Enrique Rojas: «Hoy se curan el 90 por ciento de las depresiones»
El doctor Rojas repasa para ABC los avances de la medicina en el tratamiento de las depresiones y analiza los nuevos métodos para diagnosticar los trastornos de la personalidad
MADRID. Con el aplomo reposado de quien acostumbra a bucear en los insondables designios de la mente, Enrique Rojas moldea las últimas formas de un nuevo libro: «Adiós a la depresión», que verá la luz en poco más de un mes.
-Prepara un libro sobre la depresión, ¿nos enfrentamos a la enfermedad del siglo XXI?
-Probablemente sí. Hay enfermedades psíquicas que son muy modernas, que tienen un par de décadas, como la anorexia-bulimia, el culto al cuerpo, la estética facial, la ansiedad, el estrés..., pero la depresión está descrita en los palimsestos antiguos, en los papiros egipcios o en las tablillas mesopotámicas.
-¿Qué hay detrás de esos estados depresivos?
-La enfermedad existe desde hace muchos siglos, pero ahora la conocemos y la tratamos mucho mejor. Es un estado que sume a la persona en la melancolía, la tristeza, la falta de ilusión...
-¿Tienen cura?
-Hoy se curan el 90% de las depresiones, gracias, sobre todo, al avance sustancial de los tratamientos. Existen nuevos antidepresivos para mejorar el estado de ánimo, que incluso tienen ahora la capacidad de adelgazar, cuando antes engordaban. Recientemente ha aparecido un aparato, el estimulador magnético transcraneal, que, tras entre 12 y 15 sesiones, corrige las depresiones que no responden a los fármacos. También la estimulación del nervio vago o la fototerapia.
-Esta sociedad en la que vivimos, ¿es la culpable de estos males?
-Existen dos tipos de depresiones. Las exógenas y las endógenas. Las primeras se producen por acontecimientos negativos de la vida, el sumatorio de dificultades y problemas. Hasta ahora, el hombre ha sido más sensible a las frustraciones económicas y laborales, la mujer a las sentimentales, aunque esto hoy está cambiando. Las endógenas son debidas a un trastorno bioquímico cerebral, tienen un fondo hereditario y un buen pronóstico.
-El psiquiatra es una figura esencial.
-La figura del psiquiatra la puso de moda EE.UU. a través de películas de gran resonancia. Hoy el psiquiatra se ha convertido en medio mundo en el médico de cabecera.
-Hablemos de esa personalidad que usted aborda profusamente en el libro «¿Quién eres?». ¿Es decisiva en todos estos problemas?
-La personalidad es el sello propio de cada uno que da lugar a un estilo y una forma de ser. Es una suma de pautas de comportamiento que se mueve entre la herencia de la persona, el ambiente en el que crece y su propia trayectoria biográfica. El carácter es la parte de la personalidad adquirida, el temperamento es la parte heredada de la personalidad.
-¿Cómo se puede detectar un problema de personalidad?
-Ésa es quizá la gran novedad, que hay herramientas fiables para su diagnóstico. De entrada, el mejor test es la entrevista cara a cara, después hacemos exploraciones psicológicas, escalas de conducta y test de personalidad. Pero es la familia la primera que se da cuenta de que viven con alguien muy difícil.
-El único trastorno que todo el mundo parece tener claro es el del psicópata, al menos por los medios de comunicación, pero ¿qué otros trastornos existen?
-Son especies concretas. El obsesivo, que se manifiesta en personas enganchadas a diversas manías -como lavarse las manos veinte o treinta veces al día-; el inmaduro, que tienen un desfase entre la edad cronológica y la edad mental; el tímido (hoy llamado personalidad por evitación), que evita o aplaza el contacto con la gente por temor al que dirán, por miedo a no tener la aprobación de los demás, a quedar mal o a no dar la talla.
-¿Qué es la inmadurez afectiva?
-El amor inmaduro es un fuego efímero que arde sin calentar y brilla sin iluminar. Hoy es moneda corriente.
-Cuando una persona llega a la consulta con alguno de estos trastornos, ¿qué se puede hacer para recomponer las piezas de su vida?
-Lo más importante es la psicoterapia, que son una serie de estrategias tendentes a corregir los puntos débiles de la personalidad: inestabilidad de ánimo, inseguridad, bajo nivel de autoestima, incapacidad para superar las heridas del pasado... La farmacoterapia (medicaciones que disuelven la ansiedad y elevan el estado de ánimo), la socioterapia (medidas para facilitar el contacto interpersonal)... Y la biblioterapia.
-¿Biblioterapia?
-Sí, se trata de leer libros de autoayuda. Sencillos y claros como «La inteligencia emocional», de Goleman, o «Tus zonas erróneas», de Dyer.
-Inteligencia y emoción, suena a clave...
-La clave de la madurez es el equilibrio entre corazón, cabeza y cultura. Vivir el presente habiendo superado el pasado y llenos de porvenir.
-¿Hay una fórmula de la felicidad?
-Ir encontrando una buena relación entre lo que yo he deseado y lo que he conseguido. Administración inteligente del deseo, y argumentos que te hagan crecer como persona.
TEXTO: JORGE SÁINZ FOTO: SIGEFREDO
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