Una dermatóloga habla alto y claro sobre el efecto de los retoques estéticos en la piel: «Nos han hecho creer...»
La doctora Ana Molina avisa de los peligros para el cuerpo que conllevan los tratamientos de medicina estética
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Los retoques estéticos están a la orden del día. El último informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEMA) afirma que el 50% de la población se ha realizado un tratamiento de este tipo.
El análisis detalla que el perfil de los pacientes se polariza y se amplía el espectro de edad. Aunque cada vez son más los jóvenes que acuden a una clínica para cambiar su imagen, lo cierto es que también se incrementa el número de personas mayores de 45 años, se pasa de 28% a un 38%, que pide una cita en estos centros. Respecto a la clase social, el 69% corresponde a la alta o a la media-alta.
Respecto a los tratamientos de medicina estética más demandados en nuestro país, el estudio destaca IPL, rellenos con ácido hialurónico, mesoterapia, PRP y toxina.
Los expertos señalan que una de las principales motivaciones que lleva a la gente a ponerse en mano de un cirujano es la idea de rejuvenecer. Sin embargo, estas métodos pueden llegar a convertirse en serios problemas para nuestro cuerpo. Así lo advierte la dermatóloga Ana Molina, quien ha dado su opinión al respecto.
El efecto de los retoques estéticos en la piel, según una dermatóloga
Ana Molina ha afirmado en el podcast CulturaFitCast, presentado por Pelayo González, que los retoques estéticos «sí tienen un impacto en nuestra piel». En concreto, la doctora habla de los tratamiento conocidos como procedimientos mínimamente invasivos. Aquí se incluyen la toxina botulínica, los rellenos de ácido hialurónico, entre otros.
Y es que Molina dice que siempre nos han hecho creer que los retoques permanentes (siliconas, parafinas) son los que causan «muchísimos problemas» y que nuestro cuerpo «no los reabsorbe». Aunque esto es cierto, la médica indica que realmente pasa con todos.
Para comprender esto, la experta explica que todos tenemos ácido hialurónico en la piel e hidroxiapatita en los huesos y dientes. No obstante, Molina es muy clara: «Hoy en día sabemos que el que nos estamos inyectando es diferente al natural. Está reticulado y tiene unos enlaces especiales para que a nuestro cuerpo le cueste más digerirlo».
«Estamos viendo que no todo es tan bonito como nos decían. Hemos hecho resonancia y se ha encontrado ácido hilaurónico de hace diez años», avisa la dermatóloga.
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