El fraude en la venta de aceite de oliva tiene su epicentro en una fábrica de Sevilla
Tras la declaración de la alerta sanitaria nacional y la alarma social generada entre los consumidores, agentes del Seprona de la Guardia Civil destaparon cómo una empresa afincada en Alcalá de Guadaíra vendía aceite «lampante», un producto no apto para el consumo humano
Las claves del fraude del aceite de oliva adulterado
![Garrafas de cinco litros de falso aceite de oliva comercializado bajo la marca Cortijo del Oro, una de las investigadas](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/05/23/atestado-fraude-aceite-R661L3zBjdoWaxfwAHrQVCI-1200x840@abc.jpg)
Dos investigaciones paralelas de la Guardia Civil y sendas causas judiciales abiertas en Alcalá de Guadaíra y en la localidad pacense de Zafra sobre un fraude en la elaboración, comercialización y etiquetado de aceite de oliva arrojan un punto común: una ... fábrica de Sevilla. Era el epicentro de una estafa que ha supuesto la venta de falso aceite de oliva en muchas provincias del país.
Fue el pasado mes de marzo cuando un equipo de investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil puso en marcha la operación 'Edesia' para esclarecer la supuesta comercialización ilegal de mezclas de aceites de origen vegetal (semillas) y aceite de orujo de oliva, tras la declaración de la alerta sanitaria nacional por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) y la correspondiente alarma social originada entre los consumidores. Tras varias visitas a puntos de ventas, comerciales o distribuidores, se inmovilizaron miles de litros de dicho aceite, enviándose pruebas para su análisis en laboratorios.
El resultado fue que se estaba poniendo en el mercado aceite «lampante», un producto no apto para el consumo humano, aunque en las etiquetas de las garrafas de cinco litros, bajo distintas marcas, se ofrecía al público como aceite de oliva virgen extra. «Queda indubitado el fraude alimentario», concluye la Guardia Civil en un atestado elaborado por un equipo de investigación del Seprona en Badajoz.
Y es que este caso tiene dos ramificaciones con un punto de origen común: una fábrica semiclandestina en Alcalá de Guadaíra de la empresa Don Jaén Oliva 2019 S.L., como apuntaba la alerta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Una investigación se ha llevado en un juzgado de Zafra y la otra se instruye en un juzgado de Alcalá, de la mano de agentes de la Guardia Civil en Badajoz y Sevilla, respectivamente.
El registro de Don Jaén Oliva
El pasado 10 de febrero la autoridad autonómica competente inspeccionó las instalaciones de Don Jaén Oliva en el polígono industrial La Red de Alcalá, donde descubrió cuatro contenedores completos de mil litros y un quinto contenedor con un tercio de su capacidad con aceite de semillas «sin identificar. El representante de la empresa no aportó documentación alguna para comprobar la trazabilidad de la mercancía. El establecimiento carecía de sistema de autocontrol. Se intervino cautelarmente la mercancía.
El análisis de este producto por un laboratorio competente desvelaba que no era aceite de oliva virgen extra por la presencia de aceites de semilla no compatibles con aceite de aceituna, sin poder precisarse la la mezcla usada por incluirse varios límites dentro de las mezclas de diferentes aceites vegetales. Era aceite «lampante».
La empresa, a posteriori, aportó la lista de distribución que realizó de garrafas de cinco litros a numerosos clientes y distribuidores en Andalucía y Extremadura. En concreto, entre el 17 y el 30 de noviembre se vendió aceite a distribuidores, comerciales y supermercados de Sevilla, San José de la Rinconada, Alcalá de Guadaíra, Umbrete, Aceuchal (Badajoz) y La Barca de la Florida (Cádiz).
![Cajas de aceites intervenidas y precintadas por la Guardia Civil](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/05/23/atestado-fraude-guardiacivil-U67531167156aFq-624x350@abc.jpg)
Pero, según un atestado del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Zafra, al que ha tenido acceso ABC, este aceite adulterado también se ha distribuido por otras comunidades autónomas. Existió «una expansión nacional de la comercialización».
Los agentes del Seprona de Badajoz detectaron un importante volumen de venta de garrafas de cinco litros bajo la marca Acebuche, con el mismo número de registro sanitario en el etiquetado, número que pertenecía a Don Jaén Oliva, que estaba dado de baja en el registro general sanitario. Otra de las marcas bajo sospecha es Cortijo del Oro. De éste se inmovilizó 625 litros. Cada una de estas marcas eran propiedad de dos comerciales de la empresa de Alcalá, uno de Aceuchal y otro de Salvatierra de los Barros, municipios pacenses. El comercial de Salvatierra también comercializó aceite con la marca Villa de Jerez.
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Don Jaén Oliva 2019 tiene su domicilio social en Sevilla capital con objeto social de servicios hoteleros, bares y cervecerías. Su única marca registrada era Vareado Aceite de Oliva.
Para el Seprona y en base a la normativa que regula la calidad del aceite de oliva, dado que sólo es considerado aceite de oliva aquel compuesto exclusivamente por aceites refinados y aceites de oliva vírgenes, puede entenderse «la comisión de distintos tipos delictivos tipificados en el vigente Código Penal, por la puesta a la venta de una mezcla de aceites de semillas etiquetados como aceite de oliva». Don Jaén Oliva 2019 «podía haber incurrido en un delito relativo al mercado y a los consumidores o un delito de estafa».
Se ha constatado que Don Jaén Oliva «está comercializando el mismo producto bajo el nombre de distintas marcas comerciales, ya que el etiquetado refleja el mismo número de registro sanitario, que consta en el Registro Sanitario». La comercialización de este aceite de oliva adulterado presenta «un riesgo real» para los consumidores y no cumple los requisitos higiénico-sanitarios. De ahí la posibilidad de la comisión de un delito contra la salud pública.
'Curro' y Galiaceites 2022
Los agentes de la Guardia Civil, según el atestado al que ha tenido acceso ABC, descubrieron más marcas comerciales y distribuidores implicados mientras realizaban diversas diligencias para dar con el envasador del aceite adulterado por Don Jaén Oliva. Entonces aparece el nombre de un tal 'Curro' como contacto comercial de Don Jaén Oliva 2019.
Todas las miradas se ponían entonces en la fábrica del polígono industrial La Red de Alcalá, sin aparente actividad laboral y origen del producto ilícito. Los agentes de la Guardia Civil de Badajoz conocieron que sus compañeros del Seprona de Sevilla también estaba detrás de esta empresa por un fraude alimentario.
Las dos ramas de la investigación se encontraban. Esto llevó al juez de Zafra a inhibirse, en un auto con fecha de 16 de mayo al que ha tenido acceso ABC, en favor del Juzgado de Alcalá de Guadaíra, donde se abrieron diligencias el pasado 25 de marzo y donde por el momento se encuentran como investigados dos personas y una empresa por un presunto delito contra los derechos del consumidor.
En este órgano de Alcalá aún no se ha recibido el auto de inhibición ni el traslado de la causa de Zafra, lo que podría aumentar el número de investigados. Se está a la espera de un informe pericial de la Policía Científica de la Policía Nacional.
Entonces se conoce que una empresa distribuidora de Zafra, que denunció el fraude, había inmovilizado alrededor de 50.000 litros de aceite por falta de garantías sanitarias bajo la marca Campiña de Andalucía. El envasador era Galiaceites 2022. En todas las etiquetas aparece un mismo número de teléfono, pero en unas aparece la ubicación de la empresa envasadora en Fuentes de Andalucía y en otras en Palma del Río (Córdoba). Todas sin número de registro sanitario. Este aceite también era «lampante».
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«El fraude al consumidor es más que evidente», concluye el Seprona en su atestado, añadiendo el riesgo para las personas alérgicas porque podía contener componentes como soja y ocasionarles un shock anafiláctico.
En este momento entra en la investigación un equipo del Seprona de Córdoba para tratar de localizar a los dueños de Galiaceites, que antes tenía otra denominación y que también podría ser la misma empresa que Aceites del Convento. Intentan verificar la ubicación de la fábrica de Palma del Río. En el domicilio facilitado había un taller y una empresa de gestión inmobiliaria.
Galiaceites estaba siendo investigada por la Delegación Territorial de Salud en Córdoba por un fraude en la venta de aceite. El administrador de Galiaceites tenía su domicilio en Carmona y el domicilio empresarial en Fuentes de Andalucía.
Los agentes visitaron la fábrica de Aceites el Convento, en la carretera Carmona-El Viso, local que alquiló Galiaceites 2022, a través de una trabajadora. En la fábrica sólo había material viejo de oficina y un bidón de plástico de mil litros.
Cuando pudieron los agentes hablar con el administrador de Galiaceites, les dice que cesó en octubre de 2022 porque no obtenía beneficios. Y aclaró que la sede de la empresa era la de la empresa Aceites el Convento, aunque en una parcela aledaña, negando relación comercial entre ellas.
![Garrafas intervenidas de la marca Acebuche](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/05/23/atestado-fraude-acebuche-U67727821407YGn-624x350@abc.jpg)
Antes de concluir este atestado, el Seprona de Badajoz conoció dos facturas del comercial y dueño de Villa de Jerez de compra de aceite a Don Jaén Oliva y Galiaceites. Entonces aparece el registro sanitario de otra empresa de alimentación, con domicilio social en El Viso del Alcor. Se concluye entonces la conexión entre las empresa Don Jaén Oliva y Galiaceites, pues el mismo comercial, 'Curro', le vende la misma marca de aceite al comercial de Salvatierra de los Barros y emite facturas distintas a nombres de ambas empresas.
Parece que 'Curro' trabaja para ambos proveedores. El comercial de Aceuchal traslada a la Guardia Civil la posible identidad de 'Curro' y como éste y su socio podrían haber puesto al frente de Don Jaén Oliva un administrador único como testaferro.
La empresa de distribución de El Viso del Alcor «debió comercializar el aceite Villa de Jerez a Don Jaén Oliva y Galiaceites para que ambas la vendieran después». En definitiva, la Guardia Civil concluye que existe «un entramado empresarial dedicado al comercio de un alimento sin el debido control sanitario, con un precio muy por debajo del habitual».
Pero la sorpresa saltó cuando se cotejó la base de datos policiales de las personas investigadas, nueve según la Guardia Civil, hasta el momento. Algunos de ellos estuvieron implicados en otra operación contra el fraude de aceite en Carmona, destapada en 2021. Entre ellos aparece el administrador de la empresa de distribución de El Viso del Alcor, un antiguo comercial de Galiaceites y la pareja de dicho comercial.
El Seprona de Badajoz, al cierre de su atestado, señalaba que se había prohibido la venta de trece marcas comerciales inmersas en la alerta sanitaria. Aunque el pasado lunes la Guardia Civil ascendió éstas a diecisiete.
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