sanidad
Federico Argüelles, 43 años en el Virgen Macarena de Sevilla: «Hay que hablar y explorar más al paciente en vez de hacer tantas pruebas»
Su padre, que también era pediatra, trabajó en el dispensario de la Cruz Roja y él inauguró el hospital sevillano en 1974, donde trabajan actualmente sus dos hijos
Los 50 años del Macarena: un radiofísico pianista, una enfermera analógica y un enfermero al que sisean los pacientes
![La familia Argüelles: a la derecha, Federico Argüelles, con sus dos hijos, Federico y Ana](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/11/03/macarena-familia-arguelles-RxVykQi0SUsNYxGjilNLn8L-1200x840@diario_abc.jpg)
La familia Argüelles es conocida en Sevilla por haber logrado transmitir su amor y vocación por la medicina -especialmente por la pediatría- de generación en generación. «Mi abuelo era médico de familia y pediatra y estuvo trabajando en el dispensario de la Cruz Roja de ... la Ronda de Capuchinos y realizando muchas visitas domiciliarias», cuenta su nieto Federico, especialista en Aparato Digestivo que trabaja en Virgen Macarena de Sevilla desde 1999. «Todavía hoy tengo pacientes que me hablan de él o de mi padre y que me recuerdan que los atendió cuando eran niños. Algunos me dicen que esperan que yo sea tan bueno como mi abuelo porque les salvó la vida», dice.
También salvó muchas vidas su padre, Federico Argüelles, durante sus cuarenta años como pediatra en el mismo hospital. Él formó parte del equipo fundador en 1974 y fue durante muchos años jefe de sección de gastroenterología pediátrica, especializado en aparato digestivo. Se jubiló en 2017, ha cumplido 77 años y se acuerda perfectamente de aquel primer día de un centro sanitario que entonces echaba a andar y que hoy, medio siglo después, es uno de los más grandes de Andalucía con una plantilla de más de seis mil profesionales.
«La primera guardia del hospital en pediatría tras abrir sus puertas la hice con el doctor Bernal. Recuerdo que fue una guardia tranquila pero no sabíamos muy bien dónde estaba cada cosa. Yo tenía entonces 27 años y era también profesor titular de la Facultad de Medicina, a la vez que dirigía el departamento de aparato digestivo y nutrición en el area de pediatría«.
Deshumanización y pruebas innecesarias
El doctor Argüelles recuerda que en sus inicios no se dejaba a los padres quedarse con sus hijos, cuando tenían que ser hospitalizados, algo que pasó felizmente a la historia. También recuerda varios hitos médicos durante su desempeño en el centro como la endoscopia pediátrica, la phmetría o la impedanciometría. «Hay que humanizar la medicina y el trato con el paciente tiene que ser humano, máxime con niños, aunque muchos padres lleguen con la escopeta cargada». Para este médico de gran experiencia «lo más importante de la medicina es la entrevista con el paciente y la exploración. A veces nos dejamos llevar por la fantasía de las pruebas complementarias y es mejor hablar más y hacer menos pruebas. La medicina está deshumanizándose por culpa de la masificación. Se está perdiendo el concepto del médico de cabecera, antes se confiaba mucho en su criterio y ya no«.
Este profesional puso en marcha la Sociedad Española de Fibrosis Quística y recuerda la felicidad «inmensa» de sacar adelante a pacientes críticos. También tuvo la satisfacción de poder dar clases a sus dos hijos, Federico y Ana, en la Facultad de Medicina. Federico preside actualmente la Sociedad Española de Patología Digestiva siguiendo la tradición familiar, puesto que su padre presidió varias décadas antes la Sociedad Española de Gastroenterología Pediátrica.
Los peores momentos para cualquier médico se producen cuando pierden a un paciente. «Es una sensación de tristeza y fracaso. Recuerdo a dos hermanas muy pequeñitas que murieron casi a la vez y eso fue una tragedia para todos nosotros. Nunca se acostumbra uno a perder a nadie, y menos a un niño. Le aseguro que ni en 45 años te acostumbras a eso«, dice.
Macareno «puro y duro»
Federico Argüelles, su hijo, se define como «macareno puro y duro» y recuerda algunos avances en su área. «El hospital se ha modernizado igual que la medicina, ahora hay menos habitaciones de tres camas y hacemos endoscopias en espacios mucho más confortables para los pacientes. Ha aumentado la edad de la población y la zona que atiende el Macarena está envejeciendo mucho y eso implica mas recursos sanitarios. El Covid nos enseñó a atender a pacientes vía telefónica y eso ha ayudado a humanizar la atención porque muchos tenían que desplazarse aquí desde la Sierra Norte para hace una analítica. Con ese tipo de atención y otras medidas, hemos logrado reducir muchísimo la lista de espera mucho en mi área«, destaca.
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