entrevista
«Tenía menos de 20 años cuando mataron a Gregorio Ordóñez pero recuerdo los grises que eran los días en Euskadi, el miedo y la tristeza. La gente no hablaba»
El guipuzcoano Óskar Martín, secretario general de UGT Andalucía, vivió en el País Vasco hasta casi los 30 años, cuando conoció a una sevillana con la que se casó y tuvo un hijo
«Soy creyente y del Cachorro: poder besar el Cristo fue muy emotivo»
«Le tengo aprecio personal a Juanma Moreno. Cuando conoces a alguien, te cae bien o no, es casi una cosa química»
Oskar Martín Silvoso (San Sebastián, 1973) es secretario general de UGT Andalucía desde el 5 de julio de 2023. Vivió en el País Vasco hasta que en un viaje a Sevilla conoció a una sevillana, con la que se casaría y tendría un hijo, que ... ahora tiene 22 años. Es miembro de la Ejecutiva de UGT-A desde enero de 2014 con Carmen Castilla de secretaria genmeral y ha participado en las negociaciones de los tres acuerdos de Diálogo Social, para la Reactivación Económica y Social de Andalucía, firmados con el Gobierno andaluz de Juanma Moreno. Cursó estudios de Formación Profesional y Ciencias Políticas y ha estado encargado del Departamento de Inspección de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Agapa). Forma parte de distintos órganos institucionales en los que participan los agentes sociales como el Consejo Económico y Social, o el Consejo de Comunidades Andaluzas en el Exterior y dice que el lema que dirige sus pasos es «la única lucha que se pierde es la que se abandona».
-Hace pocas semanas se cumplieron 30 años del asesinato de Gregorio Ordóñez en una taberna del casco histórico de San Sebastián. ¿Como recuerda esa fecha y toda esa época de terror en el País Vasco?
-Yo era muy joven, tenía menos de 20 años. Recuerdo que tengo era de días grises, en el sentido de que la gente no hablaba, la gente tenía mucho miedo, estaba triste, retraída. No sé cómo explicarlo pero eran todos días oscuros, era lo que lo que se vivía en esos en ese momento.
-Se ha conseguido acabar con el terrorismo pero supongo que todavía hay heridas por cerrar...
-Afortunadamente, en Euskadi, en el País Vasco, desde hace ya diez o doce ños, el terrorismo dejó de existir. Imperó la la razón, la democracia. Y se nota. Ha habido un antes y un después, la gente lo dice porque se siente y se nota. Se nota en la calle y en la gente. Y después de un capítulo de casi 50 años, negro y oscuro, el País Vasco se lo se lo merecía. Es verdad que el haber estado ahí y haberlo vivido te marca, te marca. Pero son las experiencias de la vida que que le tocan a cada uno.
-¿Qué más le llamó la atención de Sevilla, cuando la conoció?
-Conocí Sevilla hace más de 30 años en un viaje que hice con un amigo de mi cuadrilla. Visitamos cerca de diez de doce ciudades de España y a mí, no sé por qué y hoy todavía no lo sé, la que me llamó la atención fue Sevilla. Estuvimos en Zamora, Salamanca, Badajoz, Cáceres, Málaga, Sevilla y sin conocer a nadie en Sevilla, sin haber visto nunca Sevilla, a mí Sevilla me cautivó, me llamó la atención de manera especial y dije que tenía que volver a Sevilla otra vez. Volví a los dos años con otros amigos. Me siguió encantando y, destino de la vida, pues conocí a mi mujer sevillana. Viví en Granada y luego el trabajo como encargado de la inspección pesquera me trajo a Sevilla, retorné otra vez a Granada y el sindicato me volvió a traer a Sevilla. Yo ya tengo aceptado que tengo que morir en Sevilla porque el destino me lo está diciendo.
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