«Imán Califato Independiente no hizo rock andaluz ni fue un grupo sevillano»

—Además, creo que Imán, nace en Madrid, precisamente, de aquellas reuniones con el Gurú.

—El punto de encuentro fue Madrid en 1976. Todos seguían al Gurú y se encontraron en aquellas sesiones de espiritualidad. El hecho de que todos fueran músicos propició la formación del grupo.

—Lennon tenía una opinión muy negativa del Gurú Maharishi Mahesh Yogi al que conoció, vía Harrison, en la India.

—Hagamos la salvedad de que gurús había muchos. Y el que atiende a Harrison en la India no tiene nada que ver con el que conocen los Imán.

—Ser seguidor de un gurú, ¿a qué te obligaba?

—A llevar una vida espiritual, pacifista, ecologista, hacer meditación…

—La vida privada, íntima, de los Imán es muy del 'flower power'. Viven en una comuna en El Puerto y hacen meditación, son vegetarianos y el dinero es comunitario.

—Así fue. Eran como una familia. En la casa comuna vivían ellos, los técnicos de sonido y hasta un cocinero. La convivencia fue magnífica. Yo lo pude comprobar. Ensayaban en el garaje. Para que sonara bien, la novia del batería, Kiko Guerrero, que es americana y con acceso a la base de Rota, les facilitó un paracaídas que amortiguaba el sonido.

—Tiene que ser duro renunciar al jamón a rajatabla…

—(Risas) Ese un pequeño secreto que cuento en el libro.

—Todo eso pasa en los primeros tiempos en Camino del Águila, en El Puerto. ¿Por qué se rompe aquella especie de Arcadia feliz?

—La convivencia cambió en la comuna porque llegaron las parejas y se hicieron padres. Eso dio otra perspectiva a la vida en común. De hacer música de la forma espiritual que lo hacían, pasaron a depender de las leyes del mercado.

—Dejemos claro dos cosas: la primera, ¿Imán es un grupo sevillano?

—No. Dos de sus miembros eran de Sevilla, Manuel Rodríguez y Marcos Mantero. El resto eran de Bilbao y Jerez.

—La segunda: ¿Imán hace rock andaluz como Triana o Cai?

—Así lo han clasificado por el momento y el movimiento que había. Pero yo entiendo que su sonido no es rock andaluz. Es una mezcla de rock, jazz y música de raíces árabes.

—¿Qué destacaría usted sobre su aportación a la música rockera andaluza de aquellos años?

—Dentro del rock generan una corriente distinta. Su música sonaba diferente a cualquier otro grupo. Tenía sello, marca de Imán.

—¿Podría decirse que su rock está influido por la música hindú?

-Hindú no. Espiritualmente pudo ser que encontraran un punto de inspiración en la música oriental. Pero su música es una mezcla grande de estilos diferentes.

—Por aquellos años, de los pocos rockeros españoles que dominaban el sitar era Gualberto, de Smash. ¿Mantuvieron algún tipo de relación musical o creativa?

—Actuaron varias veces juntos, en diferentes festivales. Marcos, el teclista, tocó con Gualberto y grabó su segundo disco, 'Vericuetos'. Pero tenían buen rollo. A los Imán les falló su furgoneta para ir a un concierto y Gualberto tuvo el detalle de dejarles la suya.

—¿Le ha sido fácil documentar el libro?

—Llevo dos años y medio investigando. He recorrido varias veces Andalucía. No sé cuántos litros de gasolina he invertido. Pero he dado con documentos que estaban muy perdidas y son de gran valor documental. No ha sido fácil.

—Una última curiosidad: ¿Por qué se le agregó a Imán lo de Califato Independiente?

—Empezaron como trío y se llamaban Imán, nombre aportado por Manuel Rodríguez. Cuando se integra Marcos Mantero se le ocurrió el nombre de Califato Independiente. Al parecer, en la primera actuación que hicieron juntos en Rota, se presentó así.