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Experimenta 36 desmayos al día hasta que la despiden por sufrir una parada cardíaca: «Yo he llegado a decirle a mi madre que me quiero morir»

Su extraña condición la llevó al borde de la muerte en dos ocasiones

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Experimenta 36 desmayos al día hasta que la despiden por sufrir una parada cardíaca Pixabay

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Hay historias que desgarran el alma, relatos de una crudeza que parecen imposibles de imaginar, como el de Sheyla. En su aparición en el podcast 'Un Propósito', creado por Kiko Martin, la joven compartió cómo su vida ha sido una batalla constante por mantenerse con vida mientras lidiaba con una condición cardíaca que, sin diagnóstico durante años, la llevó al borde de la muerte en dos ocasiones. Desde desmayos diarios hasta paros cardíacos en pleno trabajo que le causaron un despido, su lucha ha sido una batalla interminable que impacta a cualquiera que la escuche.

Según reveló en la entrevista publicada en YouTube, cuando los desmayos comenzaron a hacerse frecuentes, sufría dos o tres episodios semanales. Sin embargo, la gravedad de la condición aumentó con el tiempo, alcanzando el punto en que «hace dos años, eran 36 desmayos al día», relató. Desesperada por encontrar respuestas y un tratamiento efectivo, recurrió al sistema sanitario, pero no logró que los médicos le dieran la atención que necesitaba. «No me hacen ni caso, me sigo desmayando cada vez más y llego a tener la primera parada cardíaca». Tal y como manifestó, sufre una «respuesta cardíaca inhibitoria», una condición que hace que su corazón se detenga hasta ocho segundos entre latidos y que esté en riesgo constante de muerte súbita.

El momento más dramático del podcast, llegó cuando relató su primer paro cardíaco: «Según iba a coger las cosas para irme, el tío intentó agredirme, ya sabes de qué manera». La situación la dejó en shock, provocándole un ataque de pánico tan severo que la hizo colapsar en el baño. «Me dio un ataque de pánico brutal, me encerré en el baño a llorar y ahí es donde me dio la parada y es cuando estoy cuatro minutos clínicamente muerta», señaló. «Me tuvieron que reanimar con palas... todo», agregó.

Asimismo confesó cómo una neuróloga, visiblemente conmovida, le dijo delante de su padre: «Lo siento mucho, no sé cómo decirte esto pero eres una bomba de relojería, en cualquier momento te mueres Sheyla, tienes que estar preparada para eso».

Su despido

Tal y como describió, Sheyla vivía bajo la sombra de la muerte, enfrentándose a un sufrimiento «eterno» y lleno de un dolor que fue «de lo peor que yo he sentido». Incluso llegó al punto de quedarse «afónica de gritar de dolor».

«Lo siento mucho, no sé cómo decirte esto pero eres una bomba de relojería, en cualquier momento te mueres Sheyla, tienes que estar preparada para eso»

Neuróloga

Aun con el riesgo mortal de su dolencia, Sheyla y su familia se toparon con un nuevo obstáculo, la sanidad pública. Según confesó, intentó solicitar, con ayuda de un trabajador social, una incapacidad laboral temporal que fue rechazada. «Esta es otra gran maravilla de la sanidad pública», ironizó. «Ningún tribunal médico consideraba que esto era grave», añadió. Sin ninguna ayuda, Sheyla se vio obligada a continuar trabajando para poder subsistir.

Una situación que se prolongó hasta que, tras sufrir una parada cardíaca en plena jornada laboral, sus empleadores decidieron despedirla. Por su parte, Kiko Martin, calificó el acto como un «despido improcedente». Sin embargo, Sheyla no se quedó de brazos cruzados: «Sí, les llevé a juicio», afirmó. Y después de ganar la batalla judicial, decidió emprender y dar un giro a su vida profesional.

Por último, Sheyla confesó que el peso emocional de haber estado tan cerca de la muerte ha sido un desafío por el que ha tenido que ir a terapia. «Estar viva me suponía un problema muy grande», confesó, a lo que añadió: «Yo he llegado a decirle a mi madre: 'me quiero morir ya porque no puedo'».

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