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Una monja de clausura confiesa cómo controla sus deseos íntimos dentro del convento: «No se puede reprimir»

Sor Marta, monja de clausura y creadora de contenido, confiesa que esos impulsos existen, pero hay tres pasos que las religiosas deben seguir para frenarlos

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Una monja de clausura confiesa cómo controla sus deseos íntimos dentro del convento: «No se puede reprimir» ABC
Inés Romero

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Tomar la decisión de ser monja de clausura no es nada fácil. La vida de estas mujeres cambia de manera radical y deben aceptar que muchas cosas ya no volverán a ser como antes. A pesar de ello, escogen el camino de la religión y están convencidas de ello.

Este es el caso de sor Marta. Es conocida en redes sociales por compartir con sus seguidores su experiencia como monja de clausura. La joven explica en un vídeo en su canal de YouTube por qué ha elegido esta profesión. «Sé que la vocación a la que te llama Dios es donde vas a ser 100% feliz. Yo quería ser feliz. No hay más. Entonces fue por puro egoísmo», indica.

Aunque ellas se sientan llenas y realizadas, ser parte de este mundo supone renunciar a ciertas cosas. Deben decir 'no' al amor en pareja y a la idea de formar una familia. No obstante, las monjas también son seres humanos y, por lo tanto, tienen sentimientos y ciertas necesidades.

Sor Marta ya contó en TikTok en una ocasión qué pasaría si una monja de clausura se enamora en el convento. Esta vez ha revelado los 'trucos' para gestionar sus deseos sexuales.

¿Cómo gestiona una monja de clausura sus deseos íntimos en el convento?

Una usuaria le ha preguntado a sor Marta cómo «reprime» sus deseos sexuales en el convento. La religiosa ha respondido sin tapujos. «Mediante tres cosas que en realidad valen para todo el mundo», ha dicho.

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«No se puede reprimir»

Sor Marta ha indicado que lo primero es tener claro que el impulso sexual «no se puede reprimir». «Esto no quiere decir que le demos rienda suelta. Consiste en integrarlo, acogerlo, encauzarlo y elevarlo, pero no reprimir como quien tiene un corte y se aprieta para que no sangre», aclara.

«Todo lo que se reprime con fuerza al final sale por algún sitio en el momento en el que menos te esperas», asegura.

La joven señala que contenerse, tanto en la sexualidad como en la mayoría de aspectos de la vida, «es fatal». «Es mejor dialogar», recomienda.

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«Apoyarse en Dios»

En segundo lugar, sor Marta declara que para controlar dichos deseos lo que hace es «apoyarse en Dios». «En nuestro caso, la sexualidad y el cuerpo se lo hemos entragado a él. Esto nos hace libres para amar sin enfocarnos en una sola persona», sostiene.

La monja explica que esta manera de verlo también puede ayudar a unos novios que quieren mantenerse castos hasta el matrimonio.

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«Se puede educar»

La tercera herramienta que menciona sor Marta es la educación. La hermana da más detalles: «Hay persona a las que cualquier cosa les puede suscitar ese deseo y hay otras que no los sienten nunca».

Por lo tanto, lo que hay entre un punto y otro es la acción de «educar esos impulsos». «En nuestro caso se enseña a no satisfacerlos nunca. Los novios que quieren ser castos deben esperar. Si se da en un matrimonio, se pueden satisfacer siempre y cuando la pareja esté de acuerdo», concluye.

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