DÍA INTERNACIONAL DE LA ENFERMERÍA
Diana, cuidadora en Los Pajaritos, uno de los barrios más pobres de España: «Aquí me tratan muy bien; en Trigueros lloraba a diario»
Esta auxiliar de Enfermería colombiana de 39 años es una de las alumnas de los cursos sobre cuidados de niños y mayores que imparten de forma altruista enfermeras de San Juan de Dios y de centros de salud de Sevilla y varias profesoras universitarias de Sevilla
Enfermeras voluntarias de Sevilla cuidan de las cuidadoras de Los Pajaritos: «Ayudarlas nos hace felices»
![Diana Bonilla es auxiliar de Enfermería, tiene 39 años y lleva 9 meses en España](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/05/08/diana-cuidadora-pajaritos-RI0O3cCAgnsOsXp3TX0WvGN-1200x840@diario_abc.jpeg)
Diana Bonilla es auxiliar de Enfermería, tiene 39 años y llegó hace nueve meses a España procedente de Colombia. Se trajo a su hijo mayor, de 21 años, pero tuvo que dejar en su país a su hijo menor. Ella es una de las ... alumnas de los cursos de cuidadoras que imparten de forma altruista enfermeras de varios centros de salud de Sevilla y del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe y que ha sido recientemente reconocido con el primer premio «Humaniza SJD» del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos.
«Estuve cuatro meses en Trigueros cuidando de una abuela y en noviembre del año pasado llegué a Los Pajaritos, donde cuido en la calle Almutamid a una abuela con Alzheimer«, cuenta. La separación de su hijo y del resto de su familia fue muy dura para Diana, que no tuve suerte en su primer trabajo en la localidad onubense. »La mujer me trataba muy mal, era grosera conmigo y me hacía llorar a diario. En Los Pajaritos no he tenido ningún problema desde que llegué en noviembre. Todo el mundo me respeta, nadie se mete con nadie, y me siento bien en este barrio de Sevilla, aunque cada uno va a lo suyo«, asegura.
Esta profesional colombiana está tratando de regularizar su situación legal en España. «Cuesta mucho obtener esta documentación pero el 28 de abril logré un permiso de trabajo y espero poder obtener también un permiso de residencia«, dice. En Los Pajaritos y otros barrios que suelen aparecer en los primeros puestos de los rankings de pobreza de España viven muchos migrantes que llegan a España con la ilusión de encontrar un futuro mejor para ellos y sus familias.
Diana no conocía España y tenía una visión un tanto idealizada de nuestro país. «No es tan fácil abrirse camino aquí como se cree en Colombia la gente que no ha venido a España. Pero no hay nada imposible. Y luchamos todos los días por salir adelante». Aún no ha hecho amigas en el barrio pero espera poder hacer alguna pronto. De momento, tiene a sus compañeras de otros países latinoamericanos con las que comparte algunas tardes en los cursos de cuidadoras de la Blanca Paloma, la mayoría de Colombia, Bolivia, Uruguay y Paraguay, aunque hay alguna de Marruecos y del África subsahariana.
«El taller ha sido muy dinámico, las profesoras son muy buenas y cercanas, y nos está resultando todo muy útil. El manejo en Colombia es distinto al de España porque allí los cuidadores hacemos más cosas, ponemos inyecciones, etcétera, cosa que aquí sólo hacen las enfermeras. Esto que nos enseñan nos sirve mucho porque casi la única salida laboral que tenemos en España es cuidando a personas mayores«. Diana no entiende que haya gente que vaya un día a clase y deje de ir al día siguiente. »Todo lo que nos enseñan sobre primeros auxilios, nutrición, técnicas sanitarias básicas, cuidado e higiene, además de conceptos de humanización y empoderamiento, nos sirve mucho para nuestro trabajo. Y encima no nos cobran nada. Es gratis«.
Modesto Delgado, abogado, profesor y activista social cuya labor está centrada ahora en Los Pajaritos, dice que con estos cursos, de los que él fue uno de sus principales artífices, al menos pueden buscar trabajo en la economía sumergida en tanto tramitan permisos de trabajo. «Pero en este tipo de economía hay muchos problemas y poco control de las condiciones laborales. En los domicilios están escondidas y allí no suelen acudir inspectores de Trabajo. También nuestros alumnos de hostelería se suelen colocar todos, aunque casi siempre de una forma irregular, sin contrato, porque no es fácil obtener permisos legales. Y nos ocurre también que algunos establecimientos interesados no estaban al corriente de la Seguridad Social y tampoco podían hacer contratos«, comenta.
Diego José Géniz, enfermero voluntario que trabaja en la unidad de Cuidados Críticos del Hospital de San Juan de Dios del Aljarafe, explica que «con este proyecto damos pinceladas básicas de una de las disciplinas más difíciles y les hacemos ver que un paciente convaleciente no es solo una enfermedad, sino una persona que necesita un trato dignificante, que le conforte tanto al él como a toda su familia. El corazón del proyecto es llevar la esencia de los cuidados humanos y de calidad a personas que con ansias buscan llevar una vida digna, personas ilusionadas, interesadas, humildes y trabajadoras, que únicamente buscan esa oportunidad de llegar a realizarse. Desde luego hemos aprendido mucho de ellas; sin darnos cuenta, nos han dado una lección de humanidad mientras nosotros les enseñamos cosas técnicas. Todos salimos felices de esas clases en los Pajaritos«.
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