Soy enfermera de paliativos y estas son las cuatro cosas de las que más se arrepiente la gente antes de morir
La sanitaria Suzanne B. O'Brien ha desvelado cuáles son algunos de los grandes remordimientos de los pacientes en su lecho de muerte
El método de Harvard para no rendirte y alcanzar cualquier meta

«¿He conseguido hacer todo lo que quería?». Esa es una de las preguntas que muchas personas se plantean en su lecho de muerte, rememorando todo aquello que dejaron sin hacer. Con la llegada de estos últimos momentos, es habitual ver tu vida pasar y acordarte de aquellos grandes errores que marcaron el devenir de tu existencia. Bien lo saben aquellos que trabajan en cuidados paliativos y que han acompañado a muchos ciudadanos en sus horas finales, escuchando y atendiendo a sus penas y arrepentimientos.
Las experiencias no vividas son algo que nos acompaña toda la vida. Así lo ha contado en CNBC Suzanne B. O'Brien, enfermera titulada con más de 20 años de experiencia y fundadora del Instituto Doulagivers, cuyo objetivo es ampliar el acceso a educación y atención de alta calidad para el final de la vida de pacientes alrededor del mundo. Según la profesional de cuidados paliativos, para la mayoría de personas a las que ha tratado «el miedo a la muerte no es el mayor temor», sino «los arrepentimientos».
En el citado medio, la sanitaria ha explicado que «cuando no reconocemos que la muerte es una parte natural de nuestro viaje», acabamos descuidando «las cosas importantes que estamos destinados a hacer, aprender y ser». Todo ello hace que posterguemos muchos de nuestros planes o aspiraciones para otro momento de nuestra vida, que puede que no llegue nunca, dejándolos en el aire con un «ya lo haré cuando pueda».
En el lecho de muerte, son muchos los que se arrepienten de haber tomado estas decisiones y haber dejado para el futuro cosas que podrían haber hecho en su presente. Desde su experiencia como enfermera de cuidados paliativos, Suzanne ha escuchado «cientos de confesiones de arrepentimiento» en los últimos momentos, aunque hay algunas que comparten similitudes.
Arrepentidos de no haber seguido su corazón
Una de las más habituales que ha escuchado esta trabajadora de hospitales es la de gente que se arrepiente de «no haber seguido su corazón» y dejar a un lado «su verdadero propósito». Según Suzanne, muchos ciudadanos toman decisiones en base a «fuerzas externas», como creencias familiares o que la sociedad nos impone, en lugar de fijarnos en lo que de verdad queremos para nuestra vida.
«Esto puede afectar nuestra forma de abordar nuestras carreras profesionales, nuestras relaciones...», ha reflexionado. Es por ello que muchas veces nos quedamos con trabajos o con personas con las que no nos sentimos del todo a gusto, pero que, en teoría, son aceptables a ojos de la sociedad.
Todo esto supone un verdadero error del que muchas personas se arrepienten cuando miran a la muerte a los ojos. «Cuando nos apegamos estrictamente a lo que otros quieren para nosotros, nos sentimos infelices, estancados y perdidos. Pero cuando somos auténticos, eso nos permite llevar vidas significativas, plenas y con propósito», ha reconocido la enfermera, que ha ayudado a muchas personas a morir con dignidad.
Arrepentidos de haber amado plenamente a los demás
Otro de los grandes arrepentimientos con el que lidian muchas personas es el de sentir que no han amado plenamente por haberse centrado en otros aspectos, ha explicado Suzanne. Es el caso de uno de sus pacientes, un hombre de 69 años, que, a pesar de haber alcanzado una gran fortuna y ser muy exitoso en su sector laboral, había cortado lazos por temas de dinero con muchos familiares y amigos a lo largo de su vida.
En su lecho de muerte, este hombre le confesó a la enfermera que se había aferrado a la ira y había dejado de lado a muchas personas por simples tonterías. Aunque en aquel momento consideró que era la mejor opción, esto le hizo sentirse triste y solo durante una gran parte de su vida: «Nunca encontré el amor. Nunca me di la oportunidad de experimentarlo, y ahora sé que ese es el verdadero sentido de la vida», le dijo este empresario, pidiéndole que contara a otros su historia de remordimiento.
Arrepentidos de no haber dejado que les amaran
Muchos otros pacientes le han hablado en más de una ocasión de haberse arrepentido por no haber dejado que los demás les amaran por miedo al dolor y al sufrimiento. Son muchos los que, a lo largo de su vida, se construyen muros para aislarse del resto del mundo y no tener que sentir así el desamor en sus propias carnes.
Sin embargo, según explica Suzanne B. O'Brien, cuando la gente toma esta actitud, el amor no entra ni sale y, a la larga, puede pasarnos factura: «Quizás pensemos que esta práctica nos mantiene a salvo, pero en realidad estamos en una prisión que nosotros mismos hemos creado», ha explicado esta reputada sanitaria.
«Cuando las personas llegan al final de la vida, se arrepienten de la prisión que construyeron y desearían haber mostrado más coraje para abrir su corazón y dejar entrar a otros», ha recordado la enfermera, que ha vivido esta situación en más de una ocasión con algunos de sus clientes.
Arrepentidos de haberse juzgado tanto y no haberse amado más
El amor propio es otra de las asignaturas pendientes de muchos pacientes que afrontan sus últimos días de vida. En este sentido, Suzanne le ha planteado siempre una pregunta a muchos de estos: «Considerando dónde estabas y por lo que estabas pasando, ¿estabas haciendo lo mejor que podías?», ha contado la enfermera, explicando que la respuesta en muchos casos es casi siempre afirmativa, a pesar de las expectativas que estos mismos se han puesto sobre sí durante años.
«La vida es un aprendizaje y puede ser muy difícil. Una vez que comprendemos esto, podemos ver nuestras decisiones con mayor compasión. Esta consciencia nos permite encontrar paz y compasión por nosotros mismos, lo que nos permite aceptar nuestros arrepentimientos del pasado», ha concluido la reputada sanitaria.
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