La clave para mantener tu cerebro joven y prevenir el alzhéimer: tener a alguien que te escuche
Contar con alguien disponible la mayor parte o todo el tiempo para que nos escuche cuando necesitamos hablar se asocia con una mayor resiliencia cognitiva
La dieta mediterránea , practicar ejercicio , aprender un segundo idioma , leer, escribir y jugar a las cartas o hacer puzles son algunas de las claves que nos han dado diferentes estudios para mantener el cerebro joven . Pero hay otro factor ... importante que también debe cuidarse: la relaciones personales. Disfrutar de una vida social activa y contar con un amigo o familiar que sepa escuchar cuando necesitamos hablar es importante para evitar el deterioro cognitivo a pesar del envejecimiento cerebral o de cambios neuropatológicos como los presentes en la enfermedad de Alzheimer, según un nuevo estudio publicado en la revista «JAMA Network Open».
Los investigadores observaron que el simple hecho de tener a alguien disponible la mayor parte o todo el tiempo para que nos escuche cuando necesitamos hablar se asocia con una mayor resiliencia cognitiva (una medida de la capacidad de tu cerebro para funcionar mejor de lo que se esperaría por su envejecimiento físico o por cambios relacionados con enfermedades en el mismo) que muchos neurólogos creen que puede potenciarse con la participación de los pacientes en actividades estimulantes mentalmente, ejercicio físico e interacciones sociales positivas.
«Pensamos en la resiliencia cognitiva como un amortiguador de los efectos del envejecimiento y las enfermedades cerebrales », apunta el doctor e investigador principal Joel Salinas, profesor adjunto de Neurología en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York y miembro del Centro de Neurología Cognitiva. «Este estudio se suma a la creciente evidencia de que las personas pueden tomar medidas, por ellas o por las personas que más les importan, para aumentar las probabilidades de retrasar el envejecimiento cognitivo o prevenir el desarrollo de síntomas del alzhéimer, que es lo más importante dado que todavía no tenemos una cura para la enfermedad», añade Salinas.
En España, unas 800.000 personas tiene alzhéimer , según datos de la Sociedad española de Neurología (SEN). Esta enfermedad no es solo la principal causa de demencia en todo el mundo, sino también la que mayor discapacidad genera en los mayores en nuestro país. Se trata de una afección progresiva que afecta principalmente a la memoria, el lenguaje, la toma de decisiones y la capacidad de vivir de forma independiente de las personas mayores de 65 años. Pero la prevención tiene que empezar antes. Salinas señala que los resultados del estudio indican que las personas menores de 65 años también se beneficiarían de contar con un buen apoyo social. Por cada unidad de disminución en el volumen cerebral, los individuos de 40 y 50 años con menos acceso a alguien que los escuche tenían una edad cognitiva cuatro años mayor que aquellos con alta disponibilidad de escucha.
«Estos cuatro años pueden ser increíblemente valiosos. Con demasiada frecuencia pensamos en cómo proteger la salud de nuestro cerebro cuando ya somos mayores, después de haber perdido décadas en las que podemos construir y mantener hábitos saludables para el cerebro. Pero hoy, ahora mismo, puedes preguntarte si realmente tienes a alguien disponible para escucharte de una manera comprensiva y preguntarles lo mismo a tus seres queridos. Tomar esa simple acción pone en marcha el proceso para que, en última instancia, tengas más probabilidades de disfrutar de una buena salud cerebral a largo plazo y la mejor calidad de vida que puedas tener», apunta Salinas.
En opinión del autor principal del estudio, los médicos deberían preguntar a sus pacientes en consulta si tienen acceso a alguien con quien hablar y que les escuche cuando lo necesitan. «La soledad es uno de los muchos síntomas de la depresión y tiene otras implicaciones para la salud de los pacientes. Este tipo de preguntas sobre las relaciones sociales de una persona y los sentimientos de soledad pueden decirle mucho sobre las circunstancias sociales más amplias de un paciente, su salud futura y cómo le está yendo realmente fuera de la clínica», explica.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores utilizaron una de las cohortes comunitarias de más larga duración y más estrechamente monitoreadas en los EE.UU., el Framingham Heart Study (FHS), como fuente de los 2.171 participantes de su estudio, con una edad promedio de 63 años . Estos facilitaron información sobre la disponibilidad de apoyo de sus relaciones sociales, que incluían la escucha, los buenos consejos, el amor y afecto, el suficiente contacto con las personas cercanas y el apoyo emocional.
La resiliencia cognitiva de los participantes del estudio se midió como el efecto relativo del volumen cerebral total del cerebro sobre la cognición global, para lo que utilizaron escáneres de resonancia magnética y evaluaciones neuropsicológicas tomadas como parte de la FHS. Los volúmenes cerebrales más bajos tienden a asociarse con una función cognitiva más baja, y en este estudio, los investigadores examinaron el efecto modificador de las formas individuales de apoyo social en la relación entre el volumen cerebral y el rendimiento cognitivo.
La conclusión fue que la función cognitiva de los participantes con un apoyo social basado en la escucha fue mayor en relación con su volumen cerebral total.
Los investigadores consideran que un estudio más a fondo de las interacciones sociales individuales puede mejorar la comprensión de los mecanismos biológicos que hay detrás de estos hallazgos. «Si bien todavía hay mucho que no entendemos sobre las vías biológicas específicas entre factores psicosociales, como la disponibilidad de alguien que te escuche, y la salud del cerebro, este estudio da pistas sobre las razones biológicas concretas por las que todos deberíamos buscar buenos oyentes y convertirnos en mejores oyentes nosotros mismos», concluye Salinas.
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