Daiki Mori: «Lo que hizo Manuel Escribano en la Maestranza sólo lo hacen los samuráis»

–O sea que usted no sabía distinguir entre un banderillero y un mozo espada...

–Nada, ni idea, tampoco sabía que había tantas personas en una cuadrilla para organizar una corrida. Ni idea.

–Pero imagino que ya sabe lo que es un capitalista…

–Sí, un capitalista es el que está en el taco, un tipo muy rico.

–Pero yo me refiero en el toro…

–(Risas) Pues es la primera vez que lo oigo en mi vida.

–Lo seleccionaron como reportero por sus cualidades telegénicas y por que es guiri ¿me equivoco?

–Totalmente. Es correctísimo. Y además yo era un guiri oriental, no un guiri occidental y europeo que están más vistos en Sevilla.

–Y hay mucha gente hablando del Daiki en Sevilla. Todos se hacen fotos con usted.

–Así es. Ayer, por ejemplo, estaba haciendo entrevistas en directo y la gente me interrumpía muchas veces, para hacerse una foto. Al menos me hicieron cuarenta. También cuando me ven paseando me dicen: ¡Daiki, eres un monstruo!, ¡eres un crack!. Me sorprende y me gusta.

–¿Cuando entró por vez primera en la Maestranza sintió algo especial?

–Ummmmmmm. Sí. Cómo te lo explico. Ambiente muy especial. Yo había entrado en el Sánchez-Pizjuán y en el Villamarín, que son más grandes. Pero en la Maestranza sentí que el edificio me hablaba y me contaba la historia de Sevilla.

–Pero el día en el que Manuel Escribano cortó dos orejas se emocionó muchísimo más.

–Sobre todo su acto heroico cuando, tras ser cogido por el toro y pasar por enfermería, salió nuevamente a torear en pantalones vaqueros y superando un momento tan difícil. Pero cuando ya me mató fue cuando recibió a su segundo toro a portagayola. Eso solo lo hacen los samuráis.

–Creo qué Dávila Miura le ha dado algunas lecciones…

–Así es. Fue muy amable y el maestro me aconsejó cómo citar al toro y qué postura tomar para esperarlo. Ha sido mi primera clase en vivo de un maestro de la tauromaquia. Ese momento quedó recogido en un video de One Toro.

–Pero lo mejor de todo es que usted abandonó Londres y se encajó en Sevilla para ser entrenador de fútbol.

–Así es. Me encanta el fútbol y aquí sueño con llegar a ser algún día entrenador profesional. Ahora colaboro con el Club Atlético Central de Triana. ¿Te imagina que yo me trajera a Kubo para que jugara en mi equipo? Si fuera capitalista, de dinero y no del toro, me lo traía.

–¿Qué hace usted en el staff técnico del Club Atlético Central de Triana?

–Ayudo a los entrenamientos y también me encargo de las grabaciones de partidos y entrenamientos. Igualmente facilito videos individuales para mejorar el movimiento de los jugadores en el campo.

–Qué color le gusta más: ¿el palangana o la verdina?

–¿Eso qué es? ¿Palangana? ¿Verdina? Ahhhh. Eso lo escuché hace tiempo. La gente me pide que me haga sevillista o bético. Pero a mi me gustan los dos. Si el Betis juega contra el Barcelona quiero que gane el equipo de Pellegrini. Si es el Sevilla contra el Madrid, quiero que ganen los palanganas.

–¿Y si juegan uno contra otro?

–Uhhhhhhhhh. Me quedo encerrado en casa.

–¿Cola de toro o el sushi? ¿Dónde se come mejor?

-Las dos gastronomías son magníficas. En Japón se come bien. Pero no lo echo de menos, porque en Sevilla se come muy bien: salmorejo, gazpacho, cola de toro, garbanzos, puchero…Magnífico.

–A la gente le pregunta ¿para qué sirven las rayas de la plaza? ¿Qué es la divisa?...

–Muchos tienen menos idea que yo.

–En Japón las formas no le dejaban ser como es. ¿Respira mejor en Sevilla?

–Aquí todo es más fácil y feliz.