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Nuevo perfil del pobre: Sin casa, sin dinero y en torno a los 42 años
La Iglesia de Sevilla atiende a los necesitados desde Cáritas, congregaciones religiosas, hermandades y asociaciones
El mapa humano de la exclusión social continúa cambiando y creciendo al hilo de la crisis económica, dejando la estampa del nuevo perfil de aquellos que acuden en demanda de ayuda o que la reciben en la misma calle, según se desprende del informe de la Archidiócesis sobre quienes acuden a Cáritas, congregaciones religiosas, hermandades y asociaciones.
En la actualidad, las personas en situación de exclusión son más jóvenes, con edad media en torno a los 42 años; hay un mayor porcentaje de nacionalidad española, alrededor del 62 por ciento y mayor feminización.
La mayor parte de ellos, un 97 por ciento, carece de vivienda digna y de recursos económicos y de relaciones familiares estables, un 95 por ciento. El 65 por ciento de ellos llevan padeciendo esta situación durante años, y el 20 por ciento son dependientes. A ello se añaden los graves problemas de salud que sufren, sida, desnutrición, salud mental, alcoholismo, consumo de tóxicos...
La ayuda eclesial
En el informe de la Archidiócesis se destaca la labor de los proyectos «Levántate y anda» y «Lázaro», de las parroquias de San Vicente y San Sebastián, respectivamente, en los que voluntarios recorren diariamente zonas próximas a sus ubicaciones atendiendo a los sin hogar con el fin último de ofrecerles asesoramiento de todo tipo con la intención, en la medida de lo posible, de reintegrarlos a la sociedad.
También figuran el «Centro Amigo» de Cáritas, de acogida y acompañamiento a personas en situación de exclusión social grave, y el «Miguel Mañara», de la Asociación Familia Vicenciana, para personas sin techo.
A ellos se unen tres comedores sociales, de las Hijas de la Caridad y de los Hermanos de San Juan de Dios; cuatro economatos solidarios —Hijas de la Caridad, Hijas de María Auxiliadora, de hermandades del Centro y de hermandades de Carmona— y el proyecto de reparto de bocadillos de las Religiosas Filipenses. Este proyecto se desarrolla en el centro Santa Isabel, dedicado especialmente a la atención de mujeres en situación de exclusión y menores tutelados.
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