El virus silencioso de transmisión sexual más frecuente que puede causar cáncer
Se estima que hay 660 millones de personas infectadas en el mundo por este virus
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Hasta el 80% de la población tendrá contacto, en algún momento de su vida, con el virus del papiloma humano (VPH), la infección de transmisión sexual más frecuente, que, a su vez, es responsable del 5% de todos los cánceres a nivel mundial. Se estima que hay 660 millones de personas infectadas en el mundo por este virus, del que este 4 de marzo se conmemora su Día Mundial.
Aunque lo más frecuente es que la infección sea transitoria y se resuelva de forma espontánea en los dos años siguientes a su adquisición, «hay un 10-15% de la población en los que la infección por VPH no desaparece y persiste en el tiempo. Esta persistencia de la infección a lo largo del tiempo, más que la infección en sí misma, será la responsable de la aparición de cánceres y sus lesiones precancerosas en diferentes localizaciones, como cáncer de cuello del útero, cáncer de ano, cáncer de vagina , un porcentaje de los cánceres de vulva, pene y orofaringe, y de la aparición de unas lesiones benignas, las verrugas anogenitales«, explica a ABC la doctora Mar Ramírez Mena, de la Unidad de Ginecología Oncológica del Hospital Clínico San Carlos y presidenta de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC).
La carga de enfermedad asociada al VPH es muy alta. En Europa anualmente se diagnostican en torno a 800.000 casos de verrugas genitales, 400.000 nuevas lesiones precancerosas anogenitales, y cerca de 50.000 casos de cánceres relacionados con esta infección, advierte la experta.
La infección por VPH se transmite principalmente por contacto sexual, de cualquier tipo, no solo con relaciones sexuales coitales. Y es suficiente con un solo contacto sin protección para infectarse. «Sabemos que la probabilidad de adquirir la infección es mayor cuanto antes iniciemos las relaciones sexuales y cuantas más parejas sexuales tengamos. Sin embargo, tener infección por VPH en ningún caso es sinónimo de promiscuidad, si tenemos en cuenta que la tasa de transmisión con un solo contacto sexual sin protección con un individuo infectado está en torno al 40%«, apunta la doctora Mar Ramírez Mena.
Síntomas
La del VPH está considerada una «infección silente» porque habitualmente son transitorias y se resuelven de forma espontánea en los dos años siguientes a su adquisición sin producir ningún tipo de síntoma ni dejar ningún tipo de secuela. Pero si estas infecciones producidas por VPH de alto riesgo no son resueltas y persisten a lo largo del tiempo, «podrán dar lugar a la aparición de lesiones precancerosas y cánceres en diferentes localizaciones». «En los casos en los que están implicados tipos de VPH de bajo riesgo las lesiones que pueden producir son las verrugas anogenitales o condilomas acuminados y la papilomatosis laríngea recurrente, una patología poco frecuente pero que implica una gran morbilidad para los sujetos que la padecen«, advierte la experta.
Prevención
Para prevenir el contagio es muy importante la utilización del preservativo, pero no suficiente porque, a pesar de un uso correcto, el área protegida por el condón es limitada y toda la piel de la región perineal implicada en una relación sexual es potencialmente infecciosa. «Afortunadamente disponemos de una estrategia de prevención mucho más potente, de una estrategia de prevención primaria basada en la vacunación profiláctica frente al VPH y consecuentemente frente a gran parte de la carga de enfermedad relacionada con él. Disponemos de evidencia científica muy sólida, muy consistente que demuestra la eficacia, efectividad y seguridad de las vacunas disponibles actualmente en diferentes grupos de población«, afirma la presidenta de la AEPCC.
La vacunación ha demostrado eficacia en la prevención de entre el 70- 90% de los cánceres causados por este virus (cáncer de cuello del útero, vagina, vulva, ano, pene y orofaringe). ¿Quién se puede vacunar? «Sin duda, el máximo beneficio vacunal lo van a obtener las niñas y los niños que aún no han iniciado sus relaciones sexuales y por tanto no han tenido la posibilidad de tener contacto con el virus. Por ello los sistemas sanitarios de muchos países a nivel mundial han desplegado estrategias para implementar la vacunación en este grupo de edad a través de programas de vacunación sistemática«, señala la doctora Mar Ramírez.
En España, la vacunación frente al VPH está incluida en el calendario vacunal para la inmunización sistemática de las niñas a partir de 12 años, desde finales del 2007. A finales de 2022, el Ministerio de Sanidad extendió su recomendación también a los niños.
«Es importantísima también la recomendación de vacunación en otros grupos de población donde la vacunación también ha demostrado aportar beneficio: en jóvenes, individuos adultos, y en los denominados grupos de riesgo, como las mujeres que han recibido tratamiento por una lesión precancerosa del cuello del útero, población inmunodeprimida o los hombres que tienen sexo con hombres», asegura la experta.
Tratamiento
En la actualidad sólo se dispone de diferentes opciones de tratamiento dirigidos a las lesiones producidas por una infección persistente por VPH a lo largo del tiempo. «Al igual que ocurre con otras infecciones, nuestro sistema inmune juega un papel fundamental, siendo el responsable de la eliminación de la infección. De hecho, sabemos que la población inmunodeprimida bien de forma adquirida o de forma congénita es un subgrupo de población especialmente vulnerable a la infección por VPH. En ellos, hay no sólo mayor probabilidad de adquirir la infección, sino también de persistencia de la infección y de que las lesiones precancerosas evolucionen a cáncer», explica la doctora Mar Ramírez Mena.
Actualmente, en individuos con infección por VPH, la recomendación recogida en las guías clínicas de las principales sociedades científicas tanto nacionales como internacionales es mantener unos hábitos de vida saludables, evitar o suspender el hábito tabáquico (el tabaco dificulta considerablemente su eliminación) y utilizar preservativo, dado que su uso ha demostrado incrementar la probabilidad de eliminación de la infección.
Detección precoz del cáncer de cuello de útero
Para la prevención del cáncer de cuello de útero, aparte de la estrategia primaria basada en la vacunación del VPH, existe una estrategia de prevención secundaria con los programas de cribado o detección precoz del cáncer. Estos programas basados en la citología o en la prueba del VPH en función de la edad de la mujer, permiten detectar y tratar precozmente sus lesiones precancerosas contribuyendo de esta forma a disminuir considerablemente el número de casos y mortalidad por este tipo de cáncer.
«La detección del VPH en el cuello del útero ha demostrado ser más útil en la prevención del cáncer que la citología en mujeres por encima de los 30 años de edad. Por ello los programas de cribado poblacional de cáncer de cuello del útero están basados en la realización de citología en mujeres entre 25-30 años y prueba del VPH en mujeres entre los 30-65 años», asegura la presidenta de la AEPCC.
A diferencia de lo que ocurre con el cáncer de cuello del útero, no se dispone de pruebas de detección del VPH validadas en otras zonas anatómicas, ni de programas de cribado para la detección precoz de sus lesiones, por lo que «la única estrategia de prevención de los cánceres asociados a VPH diferentes al cáncer de cuello del útero y que afectan tanto a hombres como a mujeres, es la vacunación frente al VPH», concluye la experta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que es posible conseguir la eliminación del cáncer de cuello del útero combinado correctamente prevención primaria y secundaria, es decir, consiguiendo una elevada cobertura vacunal frente al VPH y una alta participación de las mujeres en los programas de cribado.
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