Una española que enfermó en un viaje a Bali hace años indica las secuelas que sufre desde entonces: «No puedo socializar»

Los países exóticos han ganado peso como destino de turismo gracias al aumento de los vuelos intercontinentales y de las facilidades para los aventureros. Sin embargo, algunos de los que se plantean unas vacaciones así temen por la comida o por si pueden llegar a correr algún riesgo de salud. Las vacunas, de hecho, pueden llegar a ser obligatorias pero no evitan que puedas sufrir problemas que requieran atención médica. Por este motivo es viajar con prevención y un seguro de viajes.

Este es posiblemente el consejo más claro que daría a todos Carla Domènech, una popular 'tiktoker' de viajes de Barcelona, que recientemente ha explicado su mala experiencia por un viaje a Indonesia en 2019. «Cogí dos bacterias en Indonesia por culpa de comer comida local y estos fueron mis síntomas y las secuelas que tengo a día de hoy», ha querido explicar en un vídeo en su TikTok (@carladomenechp) que se ha viralizado.

«Desde hace tres años tengo problemas en el estómago», empieza sus explicaciones la influencer catalana. Ella hizo una ruta por allí con sus padres y uno de los días comieron en un 'warung' de Bali, un restaurante típico de carretera que fue su única comida «diferente» del viaje, ya que el resto de días vigilaron mucho con lo que comían y bebían y de ella recuerda que era «muy muy muy picante, pero estaba bueno». Después de ese día, tuvo «algún que otro dolor de barriga pero nada serio». El viaje acabó bien yal cabo de unos meses decidió irse de Erasmus a Finlandia.

«Allí empezó la tragedia: me pasaba que todos los días después de desayunar, esto es un poco raro, me salía espuma por la boca», rememora Carla. Al estar sola allí pasó un poco de miedo, acudió al médico y le dieron una dieta blanda y sin lactosa, que no le resolvió el problema. Es más, «no solo vomitaba por la boca, sino que vomitaba todo lo que comía» y acabó con la barriga muy hinchada. «No entendía qué me pasaba», lamenta.

En esa época, además, apareció el Covid y se quedó bastantes meses sin poder regresar a España y «encontrándome fatal». Carla explica que cuando pudo volver «lo primero que hice fue ir a urgencias y allí me dijeron exactamente lo mismo y me hicieron hacer 300.000 dietas diferentes, que ninguna me servía». El resultado es que seguía vomitándolo todo, perdió muchísimo peso y probó varios médicos.

Finalmente, con una endoscopia le encontraron en el estómago que tenía la bacteria helycobacter, «que la tiene mucha gente, pero el problema es que yo la tenía desde hacía un año y tenía el estómago completamente destrozado». Para curarla, le dieron un tratamiento, con 14 pastillas diarias, que «fue súper fuerte y me destrozó todavía más el estómago». «No noté nada de mejora. Al contrario, me sentaba todo igual o peor» y tras ver que apenas podía digerir los alimentos le dieron otra dieta muy estricta, que todavía va siguiendo.

Encontrándose ya bien, al cabo de año y medio Carla se encontraba bien y volvió a viajar. Regresó a Indonesia con su hermano, estuvo en Tailandia y se quedó en Indonesia medio año. No sabe si de Tailandia o de Indonesia, estando allí «me volví a intoxicar y volví a coger el helycobacter y otra bacteria [campylobacter]» y tuvo que regresar a España de lo mal que se sentía. Repitió tratamiento, aunque menos agresivo, y volvió a las dietas extremas.

«Esto fue justo hace un año y poco», desvela la joven, que incide en que, de nuevo, volvió a pasar a comer sin gluten, sin lactosa, sin fritos ni legumbres ni verdura cruda o cosas muy ácidas ni alcohol. Por si esto fuera poco, Carla incide en que «todo el día, da igual si bebo un vaso de agua, se me hincha la barriga y todo el día me duele». Todo ello, confiesa, le está afectando mucho: constantemente se siente insegura y «muchas veces no puedo socializar, tampoco con mis amigos, porque quieren ir a cenar a algún sitio y yo quizás ya no pudiera cenar porque todo me sienta mal».

Carla considera que su situación es «un rollo» y desvela que le han acabado diagnosticando gastritis autoinmune crónica. La única solución que le dan es «aprender a saber qué alimentos te sientan bien y cuáles no. Y eso no es ninguna solución», lamenta ella. Por todo ello, hace un llamamiento a cualquiera que la pueda ayudar y también espera poder servir de alerta a otros a que si viajan vayan «muchísimo cuidado, que vigiléis donde comáis, que no bebáis agua del grifo de estos países porque podéis coger cosas como esta».