ABC
Suscríbete
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizMi ABCABCActualidad
El picudo rojo se aloja en el interior de las palmeras comiéndose la parte más nueva de ésta - abc

El picudo rojo y otras plagas que sufren los árboles de Sevilla

Hongos, virus, insectos… Descubre cuáles son las patologías más comunes

Actualizado:

Hongos, virus, insectos… Descubre cuáles son las patologías más comunes

1234567
  1. El picudo rojo de las palmeras

    El picudo rojo se aloja en el interior de las palmeras comiéndose la parte más nueva de ésta - abc

    El picudo rojo (rhynchophorus ferrugineus), que debe su nombre a su color rojizo, es originario de Asia tropical y su tamaño puede alcanzar los cinco centímetros. Este insecto de la familia de los escarabajos ataca únicamente a las palmeras y, actualmente, está causando estragos en Sevilla, donde ya una de cada tres palmeras están afectadas por este mal. Pero, ¿cómo actúa? La larva -que ha dejado un adulto en su estadio final dentro de la palmera- se envuelve en un capullo que hace con fibras de la propia palmera en la que se va a alojar. Aproximadamente en diez o quince días eclosiona y el escarabajo comienza a comerse la palmera desde dentro. Sobre todo, la parte nueva de ésta, las ramas más altas -que están más blandas-. En este sentido, se detecta que una palmera está infectada cuando a simple vista se ven las ramas centrales más caídas de lo habitual, de ahí que sea difícil combatir esta plaga. Si una palmera está enferma, la única solución es talarla para que no contagie al resto. Para prevenir el contagio de las más próximas, uno de los tratamientos que se emplea es la utilización de feromonas como trampa para atraer al escarabajo adulto. Las zonas de Sevilla afectadas son Cerro-Amate, Alcosa y Sevilla Este, entre otras.

  2. La galeruca del olmo

    abc

    La galeruca (galerucella luteola) es una plaga monófaga -se alimenta sólo de un tipo de alimento- que produce defoliación -caída de las hojas- intensa de los olmos. La defoliación repetida año tras año debilita el árbol y lo hace sensible al ataque de escolítidos -escarabajos-, algunas de cuyas especies puede propagar el hongo ceratocystis ulmi, agente responsable de la grafiosis -enfermedad específica de los olmos-. Son necesarios dos tratamientos para erradicar la plaga debido al solapamiento de dos generaciones en verano. El primero de ellos se efectúa en la segunda quincena de mayo sobre adultos invernantes que han subido a los árboles. El segundo a finales de junio o principios de julio sobre las larvas de la segunda generación. Los productos recomendados son alfacipermetina y metoxicloro. Es importante la forma de aplicación para que el producto penetre en la copa.

    Se identifica si un olmo está infectado cuando sus hojas aparecen agujereadas y con un color blanquecino o transparente. En Sevilla existen olmos en todas las barriadas

  3. La procesionaria del pino

    La procesionaria produce una defoliación en las coníferas de la zona mediterránea, pinos y cedros sobre todo - abc

    La procesionaria (thaumetopoea pityocampa) es una larva que ataca coníferas, sobre todo pinos y cedros de la zona mediterránea. Una plaga de procesionaria produce fundamentalmente defoliación y ésta tiene lugar en otoño e invierno. El árbol vuelve a brotar en primavera por lo que nunca muere por ataque de procesionaria si bien su desarrollo se reduce mucho. Otro problema ocasionado por la procesionaria son las molestias, trastornos alérgicos y urticarias que producen en el hombre. Los tratamientos se deben realizar al 90 por ciento de puestas eclosionadas, lo cual suele ocurrir entre septiembre y noviembre. Los productos a utilizar son fenitrotia y piretroide, entre otros. En Sevilla, por ejemplo, recientemente se cerró durante dos días el Parque Amate para fumigar los pinos a cuenta de esta plaga. El butocarboxin ha sido el producto más recomendado, por su buen efecto sobre larvas de cuarta edad.

    Se sabe si un pino estará afectado por esta plaga por los capullos que forma la hembra en verano en la copa de los árboles, formando figuras fácilmente reconocibles en forma de espiral alrededor de las piñas -como se observa en el imagen-. Cuarenta días después nacen las orugas.

  4. El oidio del plátano de indias

    El oidio del plátano de indias deja las hojas blanquecinas hasta marchitarlas - abc

    El oidio del plátano de indias o de sombra (oidium platani) es un hongo que ataca principalmente a las hojas jóvenes de este árbol, pero también sus peciolos, tallos, flores, pedúnculos y frutos. A simple vista se puede observar si un plátano está infectado por este parásito. Y es que a ambos lados de las hojas se recubren por un fieltro blanquecino. Al principio las lesiones son pequeñas, pero aumenta cubriendo prácticamente toda la hoja. Si el ataque es muy grave provoca la marchitez, parada del crecimiento y la defoliación de las hojas. Su presencia se da sobre todo en primavera. Para combatir esta plaga se utilizan fungicidas que se deben aplicar en invierno y al comienzo de la primavera.

    Cuando cae la hoja invadida por el oidio el árbol, en un principio, si no hay otras hojas afectadas, estaría libre de la enfermedad. Aunque no es esto un seguro para aseverar que el árbol no volverá a sufrir ataques del oidio.

  5. El pulgón negro de la jacaranda

    El pulgón negro se come las hojas y la savia de las jacarandas, debilitando el árbol poco a poco - abc

    Casi todas las plantas de jardinería sufren ataques más o menos intensos de estos parásitos. Algunos, como el pulgón negro de las leguminosas (aphis craccivora o fabae), son extraordinariamente polífagos y pueden alimentarse de muchas especies. Estos insectos tienen varias generaciones anuales y los tratamientos químicos han de repetirse varias veces a lo largo del periodo vegetativo de las plantas, comenzando en primavera coincidiendo con las primeras brotaciones. Los primeros pasos son los más importantes ya que disminuyen en gran medida la proliferación de la plaga, no hay que esperar que las plantas estén invadidas.

    El que afecta en concreto a la jacaranda, de la familia de las leguminosas, puede llegar a medir más de dos milímetros. A simple vista se puede identificar que las hojas verdes de la jacaranda se van llenando de minúsculos insectos negros, que se van comiendo poco a poco las hojas y la savia del árbol. Como consecuencia de esto la planta se va marchitando. Las parras, los evónimos -setos- y los rosales, son otras plantas que en Sevilla se ven afectadas por este insecto.

    Como alternativa a la fumigación de las jacarandas y demás especies afectadas, cuando llueve, la planta se riega o cuando la hoja se cae, como en el caso del oidio, el pulgón desaparece, cuestión que no significa que no vuelva a aparecer.

  6. La mosca blanca de los naranjos

    La mosca blanca es la patología más común que sufren los naranjos en Sevilla - abc

    Es una plaga de cítricos, aunque puede encontrarse en otras plantas hospederas como el laurel o el algarrobo. El control químico de la mosca blanca (aleurothrixus floucosus) ha dado resultados deficientes, debido sobre todo al elevado potencial biótico y al solape entre generaciones. La abundante secreción cérea protege de manera muy eficaz al insecto de los plaguicidas. La fase más resistente es el cuarto estado larvario y también el huevo. La fumigación de los naranjos se lleva a cabo en otoño e invierno. Es fácil de identificar una plaga de mosca blanca porque las hojas del naranjo se vuelven blanquecinas. Esta plaga afecta de manera importante al fruto, la mosca se instala en las hojas y se van comiendo éstas y las flores, por lo que el fruto no sale.

    La «tristeza del naranjo», es otra de las enfermedades a la que se enfrentan estos cítricos. Se trata de un virus que transmiten pulgones o los propios instrumentos de poda. Tiene este curioso nombre debido a que este virus debilita el árbol, dando una producción escasa, primero, y llegando a matarlo en pocos meses, después.

  7. La lepra del olivo

    La lepra del olivo puede llegar a echar a perder hasta el 40 por ciento de una cosecha - abc

    Y si la «tristeza del naranjo» resulta curioso, aún más lo es la «lepra del olivo». Alrededor de 1878 se presentó en el olivar español una nueva enfermedad a la que llamaron la «lepra del olivo», a causa de la cual aparecían las aceitunas deformadas y cubiertas de manchas blanquecinas que resecaban la pulpa. Pablo Colvée se apresuró a investigar este suceso descubriendo una nueva especie de hongo al que denominó aspidiotus oleae que provocaba dicha enfermedad. También se denomina a este mal «aceituna jabonosa» o antracnosis. Este hongo, además de en las olivas, también actúa en las hojas, brotes y madera. Como consecuencia de esta lepra, se puede llegar a perder hasta el 40 por ciento de una cosecha, incidiendo además en el aceite de oliva.

    A simple vista se puede observar si un olivo padece esta plaga de hongos. Las aceitunas se pudren, las hojas del olivo sufren una defoliación hasta marchitarse y las ramas de secan debido a que este hongo se alimenta de la savia del árbol. El olivo queda totalmente debilitado. Para tratar esta patología es recomendable usar productor con alto contenido en cobre. Aún así, esta plaga es poco frencuente en la ciudad.

    La plaga que más afecta a los olivos de Sevilla, que suelen estar localizados en los parques Infanta Elena, Alamillo o Tamarguillo, entre otros, es el de la mosca blanca -ya nombrada en el caso de los naranjos-. En este caso, la mosca blanca pica el fruto, introduce la larva en su interior y ese gusano se come el fruto, de ahí que por fuera aparezca la aceituna arrugada.