Una ingeniera en alimentos alerta: estás leyendo mal la etiqueta sobre la fecha de caducidad de los productos
Mariana Zapién avisa de algo a tener en cuenta para evitar riesgos sanitarios
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Los hábitos de alimentación siguen cambiando cada dos por tres. Las necesidades de los consumidores van variando, incluso en algo tan básico como el comer, y el mercado también va actualizándose con productos más específicos cada dos por tres. Entre los objetivos de los equipos de i+d suele estar, además, la necesidad de garantizar cada vez más y mejor la seguridad de los alimentos.
En este sentido, en los últimos años se han producido significativos cambios con el etiquetado y las fechas de caducidad o de consumo preferente, algo que de hecho genera siempre mucho debate. Una de las dudas eternas es qué ocurre cuando se pasa una fecha de caducidad: se dice que no necesariamente significa que un producto pase a ser peligroso o no comestible, mientras que otros entienden que ya está en mal estado. Seguramente, todo depende del producto, ya que algunos son mucho más perecederos.
La cosa, además, tiene mucho que ver con su envasado. Ahora, la popular 'influencer' Mariana Zapién ha querido hablar de la ciencia de los alimentos y recientemente aprovechó su Instagram (@ingdetusalimentos) para explicar que muchos están «leyendo mal la fecha de caducidad», que es aquella en la que el alimento «se mantienen en buenas condiciones». La publicación supera las 271.000 visualizaciones.
«Riesgos sanitarios»
«Después de esta fecha el producto no puede comercializarse ni consumirse porque pueden haber riesgos sanitarios», recuerda la especialista mexicana, que con todo avisa que esta fecha ya no es válida cuando el producto se abre «porque al abrir el producto se deja de tener un ambiente sellado y controlado».
Así, ella incide en que esto «promueve la entrada de contaminantes externos como bacterias, levaduras u hongos» y acaba suponiendo un peligro porque «como los alimentos tienen nutrientes, son el ambiente perfecto para el desarrollo y crecimiento de microorganismos que podrían enfermarte o echar a perder tu alimento».
Los riesgos no acaban aquí, según Mariana, y es que «también la exposición al oxígeno una vez abiertos puede degradar las grasas de los alimentos promoviendo sabores rancios». Por todo ello, ella recuerda que es crucial prestar toda la atención a las indicaciones de almacenamiento y recomendaciones de consumo. «Por ejemplo, la leche menciona que debe consumirse dentro de los siguientes tres días después de abierta», añade.
Para concluir, la ingeniera mexicana remarca que «hay microorganismos que pueden enfermarte y que no necesariamente alteran las características del alimento como sabor, color o aroma». Por todo ello, su mensaje es claro: «respeta el tiempo de duración de los alimentos una vez abiertos en el refrigerador».
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