Álvaro Pastor Torres: «Mi música de mañana es 'en la Puerta de la Macarena hay una bandera blanca y colorá'»
Junto a Paco Robles y Manuel Jesús Roldán, acaba de poner en los escaparates otro libro, 'Mapa sentimental de la Semana Santa' (El Paseo editorial), una guía emocional por la primaveral sevillana
![Álvaro Pastor, camino de hacer la compra en el mercado de la Encarnación](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/30/alvaro-pastor-foto-RNlgTAAzBZpLCc87rfIBB8K-1200x840@diario_abc.jpg)
Tiene a Ismael Yebra y a Antonio Burgos como dos grandes referentes en la literatura y en el periodismo. Pero también en sus actitudes ante la vida. Álvaro Pastor concede esta entrevista justo después de venir de Utrera y torear de salón en la plaza ... de toros. Lleva escrito una veintena de libros sobre Semana Santa, historia local y patrimonio. Es historiador, profesor, escritor y crítico taurino. Junto con Paco Robles y Manuel Jesús Roldán suman los tres mosqueteros de la brigada local que vela por la pureza de los cánones, mosqueándose muchísimo por los excesos de las comisiones del patrimonio y la piqueta. Más allá de la Alfalfa, donde reside, empieza Alemania. Y San Lorenzo es su patria de juventud. Nos advierte que el ombliguismo no viajado más allá de Matalascañas o Chipiona sumado al miarmismo imperante es desolador.
-Hoy es lunes 30 de diciembre, pero me da en la nariz que no es usted de celebrar el final de año con trompeta y matasuegras en una fiesta masiva.
-Va a ser que no, aunque he visto por ahí una añeja fotografía de Joaquín Romero Murube de tal guisa en una fiesta privada. ¡Sorpresas te da la vida!
-Discúlpeme que abra así la entrevista, pero me gustaría saber qué música escuchará mañana después de la cena: reguetón creo que no…
-¿Es usted vidente? Está clavando todas las respuestas... Pues puede que la copla de campanilleros 'En la Puerta de la Macarena hay una bandera blanca y colorá'; o la Plegaria a Consolación de Utrera, versión Enrique Montoya.
-¿Cómo definiría su trabajo?
-Pasional, anárquico y fiel a mis sentimientos, a lo que me impacta y a las preguntas que quiero resolver. Por ejemplo, qué hay detrás de la melancólica belleza de Riqueni, que para mí es el Chet Baker del flamenco.
-Todo esto viene a cuento porque hace ya algunos años le pedí una definición de sí mismo. Y me dijo que es «un volteriano entreverado con rancio capillita». ¿No es una contradicción en términos?
- Para nada, ya lo dijo el gran Machado, don Manuel, «con Montmartre y con la Macarena comulgo». Por cierto, un verso redondo como un rosco (ros-co) de Reyes.
-Su ranciedad y capillismo militante lo han llevado a definir con mordacidad personajes propios del Palermasso, como Carlitos Manigueta y Pepe Ciriales. ¿En ese mapa sentimental de la Semana Santa que acaban de escribir se nos cuela alguno?
-Muchos, en el fondo como dijo Paco Robles todos somos tontos de capirote, en un grado o en otro. Y Rodríguez-Buzón pidió que los beneficios de la edición de su pregón fueran al «Hospital de Cofrades Incurables» (sic), que debía –y debe– ser de grande como la Residencia y el Policlínico juntos.
-Explíqueme qué pretende este libro, por favor.
-Emocionar con el pellizco de unos párrafos que saben a media verónica de las buenas, instruir sobre cuestiones estéticas y artísticas que pueden pasar inadvertidas, y pasear, pasear, pasear por Sevilla en Semana Santa.
-¿Los gritadores se asoman al mapa emocional?
-¡No, no, por favor! Yo soy de otra generación, de los que iban a las fiestas en el patio del instituto San Isidoro entrando por la calle Cervantes y comía bocadillos de panceta en el Isacam. Vamos, un tipo normal.
-¿Y alguna hermandad de las llamadas piratas?
-Tampoco, hasta que no haya patente de corso, o sea, papeles, nanai de la China. Si es habiéndolos y ... jajaja [risa malévola]
-Hay mucha acritud hacia los capillitas pero no hace mucho alguien me dijo que si no fuera por ellos las iglesias estarían vacías.
- Los capillitas, echando muchas horas que podían dedicar a otros menesteres, montan este tinglao, que dicho sea de paso tanto nos gusta; los cofrades llenan las iglesias, especialmente cuando se acerca la Semana Santa, y los kofrades van con el móvil y de espaldas a los pasos grabando la agrupata de turno.
-Le soy sincero: creo que a esta ciudad se le ha ido la mano con los pasos en salidas extraordinarias…
-Uffff eso lleva ya mucho tiempo, desde la devaluación de las coronaciones canónicas en época de Amigo Vallejo, aquí está todo inventado.
-En el libro aparecen fotos de Martín Cartaya y José Antonio Zamora. ¿Por qué no me destaca una de cada uno?
-La portada de Zamora, el Cautivo del Tirolínea entre globos de colores, y la contraportada de Jesús con el mismo Cautivo esperando a que abrieran el paso a nivel de Felipe II. Tre-men-das.
-La exposición que hasta la semana pasada Martín Cartaya colgó del Cicus fue excepcional. Aquella Sevilla de derribos, desconchados, sorteo de quintos para África en Baños y pasos bajo la lluvia, ¿le parece más auténtica que la Sevilla actual o nos traiciona la melancolía?
-Sin menospreciar el cuarto y mitad de saudade que todos llevamos dentro –y los lusófilos como usted y yo más– el desconchón es bello. El Bachillerato y hasta la EGB nos hacían pensar; los móviles y el consumismo idiotizan, aborregan, amansan.
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