Iglesia en Sevilla
'Father Gonsales' vuelve a oficiar en inglés
El Cabildo Catedral ofrecerá un servicio para turistas angloparlantes después del verano
El ex maestro de capilla, Herminio González Barrionuevo, y otros dos canónigos se irán turnando
El 'father Gonsales', como era conocido, oficiaba su ministerio en una parroquia de Staten Island en verano
La parroquia Our Lady Help of Christians (OLHC en su acrónimo) de Staten Island, uno de los cinco barrios de la ciudad de Nueva York, puede presumir de haber compartido el ministerio ordenado del hasta ahora maestro de capilla de la Catedral de Sevilla, ... Herminio González Barrionuevo, que se encargará, a la vuelta del verano, de oficiar un servicio religioso semanal para angloparlantes: «Es un reto al no haber mucha población inmigrante católica de habla inglesa».
El canónigo, ya retirado, ha pasado en aquella parroquia fundada en 1898 por inmigrantes irlandeses (su primer párroco se apellidaba Byrnes) casi cincuenta veranos en los que se retiraba mientras estudiaba su gran pasión: la música sacra. Don Herminio es un reputado experto, acaso el mayor especialista, en la obra de Francisco Guerrero, maestro de capilla de la Catedral hispalense durante el Renacimiento y autor de una impresionante producción musical.
«Durante 46 o 47 años, todos los días, domingos y fiestas, o sea, siempre, oficiaba en aquella parroquia principalmente de irlandeses y polacos al principio, después entraron algunos de procedencia italiana», confiesa don Herminio, a quien Sevilla le debe haber sentado las bases de la pervivencia de los niños seises en un momento en que la tradición pendía de un hilo.
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Aprovechaba las vacaciones de verano para mudarse a Estados Unidos y practicar el idioma: «Por mi profesión, porque estudiaba investigación musical, necesitaba el inglés, no por amor al arte sino por necesidad. Todo el que estudia Sagrada Escritura o Musicología, todo lo que sea investigación, todo el que tenga que leer muchos libros, necesita el inglés y otras lenguas; no tengo problemas con el francés para leer y traducir aunque hablarlo tengo problema porque no lo he practicado, pero lo he estudiado. Empecé el alemán pero ya después llegué aquí, entré en el conservatorio y ya no tenía tiempo de dedicarme», sostiene.
Desde primeros de los años 70, cada verano echaba una mano en la parroquia de Staten Island, la primera de la archidiócesis de Nueva York en contar con adoración perpetua desde 1996. Allí lo esperaban con los brazos abiertos: «La gente me conocía y me decía 'usted bautizó a mi nieto, bautizó a mi hijo, yo era su monaguillo'. Como si fuera de allí, 'ya viene el padre González' o más bien 'Gansales'», bromea con el acento neoyorquino con el que trataban de reproducir su primer apellido.
En Sevilla ha tenido alguna ocasión de oficiar en inglés «cuando algún párroco, sobre todo, compañero de la Catedral, tuvieron necesidad». Y relata algunas anécdotas deliciosas como la pareja de cicloturistas, «ya de cierta edad», que se había conocido en Sevilla y que se casaron en Santa María la Blanca en una boda organizada por una agencia cuyo responsable ejerció de padrino «porque a ver de quién iban a echar mano».
O el violonchelista de Inglaterra al que casó en el Salvador con su mujer coreana tras conocerse en Sevilla y que, tras la comunión, se puso a tocar el violonchelo «esas piezas famosas que se tocan siempre» en las bodas.
De hecho, don Herminio ha venido teniendo detalles con los turistas anglófonos o italianos en la misa dominical de las 13 horas ante el altar mayor de la Catedral: una lectura de la Palabra en inglés, una salutación o una despedida, alguna frase en la homilía… Era algo que venía haciendo hace muchos años y que ahora había retomado hasta que un vídeo lo lanzó al estrellato de las redes sociales.
Oficio religioso semanal en inglés en la Catedral
A raíz de eso se supo que el Cabildo metropolitano se plantea un oficio religioso semanal en la lengua de Shakespeare a cargo del maestro de capilla jubilado y de otros dos canónigos que se manejan en ese idioma para cuadrar los turnos sin desatender a los turistas. La Catedral se encargará de adquirir los textos litúrgicos (misal y leccionario) oficiales visados por alguna conferencia episcopal anglófona.
No es la primera vez que la Catedral, como templo consagrado al culto principalmente, acaricia la posibilidad de ofrecer misas en inglés. Pero todas las iniciativas anteriores no llegaron a cuajar. Ahora se quiere aprovechar el tirón turístico como una atención pastoral más a los visitantes del primer templo de la archidiócesis.
Mientras llega ese momento, la única misa en inglés en Sevilla la celebra el 'father' Rolando Arjonillo, sacerdote filipino del Opus Dei, en la iglesia del Señor San José los domingos a las 18.30 horas con asistencia sostenida de medio centenar de personas o más, la mayoría inmigrantes filipinos.
En la conversación con don Herminio, la música tiene un sitio destacado. Desde que llegó a Sevilla en 1984, cinco años después de la desaparición de Ángel Urcelay en que la capilla musical estuvo atendida de manera interina por el tenor, González Barrionuevo se ha dedicado a engrandecer el patrimonio musical de la Magna Hispalensis. Ha compuesto la música de 62 himnos para los oficios de lecturas y laudes (horas litúrgicas que cantan los canónigos en el coro), así como versiones para la salmodia (sucesión de salmos) y responsorios breves a partir del canto gregoriano.
«Lo que han hecho por ahí en otras catedrales ha sido componer melodías nuevas, pero yo propuse mejor adaptar las gregorianas, porque cuando uno oye esas melodías son melodiuchas, es lo mismo que si vas a una catedral y te tocan las guitarras así, de esa manera kitsch», confiesa con el corazón en la mano antes de referir lo que le sucedió en la visita a una abadía: «Me daba mucha pena qué musiquitas cantaba esa gente».
Don Herminio cursó dos doctorados, en Canto Gregoriano y en Polifonía, además de impartir clases en la cátedra de Musicología del conservatorio superior de Sevilla en el antiguo cuartel del Carmen. Y fue el responsable de la incorporación de las mujeres a la primera coral polifónica de la Catedral en 1985, conforme a lo dispuesto en el Concilio Vaticano II.
«Opté por miembros amateurs para la coral, porque intenté con semiprofesionales y no me convenció, porque tenía otras coordenadas de interpretación: la música religiosa ha de ser expresiva, con sentimiento. La música sacra es la sierva («ancilla» en latín) del texto litúrgico. Va a cantar 'Oh, celestial medicina' de Guerrero y esa admiración no puede ser fría, no es lo mismo cantar 'te amo' que 'te odio'», refiere de sus vastos conocimientos.
«Lo normal es que en los conciertos se solfee, más que se cante. Si usted está diciendo 'Pan divino y gracioso', que es una canción del gran Guerrero de aquí de Sevilla, cómo puede cantarse eso con frialdad. Yo quería modelar el coro a mis coordenadas, a las lecciones que había recibido en Roma del gran maestro de capilla del Vaticano, Domenico Bartolucci, que en los ensayos siempre nos decía: 'esto que habéis cantado, solfeo, un 10; canto, un 0' porque la interpretación litúrgica tiene que ser reflexiva», explica con conocimiento de causa.
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