De estar nominado a un Goya a trabajar de teleoperador: un actor español explica la dura realidad de los profesionales de la interpretación

Patricia Marcos

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31/01/2025 a las 20:15h.

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Estar nominado a un Goya o incluso ganarlo no es garantía de éxito. Prueba de ello es el actor Fernando Ramallo (Madrid, 1980), quien fue candidato a hacerse con el premio a mejor actor revelación por 'Carreteras secundarias' (1997) y, años después, tuvo que reinventarse.

Con tan solo 15 años, Fernando debutó en la gran pantalla. Lo hizo, nada más y nada menos, que con 'La buena vida' (1996), la ópera prima de David Trueba, quien le descubrió en su instituto.

Su papel en esta película le valió para encadenar en los años siguientes multitud de proyectos, entre los que se encuentra la cinta que le dio la nominación a los Goya, 'Carreteras secundarias', dirigida por Emilio Martínez Lázaro, y donde interpreta a Felipe, un adolescente quinceañero que, junto a su padre (Antonio Resines), viaja por la España de 1974 en un Citroën DS.

Sin embargo, Fernando no ganó ese año el galardón, que fue a parar a Antoni Erburu por 'Secretos del corazón', de Montxo Armendáriz. Además, su nominación fue un hecho excepcional, puesto que, desde 2011, la Academia de Cine impide que los menores de 16 años sean nominados en los Premios Goya.

Entre los proyectos en los que ha participado Fernando se encuentra 'La mujer más fea del mundo' (1999), de Miguel Bardem, 'Krámpack' (2000), de Cesc Gay, 'El corazón del guerrero' (2000), de Daniel Monzón, o 'El corazón de la tierra' (2007), de Antonio Cuadri.

'Sexykiller, morirás por ella', estrenada en 2008, fue su último proyecto, coincidiendo con su entrada en la edad adulta. A lo largo de los años, sus papeles han sido anecdóticos. Tan solo protagonizó una película en 2018: 'Casi 40', una continuación nostálgica de la cinta de David Trueba 'La buena vida'.

Al igual que le sucede a miles de actores, Fernando tuvo que reinventarse y comenzar a trabajar en empleos tan dispares como animador en fiestas para niños, teleoperador o dependiente en una tienda de ropa.

Además, el actor español vio en las redes sociales otra vía para continuar con su pasión por el cine desde otro ámbito. Hace tres años abrió su propio canal de YouTube bajo el nombre 'Las cosas de Fernando Ramallo', donde suele hablar tanto del oficio de actor como comentar algunos estrenos.

En un vídeo publicado hace dos años, Fernando habla, precisamente, sobre la dura realidad de los profesionales de la interpretación. Según señala el actor, al tratarse de una profesión intermitente y mal remunerada, hay que compaginarla con otros empleos.

Sin embargo, el tipo de trabajo al que puede optar un actor tiene que ser «intermitente, que permita compaginar el horario con lo de actor, que no requiera mucha experiencia y que haga falta alguien que sepa relacionarse con la gente», apunta.

En este sentido, Fernando sugiere realizar trabajos como teleoperador, camarero o dar clases de teatro, entre otros. No obstante, señala, normalmente son empleos a media jornada, que «no están muy bien pagados y en los que no puedes promocionar».

Además, Fernando advierte que esta situación empeora con la edad. «Llegas a una edad y estás en territorio de nadie. A partir de los 45 ya eres prescindible en el mercado laboral y tienes que decantar la balanza por otra cosa. Ahí es cuando muchos actores abandonan el perseguir su sueño y se tienen que rendir».

En caso contrario, señala, quien decide apostar por su carrera como actor se arriesga a tener pensamientos continuos de no poder pagar los gastos de su día a día y «acaba seguramente en una habitación de hostal actuando en un café teatro para cuatro amigos».

No obstante, Fernando no se rinde y continúa haciendo pequeños trabajos en el mundo de la interpretación. En la actualidad, se encuentra de gira con la obra de teatro de Luigi Pirandello 'Seis personajes en busca de autor'. Además, estrenó en Filmin el pasado mes de noviembre la película 'Keratyna', dirigida por Miguel Azurmendi.