El cambio climático causará más muertes por calor que por frío
Barcelona, Madrid y Valencia están entre las 10 ciudades europeas que registrarán el mayor número de muertes relacionadas con las temperaturas a finales de siglo
El calor causó más de 47.000 muertes en Europa en 2023, el segundo peor verano de la última década
Tres ciudades españolas -Barcelona, Madrid y Valencia- se encuentra entre las 10 ciudades europeas que registrarán el mayor número de muertes relacionadas con las temperaturas a finales de siglo.
Lo indica un estudio que se publica en la revista 'Nature Medicine' que ha analizado los datos de temperatura y mortalidad en 854 ciudades de Europa que asegura que España será una de las zonas más castigadas por el calentamiento global.
De acuerdo con el documento, las muertes relacionadas con la temperatura podrían aumentar en un 50 % a finales de siglo –lo que supondría hasta 2,3 millones de muertes más– si no se toman medidas de mitigación del cambio climático.
El estudio dirigido por investigadores del Environment & Health Modelling (EHM) Lab de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM) también muestra que las muertes por calor en toda Europa causadas por el cambio climático probablemente superarán con creces cualquier disminución de las decesos relacionados con el frío.
Esta tendencia persiste en todos los escenarios de cambio climático e incluso en condiciones de alta adaptación al calor, lo que refuerza la necesidad de políticas de mitigación agresivas.
El mensaje positivo es que hasta el 70% de estas muertes podrían evitarse si se toman medidas rápidas.
El estudio, asegura Tim Osborn, director de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia, a Science Media Centre, «confirma que los efectos del cambio climático son desiguales, con mayores aumentos en muertes previstas en el sur de en comparación con el norte».
Raquel Nunes, de la Universidad de Warwick (Reino Unido), señala que el trabajo advierte sobre las serias implicaciones para la salud pública del aumento de episodios de calor extremo debido al cambio climático, como una gran presión sobre los sistemas sanitarios, especialmente afectando a grupos vulnerables como adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y comunidades de bajos ingresos.
«El frío y el calor matan cada año a decenas de miles de personas en toda Europa. El cambio climático está reduciendo la intensidad del frío y aumentando la frecuencia del calor, pero aún no se sabe si en el futuro habrá más o menos muertes relacionadas con la temperatura.
En este sentido, Tim Osborn, director de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia, explica que el cambio climático está alterando los patrones de frío y calor, lo que tendrá un impacto en las muertes relacionadas con la temperatura en Europa. Aunque aún no es claro si habrá más o menos muertes en el futuro, este nuevo estudio concluye que el aumento del calor resultará en más muertes de las que salvará la disminución del frío.
El cambio climático está alterando los patrones de frío y calor, lo que tendrá un impacto en las muertes relacionadas con la temperatura en Europa
El estudio, que analiza con mayor detalle la vulnerabilidad a temperaturas extremas según edad y ciudad, confirma que los efectos del cambio climático son desiguales, con mayores aumentos en muertes previstas en el sur de Europa en comparación con el norte. Además, subraya que la adaptación a estos cambios y la reducción de emisiones de combustibles fósiles son claves para mitigar los daños del cambio climático.
Además de las tres ciudades españolas, las otras urbes que se proyecta tendrán el mayor número de muertes relacionadas con la temperatura para finales de siglo debido al cambio climático serán: Roma, Nápoles, Milán, Atenas, Marsella, Bucarest y Génova.
El trabajo señala que las ciudades más pobladas de la región mediterránea serán las más afectadas, dada su alta densidad de población. Sin embargo, también se espera que muchas ciudades más pequeñas de países como Malta, España e Italia se enfrenten tasas de mortalidad significativas vinculadas a las temperaturas extremas.
Para mitigar estos efectos, Nunes subraya la necesidad de medidas de adaptación como sistemas de alerta temprana, campañas educativas, infraestructuras para mantener a la población fresca y formación para los profesionales de la salud. También aboga por políticas sociales que aseguren acceso a centros de refrigeración y atención sanitaria asequible.
Sin embargo, los autores sugieren que, incluso si se hicieran enormes esfuerzos para adaptar las ciudades a los cambios de temperatura, esto no sería suficiente para compensar el aumento de los riesgos para la salud debido a la exposición al calor, especialmente en las zonas más vulnerables, como la región mediterránea, Europa central y los Balcanes.
Entre sus conclusiones se subraya que solo los recortes rápidos de las emisiones de carbono que mantienen bajas las temperaturas reducen el número de muertes por calor extremo.
Para el autor principal del estudio, Pierre Masselot, los resultados «subrayan la urgente necesidad de trabajar con determinación tanto para mitigar el cambio climático como para adaptarse al aumento del calor. Esto es especialmente crítico en la zona mediterránea, donde, si no se hace nada, las consecuencias podrían ser nefastas. Pero, si seguimos un camino más sostenible, podríamos evitar millones de muertes antes de finales de siglo».
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