Obituario
En la muerte de Alfredo Flores Pérez
Era un hombre de principios, que seguía con extraordinario rigor y fidelidad, un hombre culto y discreto, un hombre de bien sin fisuras
En la primavera de 1975 juré como juez de primera instancia e instrucción de Marchena ante el pleno de la Audiencia Territorial de Sevilla. Allí conocí el teniente fiscal, don Alfredo Flores. Desde entonces hemos conservado una sólida amistad que no ha decaído en momento ... alguno. La noticia de su muerte me ha supuesto un golpe difícil de aceptar, pese a su edad y su estado de salud.
Era Alfredo un brillantísimo orador. Al punto de que no eran pocos los fiscales y letrados que asistían a las vistas en las que informaba por el placer de oírlo. Incluso el fiscal jefe, don Guillermo Blanco, se situaba en la saleta contigua a la sala a tal fin.
Con el tiempo alcanzaría la jefatura y sus apariciones en público fueron cada vez más frecuentes. Siendo hermano mayor de la hermandad de San Gonzalo, dictó el pregón de la Semana Santa de Sevilla en 1981, una pieza oratoria cincelada por perfecta erudición y brillantez, donde afloraban sus sentimientos religiosos y sus aconteceres desde su Salamanca natal a su adorada Sevilla.
De lo expuesto fácilmente se infiere que Alfredo era un conversador delicioso, dotado de un fino sentido del humor y de un inacabable universo de ocurrencias y acontecimientos vividos intensamente durante su trascendente misión.
Se cumplen cinco años del fallecimiento de su esposa, una oquedad que nunca llegó a superar; constituían una pareja profundamente unida verdaderamente ejemplar. Mari Luz estaba siempre en sus labios y resultaba inevitable que su añoranza no aflorara en sus conversaciones.
Por encima de todo, Alfredo era un hombre de principios, que seguía con extraordinario rigor y fidelidad, un hombre culto y discreto, un hombre de bien sin fisuras. Será muy difícil que su personalidad y su excelencia se pierdan en el olvido colectivo y quienes lo quisimos llevaremos siempre el estigma en el alma de una irreparable pérdida y un recuerdo imperecedero. Descanse en paz.
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