OFERTA DE TRABAJO
Un histórico bar de Sevilla busca camareros mayores de 45 años: «Nos hemos cansado de los jóvenes informales»
Mariano García, propietario de la cafetería Donald de la calle Canalejas, lamenta sus últimas experiencias con nuevos empleados: «No tienen ganas de aprender»
Mariano García Romero, de Cafetería Donald: «Las tapas de nuestras vitrinas son idénticas a las de hace 40 años»

Coincidiendo con el arranque de la Selectividad, Mariano García, vulgo Mariano 'el del Donald', proclama su renuncia a la gente joven. No de un modo literal, aunque sea ése el trasfondo de la oferta de trabajo que ha anunciado en redes sociales: «Restaurante Donald necesita camareros o camareras con bastante experiencia en el sector de la restauración, a ser posible mayores de 45 años». La reinvención del edadismo y la experiencia laboral como únicos requisitos para conseguir un puesto de trabajo en la emblemática taberna de la calle Canalejas.
Mariano lleva el mismo tiempo dedicado a la hostería que su negocio con la persiana levantada hacia Sevilla. No fue su fundador pero sí es parte inherente a la historia del Donald, que por primera vez en cincuenta años cerrará «por descanso del personal». No se trata de que antes lo incumpliera, el problema ahora surgido es que ya no hay plantilla suficiente como para hacer encajes en la planilla de los turnos de trabajo. Los buenos profesionales que siguen en el sector están bien atados; los otros abandonaron y los jóvenes apenas muestran interés por formarse como profesión de futuro, según advierte el propietario de la Cafetería Donald.
Este conocido hostelero lamenta tener que pagar el mismo salario «a una persona de fuera sin idea que a los buenos profesionales». Tras varias experiencias infructuosas, la Cafetería Donald ha tomado la decisión de no contratar a más personal joven. «Me cuesta 2.400 euros al mes enseñar a una persona entre el sueldo, Seguridad Social, retenciones... No puede ser que una persona sin carrera cobre lo mismo que quien sí la tiene». Según explica, el problema no está en enseñar sino en que «no tienen ganas de que les enseñen».
Mariano García tiene además otros dos negocios «de reformas y de aires acondicionados» y asegura encontrarse con el mismo problema: «En España no quedan personas cualificadas». El dueño de la cafetería de la calle Canalejas asegura estar «muy contento» con su plantilla de camareros y cocineros, aunque lamenta las últimas experiencias con personal nuevo: «Sólo quieren echar sus siete horas y salir corriendo. Ni les gusta la profesión ni quieren aprender. Aquí nos hemos cansado de la informalidad de algunos jóvenes: unos desaparecen y a otros te cuesta el finiquito como si trabajaran un mes más».
Pone como ejemplo el último caso que asegura haber vivido en su negocio: «Llegó un camarero nuevo y decía que tenía problemas con su banco y me pedía que le pagara en mano. Acostumbro a pagar a mis empleados el día 25 de cada mes. Éste cobró y llevo una semana sin saber de él». Mariano lamenta que haya hosteleros que no cumplan con sus obligaciones, «pero no es la mayoría».
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