Un estudio constata el daño a largo plazo en el corazón de la covid-19
Aunque es más común en los pacientes graves que se encuentran en una fase avanzada de la enfermedad, se ha visto lesión cardíaca en cualquiera de las fases de la infección, incluso en la más precoz.

Alrededor del 50% de los pacientes que han sido hospitalizados con covid-19 grave y que muestran niveles elevados de una proteína llamada troponin a presenta daños en el corazón , asegura una investigación que se publica hoy el «European Heart Journal».
El daño ... incluye inflamación del músculo cardíaco (miocarditis), cicatrización o muerte del tejido cardíaco (infarto), restricción del suministro de sangre al corazón (isquemia) y combinaciones de los tres.
El estudio realizado sobre 148 pacientes de seis hospitales de Londres es el más grande hasta la fecha que ha analizado a pacientes convalecientes de covid-19 que habían experimentado un aumento de los niveles de troponina como indicador de un posible problema con el corazón.
La troponina se libera en la sangre cuando se lesiona el músculo cardíaco y sus niveles elevados se producen cuando una arteria se bloquea o hay inflamación del corazón.
La troponina se libera en la sangre cuando se lesiona el músculo cardíaco y sus niveles elevados se producen cuando una arteria se bloquea o hay inflamación del corazón.
«La troponina es un marcador de daño en el músculo cardiaco. Sabemos que entre un 7 y un 28% de los pacientes con COVID 19 tienen elevación de troponina», señala José María Gámez , presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Se ha comprobado que muchos pacientes hospitalizados con covid-19 tienen niveles elevados de troponina durante la fase crítica de la enfermedad, cuando el cuerpo genera una respuesta inmune exagerada a la infección.
En España, comenta Gámez, «un estudio multicéntrico que se está llevando a cabo en 28 centros españoles ha visto que los pacientes con elevación de troponina presentan miocarditis aguda (inflamación del corazón), infarto o miocardiopatía por estrés».
En el trabajo del «European Heart Journal» , los niveles de troponina estaban altos en todos los pacientes a los que luego se les realizó un seguimiento con resonancias magnéticas del corazón después de su alta para comprender las causas y la extensión del daño.
«Los niveles elevados de troponina se asocian con peores resultados en los pacientes con covid-19», comenta Marianna Fontana, del University College London (Reino Unido), quien dirigió la investigación.
Y, aunque es cierto que los pacientes con enfermedad grave por covid-19 a menudo tienen problemas de salud preexistentes relacionados con el corazón, como diabetes, hipertensión arterial y obesidad, sin embargo, durante una infección grave el corazón también puede verse afectado.
Los investigadores analizaron a pacientes con covid-19 dados de alta y a aquellos con niveles anormales de troponina se les ofreció una resonancia magnética del corazón. Las imágenes se compararon con las de un grupo de control de pacientes que no habían tenido covid-19, así como con las de 40 voluntarios sanos.
En los casos más graves, asegura el estudio, existe la preocupación de que esta lesión pueda aumentar los riesgos de insuficiencia cardíaca en el futuro.
«Los pacientes habían estado muy enfermos; todos requirieron hospitalización y todos tenían elevación de troponina ; además, alrededor de uno de cada tres había estado conectado a un ventilador en la unidad de cuidados intensivos», aclara Fontana.
Los resultados mostraron lesión del músculo cardíaco que podía apreciarse en las exploraciones uno o dos meses después del alta. Y a pesar de que algunas lesiones podían haber sido previas, la exploración por resonancia magnética muestra que algunas eran nuevas y, probablemente, causadas por la enfermedad, escriben los investigadores.
Sabemos, dice el representante de la SEC , «que el SARS-CoV-2 puede dañar directamente el músculo cardiaco, pero también indirectamente a través de la inflamación generalizada del organismo, lo que libera gran cantidad de citoquinas, que acaba dañando gravemente el corazón. Además, el virus actúa sobre las células de los vasos sanguíneos, lo que produce trombosis e inflamación de los vasos».
En los casos más graves, asegura el estudio, existe la preocupación de que esta lesión pueda aumentar los riesgos de insuficiencia cardíaca en el futuro.
«Estos hallazgos -afirma Fontana- nos brindan dos oportunidades: en primer lugar, para identificar formas de prevenir la lesión, proceso en el que la coagulación de la sangre puede estar desempeñando un papel, para lo cual tenemos tratamientos potenciales.
En segundo lugar, detectar las consecuencias de una lesión durante la convalecencia puede servir para identificar a los sujetos que se beneficiarían de tratamientos farmacológicos de apoyo específicos para proteger la función cardíaca a largo plazo».
Gámez reconoce que a pesar de que la elevación de la troponina puede alertarnos sobre un daño cardiaco incipiente, «necesitamos marcadores que nos alerten antes de que se produzca la lesión miocárdica. Los pacientes con cardiopatía previa tienen mayor riesgo de eventos adversos, por lo que tendremos que extremar las precauciones en esta población».
Se ha constatado daño miocárdico en cualquiera de las fases de la infección, incluso en fase precoz en que los síntomas son tos seca, fiebre, pérdida de olfato y malestar general
Los resultados del estudio están limitados por la selección de pacientes e incluyeron solo a aquellos que sobrevivieron a una infección por coronavirus que requirió hospitalización. «Nuestros datos no dicen nada sobre lo que les sucede a las personas que no están hospitalizadas con o aquellas que lo están pero sin troponina elevada», reconoce Fontana.
En este sentido otro estudio del Centro de Imágenes Cardiovasculares del Deutsches Zentrum Für Herz-Kreislauf-Forschung de Frankfurt ( Alemania), encontró anomalías cardíacas en hasta el 78% de los pacientes covid-19 que estaban menos enfermos y la mayoría de los cuales no precisó ingreso hospitalario.
Sabemos, concluy e José María Gámez , que la afectación cardiaca es más común en los pacientes graves que se encuentran en una fase avanzada de la enfermedad con una situación de hiperinflamación; «sin embargo, se ha constatado daño miocárdico en cualquiera de las fases de la infección, incluso en fase precoz en que los síntomas son tos seca, fiebre, pérdida de olfato y malestar general».
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