Para 5 0,55€/pers. 267kcal/100g
Ingredientes
- 1/2 barra de pan para torrijas o de pan común del día anterior
- 60 g de azúcar
- 3 huevos
- 400 ml de leche
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Aceite de oliva suave para freír
- Para rebozar las torrija: 2 cucharadas de azúcar
- 1/2 cucharadita de canela molida
Llega la Semana Santa y las pastelerías de toda España se llenan de torrijas, el dulce más representativo de estas fechas. Tan simple y tan rico al mismo tiempo. Ejemplo perfecto de la cocina de aprovechamiento, sobre todo si usamos pan del día anterior para su elaboración.
Me encanta variar y no repetir siempre las mismas torrijas. Creo que, si echáis un vistazo a mis archivos, os resultará fácil entender esto que os digo pues vais a encontrar todo tipo de versiones. Torrijas tradicionales de leche, torrijas al vino, torrijas rellenas de crema pastelera, torrijas de café, torrijas de brioche o roscón de reyes, torrijas caramelizadas y muchas más.
Es un dulce típico que tiene mil formas de prepararse y hoy sumo una más a la larga lista, torrijas de natillas. Su elaboración es sencilla y tradicional, pero con un toque diferente que las hace extraordinariamente suaves, cremosas y deliciosas. Si os apetece sorprender con algo distinto, os aconsejo que este año os animéis con ellas, se convertirán en un clásico de vuestra cocina.
Para que salgan bien es importantísimo hacer una natilla ligera que empape bien el pan. No sintáis la tentación de espesarla porque si no se quedará en la superficie de las rebanadas y no conseguiréis el objetivo. Dicho esto, el resto del proceso es el mismo que el de una torrija tradicional. Una vez empapado el pan solo queda freír (en este caso no se rebozan en huevo porque la natilla lo lleva de serie), rebozar en azúcar y canela y ¡a disfrutar!
No se puede pedir más a estas torrijas de natillas, una combinación perfecta, una delicada exquisitez. Espero que os guste la receta y la preparéis en casa estos días.
Receta de torrijas de natillas
Preparación de la crema de natillas
- Lo primero que hay que hacer es preparar una natilla clarita, bastante líquida, en la que empapar las rebanadas de pan. En una cacerola o cacito batimos dos de los tres huevos y añadimos la esencia de vainilla. Incorporamos la leche y el azúcar. Ponemos a calentar la leche y el azúcar, removemos bien y ponemos al fuego.
- Calentamos la mezcla al tiempo que removemos hasta que alcance 82º C. No debe llegar a hervir para que no se corte el huevo, así que mucho ojo con la temperatura.
- Podemos aromatizar la natilla añadiendo una rama de canela y/o la piel de media naranja o limón. Esto es completamente opcional, al gusto. En cualquier caso, cuando la natilla haya espesado ligeramente y no haya espuma en la superficie, la retiramos del fuego. Reservamos.
Preparación de las torrijas de natillas
- Cortamos el pan en rebanadas de, aproximadamente, un centímetro y medio de grosor y las colocamos en una fuente en la que quepan todas sin que sobre mucho espacio.
- Vertemos la mitad de la natilla por encima y dejamos empapar ligeramente. Entonces volteamos las rebanadas de pan y vertemos sobre ellas el resto de la natilla.
- Pinchamos con una brocheta la superficie de todas las rebanadas para ayudar a la natilla a penetrar en su interior. Queremos que queden bien empapadas en natilla para que su interior, una vez fritas, esté cremoso.
- Dejamos reposar el pan en la natilla durante un mínimo de una hora o hasta que la natilla haya enfriado y haya desaparecido lo más posible. Cuando llegue el momento de terminar las torrijas, vertemos abundante aceite en una sartén y lo calentamos a fuego medio-alto.
Fritura y presentación final de las torrijas
- Freímos las torrijas (no hace falta pasarlas por huevo pues la natilla lo lleva incorporado), volteando para dorar bien por los dos lados. Retiramos de la sartén y las pasamos a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
- Mezclamos el resto del azúcar y la canela molida en una fuente y rebozamos las torrijas mientras están todavía calientes, para que el rebozado se adhiera bien. Servimos inmediatamente, así es como a mi me gustan, en caliente. Aunque también las podemos dejar reposar y consumir en frío.
Aunque las torrijas son un dulce típico de Semana Santa, es una pena restringir su consumo a unos pocos días al año. Animaos a hacerlas en otras épocas del año, os gustarán.
Consejos para unas torrijas de natillas perfectas
- La natilla se puede aromatizar (igual que la leche en la receta clásica de torrijas) con la piel de un cítrico (naranja o limón) y una rama de canela. Le aporta un toque de sabor interesante.
- Cuanto más tiempo reposen las rebanadas de pan en la natilla, mejor. Más empapadas quedarán y más cremoso será el resultado tras pasar por la sartén. Yo las he dejado, en muchas ocasiones, dentro de la nevera toda la noche y al día siguiente las he terminado. El resultado es espectacular.
- Como más me gusta disfrutar de las torrijas es recién hechas, calentitas, aunque sobre este asunto hay gustos varios. Consúmelas cuando te apetezca, pero consúmelas. No dejes de hacerlo porque están de rechupete.
- Se puede sustituir el aceite de oliva por aceite de girasol. Su sabor es neutro, aunque no aguanta tan bien para conseguir una fritura perfecta.
- Si el pan no es especial para torrijas, como el que he utilizado, debéis dejar un poco más de tiempo para que las rebanadas se empapen bien de la natilla.
Hemos trabajado 3 horas y 50 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
120 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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Es la primera vez que me piden torrijas mis hijos y estaba un poco perdida. Encontrar esta receta ha sido como encontrar oro. Muchas gracias.