La estación de Santa Justa en Sevilla estrena su nuevo control de equipaje en el vestíbulo
Los escáneres que se ubicaban en los andenes tienen su nueva ubicación en el vestíbulo

La estación de Santa Justa ha implantado un control de seguridad único -como en la estación de Atocha- en el vestíbulo, dejando atrás las cintas de seguridad en las propias plataformas, justo antes de acceder al tren en la propia vía. Desde Adif, señalan ... a este periódico que el objetivo de la reordenación del escáner es dotar de mayor confort tanto a viajeros como a trabajadores, agilizar el control de equipajes y racionalizar el espacio.
La Estación de Santa Justa es la primera en número de viajeros en Andalucía. En 2023, utilizaron sus servicios más de diez millones de viajeros y se espera que esta cifra crezca los próximos años con la entrada en servicio de nuevos operadores, apuntaban fuentes de Adif. La reordenación de las cintas se planteó en el momento en ekl que se hiz público el cambio como una forma de adaptar la estación al «previsible incremento» de viajeros en un futuro.
Este contrato se licitó y adjudicó a finales del pasado año a la empresa Elecnor por 106.206 euros, teniendo un plazo de ejecución de un mes. Hace una escasa semana, ha empezado a funcionar en su nueva ubicación. La entidad sostiene que en los andenes percibieron que era mejor para clientes y operadores ordenar los flujos de los viajeros que salían y accedían a los trenes. «De este modo, los pasajeros que llegan a Sevilla desalojan el andén por los lados y los que se van, bajan a la plataforma por el medio. Se evitan las aglomeraciones que causan el cruce de estos» explican desde Adif.
La reordenación del control hace que este quede ubicado justo en la puerta de acceso a las vías de alta velocidad, entre la 6 y la 10. Cuando se anuncia por megafonía, el viajero se dirige a la puerta. Un avez allí, el personal de la estación comprueba el billete y le deja paso al viajero a una cola dispuesta en zigzag mediante cintas de seguridad. Esta conduce los cuatro escáneres que se han instalado, los que resultan «suficientes» para el volumen de viajeros, aunque si fuera necesario «se reforzará» explican desde la empresa pública. «No tiene nada que ver con que haya falta de empleados» apunta a ABC un miembro del personal de seguridad de la estación.
El nuevo sistema pretende evitar colas y esperas, de forma que el viajero abandona el hall para dirigirse a las cintas de seguridad cuando los operarios le indican. Para ello se ha llevado a cabo un refuerzo visual y de personal.
La opinión de los viajeros
No obstante, los usuarios de los trenes no tienen esa percepción. Juan Carlos, uno de los viajeros que esperan en la cola antes de enseñar su billete y pasar al control de equipaje califica la reordenación como un «estorbo», ya que la fila que se forma para acceder a dicho zigzag ocupa buena parte del espacio, entorpeciendo la circulación y llegando incluso a los escaparates de los comercios situados frente a las puertas de las vías.
Desde la entidad ferroviaria aseguran que la nueva disposición agiliza el tránsito y reduce las colas en los andenes «que llegaban hasta la puerta del vestíbulo». Por ello, se ha optado por la liberación de la pasarela de embarque, quedando como un mera zona de paso. Esto también implica que se limite al acceso a esta zona previa al embarque de los trenes a sólo aquellos que cuenten con un billete. Familiares y amigos que tan frecuentemente esperaban directamente en ese lugar a aquellos que llegaban a Santa Justa, tendrán que hacerlo en la zona principal.
Por su parte, Jesús, un joven que suele utilizar mucho la alta velocidad y que ya ha cogido cuatro trenes con el nuevo control, entiende que el cambio de ubicación «tendrá sus razones» pero cree que ahora es «más lento» y además percibe que desorienta a los usuarios y por tanto, le gusta más el anterior. «Antes había una persona que justo antes de poner un pie en el tren te indicaba, ahora una vez pasan el control están solos» apunta este viajero que suele ir a las estaciones de Madrid y Zaragoza por asuntos laboras y donde a su parecer «en cada estación hay una forma de trabajar». En esta línea, Adif mantiene que es hasta el control de seguridad «donde llega su trabajo» y a partir de ahí los clientes «están en manos de las compañías».
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