Sevilla

La Alameda de Hércules recuperará la estética que tuvo en el siglo XVIII

José Luis Sanz proyecta transformarla a medio plazo en un gran salón ante el alarmante deterioro del mobilario y los adoquines, imposible de mantener

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Diferencia entre los adoquines recién repuestos y los anteriores deteriorados al poco tiempo por el tipo de material Raúl Doblado

Javier Macías

Sevilla

27/07/2024
Actualizado 29/07/2024 a las 07:24h.

La Alameda de Hércules tiene una cara 'B' más allá de la revitalización que supuso hace ahora 15 años su transformación por parte del gobierno local de Alfredo Sánchez Monteseirín y Antonio Rodrigo Torrijos. Aquel proyecto que ha convertido el 'jardín' más antiguo ... de Europa en el 'soho' de la ciudad, muestra un envés de degradación máxima en cuanto al paisaje urbano. Aquel proyecto, que quería mantener el color albero que tuvo desde la Edad Media este bulevar, es un fracaso que se evidencia en su estado actual. Tan sólo hay que dar un paseo para observar cómo el mobiliario urbano y los adoquines que se diseñaron ex profeso para este espacio están degradados y obliga al Ayuntamiento a un mantenimiento inviable que, además no da resultados. Es por ello por lo que el gobierno municipal de José Luis Sanz proyecta una nueva gran transformación de este espacio para recuperar la estética de 'salón' que tuvo durante el siglo XVIII y XIV.

Según ha podido saber ABC, aunque el proyecto aún no está redactado, forma parte de las prioridades de Sanz para este mandato una vez que se afronten las reurbanizaciones de la Plaza Nueva y su entorno, así como la plaza de San Francisco y la Avenida de la Constitución, en lo que se ha venido a denominar como el 'Eje central'.

Para las obras que está emprendiendo ahora la Gerencia de Urbanismo en el carril central de la Alameda se ha llegado a plantear la posibilidad de echar una capa de asfalto en lugar de reponer unos adoquines que no soportan el paso del tiempo y obligan continuamente a su reposición. Se descartó de plano esa idea, así como la de colocar un pavimento de granito, más cercano a lo que se colocará en un futuro. Pero finalmente se optó por mantener el plan de reinstalación del mismo material actual.

No obstante, la idea del gobierno municipal es llevar a cabo allí una obra profunda en cuanto a la identidad y la imagen de la plaza. Fuentes consultadas por este periódico explican que esto lo provocan los bolardos agresivos, las farolas, las fuentes inutilizadas, el pavimento ondulado y la mala calidad de la ejecución y el propio material que ya no es amarillo sino negro tanto en los bancos, adoquines, pérgolas...

El plan a medio plazo pasa por sustituirlo absolutamente todo para reconstruir lo que en su día fue este paseo-jardín, el 'modelo salón' de los siglos XVIII y XIX que incluya también la reordenación de las estatuas -hoy la de Chicuelo, la Niña de los Peines y la de Manolo Caracol están relegadas a una esquina casi invisible por los árboles que las tapan-, así como un rediseño de los veladores y los quioscos.

Imagen de la Alameda de Hércules en 1920 ABC

La Alameda del Asistente Larumbe

El origen de la Alameda está estrechamente vinculado al cuace del río, que pasaba por allí y fue trasladándose hacia el oeste. Este espacio quedó como zona inundable hasta que en 1574, el conde de Barajas lo drenó con acequias para convertirlo en un paseo de estatuas, fuentes e hileras de árboles. Fue dos siglos después, en 1764, cuando el Asistente Larumbe hizo la segunda gran transformación: plantó 1.600 álamos, aumentó las fuentes y colocó las columnas en el extremo norte que esculpió Cayetano de Acosta, además de erigirle los leones con los escudos de España y de Sevilla. Ya en el siglo XIX, en 1876, se le colocaron verjas a las columnas para protegerlas y, nueve añosmás tarde, se colocó una fuente de mármol conocida como 'la Pila del Pato' que provenía de la plaza de San Francisco y que acabó en la de San Leandro. Fue en el XIX cuando la Alameda alcanzó su máximo apogeo, con quioscos, puestos y teatrillos, que desaparecieron tras la Guerra Civil. La historia después es bien conocida: se llenó de prostíbulos -llegó a haber 35-, y estuvo muy afectada en el último cuarto del siglo XX por la drogadicción. Fue en diciembre de 2008 cuando se inauguró en su tercera gran transformación, hasta ahora, que es el gran 'soho' de Sevilla, aunque con un resultado urbanístico más que controvertido.

La intención de la Gerencia de Urbanismo es que este proyecto pueda emprenderse inicialmente al final de este mandato con cambios en el mobiliario. Este año se está afrontando la obra de todo el entorno que forman las calles Zaragoza, Bobby Deglané y Murillo; y continuarán en 2025 con la Plaza Nueva. Seguirán con la Avenida -donde se han hecho pruebas de nuevos adoquines- y todo el Eje central. Y luego le tocará a la Alameda, de forma paulatina, aunque no dará tiempo a afrontarla en este mandato en su totalidad.