de historia: por primera vez dejaba de celebrarse el día 5 debido a los pronósticos meteorológicos poco halagüeños.
Las circunstancias en las que se decidió el cambio dejaban más preguntas que respuestas. El Ateneo anunció el adelanto de 24 horas tanto de la salida de la comitiva de los Reyes Magos como de la del Heraldo Real a media tarde del jueves 2 de enero, tan sólo tres horas después de haber señalado con firmeza a través de sus canales de comunicación que la Cabalgata tenía «prevista su salida el 5 de enero, manteniendo fecha, recorrido y horario», y que es «una fiesta mayor con más de cien años de historia» que nunca se ha quedado sin salir por la lluvia. El objetivo, acabar con bulos y especulaciones sobre posibles adelantos como el que finalmente se llevó a cabo.
Lo exigieron los reyes magos
¿Qué ocurrió para que el Ateneo experimentase un cambio de postura tan radical? Las presiones fueron internas. Concretamente, de los propios reyes magos. Así lo reconocieron el lunes en la tradicional cena de homenaje que organiza el propio Ateneo. Federico Quintero, quien encarnó a Baltasar, agradeció al presidente de la institución, Emilio Boja, el cambio en el que debió de ser «uno de los momentos más complicados de su vida», señalando que fueron los tres reyes los que encabezaron la petición del adelanto, petición que fue escuchada y valorada «en menos de dos horas» pese a lo complicado que era mover una ciudad de un día para otro.
Contactado por este periódico, Quintero confirma que ellos pidieron al Ateneo el cambio de día en una reunión de «unos quince o veinte minutos» mantenida con el presidente a eso de la «una o una y media de la tarde» el mismo día 2, poco antes de que Boja tuviese acceso a los nuevos pronósticos del tiempo: «Nosotros no ocultamos nunca nuestra preferencia, por las previsiones, por todos los niños pequeños del cortejo... Por eso, en representación de todo el cortejo, se lo pedimos», algo que, en primera instancia, parecía difícil para Boja, más por cuestiones logísticas y organizativas que por la tradición. Eso sí, pese a las voces que aludían a que el cambio se debió también a una 'amenaza' de los principales personajes sobre su fuerte aportación económica, Quintero señaló que ellos no tuvieron poder de decisión, sino el Ateneo, y que la institución «nos respetó y escuchó en todo momento».
El alcalde, a favor del cambio
Pese a encontrarse en un primer momento de viaje, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, también sirvió de impulso para tomar la decisión, ya que reconoció que era partidario de convencer al Ateneo, aunque no fue contactado por los reyes magos, como señala Baltasar. Preguntado al respecto el martes, Sanz incidió en su apoyo «desde el primer momento a una decisión totalmente acertada», comparando las caras de ilusión de los niños sevillanos con las de los madrileños, que tuvieron que ver la Cabalgata con chubasqueros. Ante esta tesitura, el presidente cedió finalmente y, con la justificación de un nuevo parte meteorológico y la probabilidad casi segura de agua que había para la tarde noche del domingo –anunciada desde una semana antes–, sacó adelante y por primera vez en la historia el adelanto de la Cabalgata.
Los reyes, quienes más pagan
Otro de los debates en liza en la ciudad está en si debe primar la capacidad económica de las personalidades que representan a los reyes antes que su popularidad. En los últimos años, esta balanza se ha ido decantando por que el Ateneo nombre a sevillanos para encarnar a Melchor, Gaspar y Baltasar a los que se les tiene en cuenta antes por su alto poder adquisitivo que por su notoriedad, algo que antaño estaba equilibrado. La institución tiene el deber de obtener la mayor financiación para una cabalgata que goza de su mejor momento estético y organizativo en la historia pero, a su vez, necesita encontrar la medida exacta que lo garantice dentro de su propio protocolo y liturgia. Es decir, la Cabalgata tiene su fecha fija y unas formas a la hora de escoger a los protagonistas que este año se han puesto en riesgo.
Porque, a todas luces, se ha llegado a tomar el camino más fácil: mirar la cartera del postulante a rey mago antes que su DNI. Esto ha provocado que el poder de quienes mantienen económicamente la Cabalgata siente un peligroso precedente: el de primar el lucimiento personal –el Gran Visir ha llegado a pedir matrimonio a su novia encima de la carroza– en detrimento del ritual organizativo y el carácter que este acontecimiento centenario tiene tan asentados en la víspera de la Epifanía.
Las previsiones meteorológicas
Si bien es cierto que Aemet garantizaba un 100% de probabilidad de precipitaciones para la tarde del 5, ningún pronóstico vaticinaba grandes acumulados. Y así ocurrió, pues llovió, pero la mañana fue seca y hasta las nueve de la noche sólo se registraron 2 litros por metro cuadrado, con lluvias intermitentes similares a las que cayeron al final del recorrido del día 4 y casi idénticas a las de 2018 –y tantos otros años–, cuando se adelantó el horario y se aligeró el ritmo.
Sí que a partir de esa hora cayó una tromba de agua que habría coincidido con la Cabalgata en Los Remedios, algo que podría haberse evitado tomando las mismas medidas que hace siete años o incluso pasando el desfile real a un horario matutino. Aunque a toro pasado cualquiera es meteorólogo, cuando se toman decisiones de este tipo sin tener certezas a varios días vista pueden pasar estas cosas. Esta tendencia se está dando también en el mundo de las cofradías.
Cada vez más adultos en la Cabalgata
La decisión se amparó en la protección y el disfrute de los niños. No obstante, a la confusión generada entre muchos pequeños por no saber si los Reyes dejarían los regalos la noche del 4 o la del 5 se suma otra cuestión: que la Cabalgata cada vez se enfoca más a las personas adultas y su diversión. De hecho, entre los figurantes de las 33 carrozas pudo apreciarse una mayor presencia de personas mayores, que llegaron a ocupar incluso carrozas enteras en vez de dejar el protagonismo a quienes indudablemente lo merecen: los niños.