El rincón de...
Hermenegildo Mergelina Díez: «Las carreras de Sanlúcar tienen un origen elitista pero pronto el pueblo las hizo suyas»
El gerente de la Real Sociedad de carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda lleva treinta años dedicado a organizar un evento que llama a las puertas de la Unesco
![Hermenegildo Mergelina sobre la arena de la playa sanluqueña, convertida en hipódromo natural para las populares Carreras](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/08/26/felix-carreras-caballos-RGCBhrYOGD7aNqSc3R3cT0I-1200x840@diario_abc.jpg)
–Por los años setenta del siglo pasado se defendió que las carreras tenían un origen popular, un divertimento de los arrieros del pescado. ¿Realidad o ideología?
–Fue un intento de borrar el carácter casi aristocrático de su origen. Las Carreras de Sanlúcar, reglamentadas ... desde sus comienzos al estilo inglés, poco tienen que ver con aquellas supuestas competiciones entre équidos dedicados al acarreo del pescado.
–Pero hoy casi nadie pone en duda que el espectáculo fue importado por vinateros locales que visitaban con frecuencia Inglaterra…
–Así debió ser. Además, la íntima relación de las firmas bodegueras de todo el Marco de Jerez con las Carreras de Sanlúcar a lo largo de toda su larga historia avalan este origen.
–Las carreras no solo son un espectáculo deportivo sobre un hipódromo natural. También aportan, en sus orígenes, el relumbrón social que rodea al mundo del vino y del caballo.
–Ciertamente. En su origen las Carreras tuvieron un marcado carácter elitista, que poco a poco iría diluyéndose para hacerse populares hasta el punto de que todo el pueblo de Sanlúcar las hizo suyas.
–Que encaja con la corte veraniega de los Montpensier…
–El inicio de las Carreras coincide casi exactamente con la llegada a Sanlúcar de los Montpensier, al calor de cuya corte veraniega acudían a Sanlúcar muchas familias de la élite bajoandaluza que siempre arroparon a las Carreras con su presencia.
–En esta historia de los orígenes de la fiesta aparece un nombre, Pedro Carrere Doumeste, un jerezano casado con una señora vinculada a la familia Domecq, que organiza la primera carrera en agosto de 1845.
–La prensa de la época destaca la figura de Pedro Carrere como principal organizador de las primeras carreras reglamentadas en la playa de Sanlúcar. Por sus viajes de negocio al Reino Unido, Carrere conocía muy bien el mundo del turf.
–¿Por qué no cuajaron las carreras de caballos en El Puerto, Cádiz y Chipiona?
–Las carreras de caballos en otras playas gaditanas se inician tras el éxito y trascendencia que alcanzaron las primeras carreras en Sanlúcar. La desafección de los veraneantes y los escasos aficionados que debían alentar los programas hípicos fueron las causas más importantes de sus paulatinas desapariciones.
–Las carreras vivieron peligrosamente en plena transición política, poniendo en peligro su continuidad. ¿Qué las salvó de la política?
–Curiosamente, el grupo Andalucista municipal abogó por la desaparición de las Carreras de Caballos del calendario festivo en 1979. La oposición de Medina Lapieza, alcalde comunista, y los concejales García Garrido y Zambruno Cerdán evitaron lo que hubiese sido un tremendo error.
–Un erudito local, José Carlos García Rodríguez, autor de cincuenta libros sobre Sanlúcar, redacta un expediente para que la UNESCO designe a las Carreras Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. ¿Es usted optimista?
–Consideramos que en las Carreras confluyen los requisitos marcados por la UNESCO para ser incluidas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Estoy convencido de que mi gran y querido amigo José Carlos García Rodríguez conseguirá con su buen trabajo y su gestión otro gran reconocimiento para nuestras Carreras como ha hecho tantas veces.
–¿La del del ministerio de Cultura puede ser el obstáculo más complicada de saltar?
–Al ser un asunto de Estado, superar ese último obstáculo, sería el mejor de los saltos.
–¿Qué le aportaría ese reconocimiento de la UNESCO además del prestigio?
–Opino que un mejor conocimiento y trascendencia internacional de las Carreras de Caballos más antiguas y singulares de España. Este es, posiblemente, el máximo reconocimiento a que podría aspirar nuestro evento hípico.
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