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Reloj de Arena

Antonio de la Torre: una fiesta con canapés, por favor

Llegó a Sevilla de la mano de Domi del Postigo, una especie de hermano mayor que le daba zascas cariñosos

José Sánchez Fernández: Un saxo de plata

Un jovencísimo Antonio de la Torre Archivo personal

Félix Machuca

Sevilla

Nos llegó de la mano de aquella generación X que Douglas Coupland nos presentó en su libro. Pero de cerca, en plano corto, Antoñito de la Torre se mostraba tan sorprendente como esas fotos de insectos realizadas con lentes de aumento, descubriéndonos parentescos ancestrales ... alienígenas. Antoñito le daba cien vueltas a la X de la generación aquella. Y dejaba claro que era un ser de otro planeta. De ese planeta que, en su infancia, tanto tuvo que ver con el barrio popular de la Ciudad Jardín malacitana, espacio periférico y alejado del centro, hasta el punto de que cuando cogía el autobús decía que iba para Málaga.

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