A todos nos ha pasado. Buscas unas unas recetas de postres, encuentras una con una pinta deliciosa, comienzas a leerla y ves «tamizar«. Empiezas a preguntarte que es eso y al final acabas pensando… Bah, me salto ese paso que seguro que no importa.
Hoy vamos a ver que es la técnica del tamizado y por qué deberías emplearla siempre que vayas a hacer postres para que el resultado sea espectacular.
¿Qué es tamizar?
La RAE define tamizar como: «Pasar algo por tamiz» o «Depurar, elegir con cuidado y minuciosidad«. Quizás esta definición no nos resuelve demasiado las dudas, pero podríamos resumirla en «Filtrar algo a través de un tamiz o colador«.
Esto se suele hacer con la harina para que se separe en pequeñas partículas, consiguiendo así una harina que da mejores resultados y es más fácil de trabajar. Para realizar este paso solo necesitamos un tamiz especializado que se puede conseguir en tiendas de utensilios de cocina o un colador. Pensad que cuanto más finas sean las rendijas del colador, mejor resultado obtendremos.
El proceso de tamización es muy sencillo. Simplemente colocamos la harina en el colador y con la mano libre damos pequeños golpecitos para que vaya cayendo sobre la superficie que escojamos (nosotros os recomendamos un bol o plato hondo). Así de simple.
¿Por qué debería tamizar la harina?
Hay varias razones que nos llevan a querer tamizar la harina. La primera de ellas es que si tamizamos, podemos eliminar impurezas que pueda contener la harina, como piedrecitas o bichitos. A día de hoy es muy complicado encontrar estos restos en la harina de supermercado, que pasa muchos controles, pero nunca está de más.
Otra razón, y esta seguro que os encanta, es que podéis conseguir que vuestros postres queden mucho mas esponjosos. Al tamizar la harina se mezcla con el aire dando como resultado bizcochos y masas que suben mas y quedan muy esponjosas, así que no dudéis en hacerlo.
Podéis tamizar cualquier harina que se os ocurra: de harina de arroz, de trigo, de cebada, etc. y el resultado será espectacular. Sin embargo, no os recomendamos hacerlo con la harina integral. Este tipo de harina se caracteriza por conservar parte de la cáscara del grano que es una fuente de fibra y vitamina B, así que si la tamizáis perderá todos esos beneficios.
Tamizar sí, pero con que utensilio. El tamiz
«El tamiz: Artefacto o instrumento se le conoce también con el nombre de colador, criba, cedazo o filtro». De hecho, la palabra ‘colador’ se deriva del latin “colum”, que significa tamiz.
El tamiz lo podéis encontrar de madera, metal, plástico, silicona, cerámica; y puede ser una pantalla, malla o red tejida. El tamaño de los poros del tamiz es variable, y dependerá de la naturaleza y tamaño de las partículas que se desean separar. El más común y que he visto en casa en Galicia desde siempre, es el que tenía mi abuela para tamizar la harina de maíz que venía del molino del pueblo, el de la tía Amelia. Pero desde el tamiz de madera, las cosas han evolucionado.
Existen cedazos, coladores o utensilios caseros sencillos de diferentes tamaños que se utilizan para separar o airear la harina de trigo. En casa por ejemplo tenemos distintos tamaños de coladores de metal y el más grande nos vale perfectamente para tamizar harina cuando vamos a hacer un postre.
Pero hay tamices profesionales para separar los productos sólidos contenidos en los líquidos, por ejemplo en la preparación del café (como el colador de tela que empleo para el licor café), o al licuar y colar un zumo y evitar que caigan las semillas o pepitas en él.
En resumen. Tamizar sí, aunque sea con un colador
Como habéis visto, tamizar es una técnica muy sencilla, que nos requiere muy poco esfuerzo y tiempo pero que a cambio nos da unos resultados espectaculares. Probadla y nos contáis en comentarios que tal vuestros postres tamizados. Seguro que os salen de rechupete.
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