Écija, Lora y Tocina recuperan poco a poco la normalidad

Afortunadamente, el tiempo ha dado una tregua suficiente como para que durante dos días, jueves y viernes, en las localidades sevillanas más afectadas por las inundaciones se hayan podido desarrollar las labores de limpieza de forma más efectiva, de manera que para la celebración de Nochebuena pudiera recuperarse una situación de relativa normalidad, sin olvidar el desánimo y la impotencia de quienes más han sufrido las consecuencias en sus hogares. En Écija, su alcalde, Juan Wic (PSOE), aseguraba ayer a ABC que la limpieza de las calles quedó prácticamente terminada el jueves, «en un intento de que la Nochebuena fuera lo más “tranquila” posible».

No ha habido, según comentó, petición para realizar reservas en hoteles, pues «la mayoría de la gente se ha preparado su casa, y los propietarios de aquellas viviendas que estaban peor, han estado con familiares o amigos». Se han repartido más de cien colchones, así como frigoríficos, lavadoras y bolsas de comida. «La actividad en Nochebuena —dice— ha sido “normal”, incluso en la zona de la calle Arroyo, pese al deterioro y los socavones que en ella se aprecian». El arzobispo de Sevilla, Monseñor Asenjo, realizó una visita a Écija el pasado día 23, en la que ofreció la colaboración de la Iglesia y visitó, casa por casa, las calles más perjudicadas animando a los feligreses, orando con ellos e impartiendo su bendición. Las autoridades municipales felicitaron al arzobispo por la labor desarrollada por los párrocos y Cáritas.

Regular el caudal

Si hay algo claro para el regidor astigitano es que «el arroyo Argamasilla pasará a ser historia en el momento en el que finalice el proyecto para evitar su desbordamiento, que es una obra lenta», al tiempo que confió en que, entre tanto, pueda controlarse esa entrada de agua del arroyo con medidas preventivas. Para ello, el Consistorio ya informó el pasado jueves de que se intentará regular el caudal de entrada de agua para que sólo se introduzca lo que el encauzamiento es capaz de evacuar al Genil. Una medida que se llevará a cabo a través de tres controles, mientras se actuará, en paralelo, en la limpieza completa del cauce soterrado del arroyo, pues las partes que se habían limpiado antes de las lluvias vuelven a estar sucias tras las últimas anegaciones. Se prevé que esta limpieza pudiera estar finalizada, dependiendo siempre de la situación meteorológica, en unos quince o veinte días.

En Lora del Río, el Ayuntamiento informó ayer de que la «normalidad» ha vuelto a las calles del municipio tras dos intensas jornadas de trabajo del dispositivo municipal de limpieza, en las que se ha retirado el lodo y el barro de las calles afectadas, restando las labores pertinentes en algunas de las viviendas que más han sufrido las ríadas. A raíz de todo ello, y dado que no se esperan nuevas crecidas del Guadalquivir, el Ayuntamiento de Lora del Río ha procedido a desactivar el Plan Local de Emergencias.

En Tocina, su alcalde, Juan de Dios Muñoz (PSOE), señalaba ayer que, con respecto a las viviendas, se había vuelto a la «normalidad» y que la mayoría de las personas que más se habían visto afectadas por las inundaciones «se encuentran en sus casas». El nivel del río «ha bajado bastante», según Muñoz, quien manifestaba que ello ha ayudado a que los trabajos de limpieza se hayan podido realizar con mayor celeridad en todas las calles. Para este regidor, las inundaciones conllevan otras consecuencias no menos importantes y que inciden en lo que es el tejido productivo de esta localidad. Destaca así la merma de cosechas y jornales en el campo y fábricas y, aunque es pronto para cuantificar las pérdidas, Muñoz indicó que están «en conversaciones» para que pueda contemplarse la cobertura de los caminos de acceso a las infraestructuras agrícolas.