cultura
Las huellas de Vicente Aleixandre que aún quedan vivas en Sevilla
Este 2024 se cumplen cuarenta años de la muerte del poeta, que siempre estuvo orgulloso de su pasado hispalense
Comienza el rodaje de 'Velintonia 3', documental en homenaje a Vicente Aleixandre a través de su casa, hoy abandonada
Vicente Aleixandre, treinta años de la muerte del Nobel de la Generación del 27
![Junto al Palacio de San Telmo está situado el Paseo Vicente Aleixandre con una placa dedicada al poeta](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/05/03/paseo-vicente-aleixandre-RXV0XYct7bp1wsb5WWELNmM-1200x840@diario_abc.jpg)
El 26 de abril de 1898 nacía en el viejo caserón de la Intendencia Militar de la Puerta de Jerez, hoy Palacio de Yanduri, Vicente Aleixandre y Merlo. Aunque este gran poeta de la generación del 27 sólo vivió dos años en Sevilla, la ... capital hispalense siempre estuvo en el alma del autor de 'Espadas como labios' y mantuvo, con el paso del tiempo, una relación muy cordial con su ciudad.
La huella de Vicente Aleixandre en Sevilla no es abundante, pero sí consistente. Su padre, Cirilo Aleixandre Ballester, era un capitán de ingenieros de Valencia. Su madre, Elvira Merlo García de Pruneda, era de La Coruña. La pareja contrajo matrimonio en Madrid en 1894 y se trasladaron a Sevilla, donde Cirilo trabajó en la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. El futuro poeta nació en el viejo caserón de la Intendencia, lugar que actualmente ocupa el Palacio de Yanduri, hoy sede del Banco Santander. El Ayuntamiento colocó una placa conmemorativa en 1978.
En el año 1986 se inauguró un monumento dedicado al ganador del Premio Nobel de Literatura enfrente del antiguo Colegio Vicente Aleixandre, en la avenida de las Letanías. Se trataba de un retrato en bronce realizado por el escultor sevillano Enrique Ramos Guerra. El túmulo, diseñado por los arquitectos Manuel Ramos Guerra y Manuel Gavilán, consistía en cinco grandes piedras, una de las cuales sostenía el busto. Al ser de difícil conservación, el Ayuntamiento decidió trasladarlo a su ubicación actual, la Plaza Vicente Aleixandre (Nuevo Porvenir) en 2001. El busto del poeta lo sostiene un gran fuste de acero. Detrás del monumento está el Centro Cívico Torre del Agua, en cuya fachada la Asociación de Vecinos 'Nuevo Porvenir' le dedicó una placa en 1998 por el centenario de su nacimiento. La placa contiene un fragmento de su poema 'En la plaza', que se incluía en su libro 'Historia del corazón' (1954): «Era una gran plaza abierta, y había olor a existencia./Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,/un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,/su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.»
El mismo poema -uno de los favoritos de Aleixandre-, pero citado con algunas frases más, se encuentra recogido en la placa de azulejos que anuncia al visitante el Paseo Vicente Aleixandre, que se encuentra en los Jardines del Cristina, junto al Palacio de San Telmo.
La ruta alexaindriana por Sevilla no puede pasar por alto el Instituto Vicente Aleixandre, ubicado en la calle San Vicente de Paúl en Triana. Este edificio lo compró el Ministerio de Educación a las Hermanas de la Caridad en 1976, ya que formaba parte del Colegio Nuestra Señora del Rosario. Originariamente se llamaba Instituto Nacional de Bachillerato 'Barrio de Triana'. El nombre actual lo obtuvo por acuerdo de Claustro del curso 1977-1978, que adjudicó al nuevo centro educativo de Triana el nombre del poeta sevillano ganador del Nobel. A la entrada del instituto se puede apreciar una placa dedicada al poeta en 1998 en la que se conmemoraba el primer centenario de su nacimiento.
Pero más allá de ese paseo por los lugares físicos vinculados a la memoria de Vicente Aleixandre, queda la huella sentimental que este dejó en su ciudad. Quien mejor puede hablar de la relación de este gran poeta con Sevilla es el también poeta Joaquín Caro Romero, que cultivó su amistad durante 24 años, hasta el fallecimiento del autor de 'La destrucción o el amor' el 14 de diciembre de 1984. «Mi primer contacto con Vicente Aleixandre fue en 1960 —comenta a ABC—. Me escribió una carta en agradecimiento por un artículo que había publicado sobre él cuando yo trabajaba en El Correo de Andalucía. Era una persona que tenía una gran generosidad y siempre me escribió cada vez que publiqué algún artículo sobre él». Caro Romero añade que Aleixandre «abrió su casa de Velintonia a todo el mundo y jamás le oí hablar mal sobre ningún poeta, aunque le hubieran entregado un libro de escasa calidad literaria».
Sevilla en el corazón
La primera vez que Caro Romero visitó a Aleixandre en Velintonia fue en diciembre de 1961, fecha que coincidió con la riada del Tamarguillo en Sevilla. El poeta, que se hospedó esa semana en la casa de Rafael Montesinos, aprovechó su estancia en Madrid para ir a visitar a su amigo: «Conocer a Vicente Aleixandre fue un deslumbramiento. Era una persona familiar y nada distante. Tenía una gran capacidad para escuchar y siempre quería que tú le hablaras. Una vez me recibió tendido en el sofá tapado con una manta. Le leí un poema erótico, 'Suceso en el Lavadero', que posteriormente incluí en 'El tiempo en el espejo'».
El que fuera pregonero de la Semana Santa de Sevilla en el año 2000 aún conserva en su casa —un santuario por el que rezuma buena literatura en cada una de sus estancias llenas de libros, revistas, periódicos y cómics— una abundante correspondencia con Vicente Aleixandre, además de recortes de artículos de prensa vinculados al ganador del Premio Nacional de Literatura en 1933. Entre esos viejos recortes destaca una joya periodística, la entrevista que le hizo en exclusiva al poeta en su casa de Velintonia y que fue publicada por ABC el 27 de junio de 1963. En esa jugosa conversación mantenida entre los dos amigos, Caro Romero le preguntaba si se sentía sevillano. Aleixandre respondió tajante:«¡Cómo no!, si nací en Sevilla y en la Puerta de Jerez, en el viejo caserón de la Intendencia, hoy palacio de Yanduri. Mi abuelo era intendente militar de la región. Soy sevillano injerto también en el Mediterráneo. Como se sabe, transcurrió mi niñez en Málaga. Luego he vuelto muchas veces a mi tierra y siempre que me paseo por las calles sevillanas estoy pisando y sintiendo mi origen. Yo, que llevo cuarenta y siete años en Madrid, reconozco que si me detengo en Sevilla tan sólo un par de semanas vuelvo a adquirir el acento andaluz».
![Detalle del monumento a Vicente Aleixandre, con el retrato en bronce que hizo el escultor Enrique Ramos Guerra](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/05/03/monumento-vicente-aleixandre-U41224403814vAh-760x427@diario_abc.jpg)
En esos años de amistad, Aleixandre estaba al tanto también de los libros de poemas que comenzaba a publicar Caro Romero, como 'El tiempo en el espejo', con el que consiguió ganar en 1965 el prestigioso premio Adonais, o 'Tiempo sin nosotros' (1969). Ambos poemarios eran de tema amoroso y erótico. «Carlos Luis Álvarez 'Cándido' hizo la reseña de 'El tiempo en el espejo' en ABC y Guillermo Díaz Plaja hizo otra reseña en ABC de 'Tiempo sin nosotros', libro que publicó Prensa Española».
Una figura clave para entender esta amistad entre Aleixandre y Caro Romero es la de José Luis Cano, poeta de Algeciras y cofundador de la revista literaria Ínsula, de la que fue su director. En 1995 Cano y un grupo de amigos iniciaron una campaña de protesta por el estado de abandono de la casa de Velintonia. José Luis Cano incluyó a Caro Romero en la segunda edición de la 'Antología de poetas andaluces'.
Vicente Aleixandre es también uno de los nombres ilustres que aparecen en la 'Antología de la poesía erótica española de nuestro tiempo' (Ruedo Ibérico, 1973), que preparó Caro Romero. En dicha antología se recogía también unos poemas de Miguel Hernández, que llegó a entablar una gran amistad con Aleixandre. «Vicente Aleixandre fue su padrino de bodas y le regaló un reloj de oro. La viuda de Miguel Hernández, Josefina Manresa, me dio la autorización para publicar los poemas eróticos a través de José Luis Cano», dice Caro.
Aleixandre no dejó nunca de venir a Sevilla. Así, en 1958 asistió a un acto dedicado a jóvenes poetas sevillano en la Universidad de Sevilla y también tuvo varias intervenciones en Club La Rábida. La última carta que Caro Romero conserva de Aleixandre fue cuando lo nombraron Sevillano de Honor en 1978 a raíz de haber ganado el Premio Nobel (el propio poeta llamó al Nobel el del «dolor y la enfermedad» por su estado de salud). Dicha distinción la organizaba Radio Sevilla, adonde Aleixandre envió una primera misiva en la que delegaba para que Caro Romero recogiera expresamente en su nombre tan alta distinción: «Manuel Barrios había leído esta carta, pero él no me dijo nada porque quería recoger ese título en mi lugar. Posteriormente, Aleixandre me escribió una segunda carta en la que se mostraba muy extrañado por no tener noticias mías. De hecho, aseguraba que en Radio Sevilla no le habían dicho nada al respecto. Si él no me hubiese escrito, jamás me hubiera enterado y nunca hubiera podido recoger el título de sevillano de honor en su nombre», concluye.
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