La alergia a los túneles y la falta de inversión frustran el proyecto de soterrar la Ronda Norte de Sevilla
Tras renunciar al túnel, el alcalde propone lo mismo que sus antecesores en el cargo: desviar el tráfico a la SE-35, que está paralizada desde 2015
José Luis Sanz descarta por ahora el soterramiento de la Ronda Urbana Norte, tasado en más de 400 millones: «No nos lo podemos permitir»
![En la Ronda Urbana Norte se han instalado radares para moderar la velocidad](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/11/13/ronda-norte-serrano-RDDDZkQt1yHJDgbKWBuqg1H-1200x840@diario_abc.jpg)
Los túneles no tienen una buena relación con Sevilla. Todos los ejecutados han creado problemas. La lista de ejemplos es larga: el socavón que produjo en el Cristina el túnel de la Línea 1 del metro en 2008; el de Arjona de ... 1992, que tiene una curva peligrosa porque los túneles que excavaron desde los extremos no coincidieron; el de Bueno Monreal, que tuvo que cerrarse al poco de inaugurarse por filtraciones... Para terminar con los frustrados túneles del Guadalquivir para cerrar la SE-40 y, que tras invertir en una tuneladora y estar parados durante años, se han sustituido por la construcción de un puente que no estará, como mínimo, para 2030.
Esta alergia de la capital andaluza con los túneles responde a dos hechos que interrelacionados ilustran del fracaso que han tenido los soterramientos, bien de vías férreas, un ejemplo de ello es la renuncia a cubrir el barranco de vías para construir una nueva zona verde en el entorno de la Estación de Santa Justa; bien de carreteras, como ilustra el abandono del proyecto para soterrar la Ronda Urbana Norte que José LuisSanz, prometió en campaña y cuando llegó a la Alcaldía.
Esas dos razones de por qué no se construyen túneles son: de un lado, su alto coste económico frente a otras alternativas como puentes y circunvalaciones; y, de otro, el histórico y pertinaz déficit de inversiones en infraestructuras que sufre Sevilla para unas obras que necesitan fondos de la Junta de Andalucía o el Gobierno de España para su desarrollo, ya que no pueden asumirse solo con las cuentas municipales.
Esto lo reconocía el propio Sanz cuando anunció en el foro de Gaesco que renunciaba a soterrar la Ronda Urbana Norte desde la Glorieta de San Lázaro, porque tenía un coste de 400 millones de euros que no podía asumir en solitario el Ayuntamiento ni podía cofinanciar la Junta realizando los trabajos en paralelo a los túneles la Línea 3 del Metro. Ahora aboga por desviar el tráfico por la SE-35, una vía que lleva paralizada desde 2015 y con la que ya pretendían solucionar la movilidad de la zona sus antecesores Alfredo Sánchez Monteseirín y Juan Ignacio Zoido.
La colaboración de la Junta no ha sido posible por la forma en la que se ha establecido la colaboración entre esta administración y la del Estado para afrontar la obra del Metro. Primero la Junta paga la obra, que una vez realizada abona el Estado, por lo que cualquier retraso en la ejecución ralentiza los pagos del Gobierno.
Otra forma de afrontar la obra del soterramiento hubiera sido pedir fondos europeos con lo que al final, a falta de financiación extra, ha tenido que abandonar el proyecto y, paradójicamente, plantear una propuesta que se parece bastante a la última que había realizado cuando era alcalde el socialista Antonio Muñoz.
El PSOE, por el tranvía
La idea de Muñoz para esta vía, lanzada en febrero de 2023 —cuando se habían producido cuatro accidentes mortales en dos meses— era plantear un gran bulevar verde en la ronda, que contrarrestara la contaminación acústica y ambiental que generaba el tráfico en la zona, desviando el tráfico hacia la SE-40 y SE-35. Esa era la propuesta de 2023, aunque antes el Ayuntamiento había planteado ese gran bulevar verde, pero sin alternativa al tráfico de la ronda dentro del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (Pemus), que apenas se ha cumplido y que planteaba cuestiones como conectar con tranvía Santa Justa con la Campana, lo que al final se desechó por su alto coste y se optó por el más barato tranvibús.
Además, los dos últimos mandatos socialistas apostaron más que por solucionar el punto negro de la ronda norte, por ampliar la conexión del tranvía desde la estación de San Bernardo hasta Santa Justa, que ofrece unas cifras escasas de transporte de viajeros: algo menos de tres millones de personas al año.
Así las cosas, la descongestión de la Ronda Urbana Norte pasa, de nuevo, por retomar el proyecto de la SE-35, que el Ayuntamiento paró en 2015 ante el riesgo de que España sufriera una sanción de la Unión Europea, tras una denuncia de los ecologistas, por plantear un trazado que invadía el parque del Tamarguillo, pagado precisamente con fondos europeos.
Sanz ha anunciado que está actualizando el trazado para conectar la SE-35 con la SE-30 para sortear esa limitación. El resultado, sin embargo, es otra obra que se eterniza en Sevilla mientras persisten los problemas de movilidad.
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